INTERNACIONALES: PHILIP GIRALDI

No temerle al terrorismo en Turquía

El Embajador de la Federación Rusa ante Turquía, Andrei Karlov, fue ultimado en Ankara...

20 de Diciembre de 2016
El Embajador de la Federación Rusa ante Turquía, Andrei Karlov, fue ultimado en Ankara por un homicida que, poco después, sería asesinado por la policía. Fuentes que se encontraban presentes en la escena informan que el atacante -vestido de traje y portando un arma de fuego- gritó, en idioma árabe, 'Allahu Akhbar', seguido de gritos en turco ('¡No olviden Aleppo! ¡No olviden Siria! ¡Retírense! ¡Retírense! Solo la muerte me sacará de aquí. Todo aquel que tenga participación en esta opresión morirá, uno por uno'). Moscú, Ankara y el Departamento de Estado en Washington consideran al homicidio como un acto terrorista.
 
El alcalde de Ankara y el ministro del Interior turco han confirmado que el homicida era un oficial de policía vestido de civil (contaba con 22 años de edad); éste utilizó sus credenciales para ingresar al salón de la exhibición, donde el Embajador inauguraba una muestra fotográfica rusa. Los medios de comunicación turcos informan hoy que existía seguridad en el edificio, tanto en el interior como en el exterior, pero no parecieron tomarse medidas especiales de seguridad, como ser detectores de metales, a pesar del hecho de que se habían registrado importantes manifestaciones ciudadanas tanto en Estambul como Ankara la semana anterior -de personas que manifestaban contra las acciones rusas en Alepo. Algunas de esas protestas tuvieron lugar frente a la embajada de Rusia y sus consulados, de tal suerte que la seguridad ya se encontraba operando bajo alta prioridad.
 
Según se ha informado, el grueso de los manifestantes contra la participación rusa en Oriente Medio fueron ciudadanos turcos, nominalmente respaldando la política exterior de su propio país y, ostensiblemente, respondiendo a informes que remitían tanto a acciones de brutalidad por parte de Siria y de Rusia. Fuentes de inteligencia sugieren que no existían indicaciones de ningún tipo de que grupos radicales como ISIS o al-Nusra hubiesen infiltrado las manifestaciones en la vía pública, aún cuando ambos grupos son conocidos por tener elementos en actividad en Ankara y Estambul. Turquía es hoy hogar de más de dos millones de refugiados (que huyeron de los combates en territorio sirio), pero se han cuidado de no tomar participación política activa y son monitoreados muy de cerca por el servicio de inteligencia turco (MIT).
 
Homicida de KarlovLa televisión turca -que en parte es administrada por el Estado y procura nunca ofender al gobierno- especula que el homicidio provocará ruidos en el encuentro de cancilleres de Turquía, Rusia e Irán -estaban llamados a reunirse mañana en Moscú a criterio de discutir la situación en Siria, ahora que Alepo ha caído. Nominalmente, Rusia y Turquía encarnan roles opuestos en relación a qué hacer con el gobierno en Damasco, siendo que Moscú continúa respaldando a Basher al-Assad -y Ankara insiste en que aquél debe ser removido del poder.
 
En rigor, Turquía ha estado acercándose progresivamente a la posición rusa, conforme los hechos en el terreno fueron cambiando, subrayando ahora la necesidad de tomar medidas para impedir el resurgimiento de cualquier tipo de espacio geográfico controlado por los kurdos a lo largo de la frontera, y ésto se ha vuelto prioritario. En apariencia, Rusia está dispuesta a participar en la puesta a punto de políticas de relocalización que puedan satisfacer las preocupaciones turcas. Y la inclusión de Irán en las conversaciones es señal de que el cambio de régimen en el corto plazo ya no está siendo contemplado como condición sine qua non. También puede contarse con Irán a la hora de compartir las preocupaciones de Turquía en relación al separatismo regional, en tanto Teherán tiene sus propios problemas con un grupo terrorista kurdo de orden local conocido como PJAK.
 
Asimismo, Turquía ha estado atravesando cambios políticos fundamentales. El presidente Recep Tayyip Erdogan se ha aislado cada vez más de Washington y los europeos, debido a la reacción negativa registrada tras su represión contra los supuestos simpatizantes del golpe de Estado de julio próximo-pasado. El hecho de que su canciller se reúna con Rusia en Moscú para discutir la cuestión siria es significativo. Los medios de comunicación turcos han sido cautelosamente optimistas con la elección de Donald Trump, posiblemente reflejando las expectativas del gobierno frente a que Trump permitirá a Ankara lidiar con libertad con lo que percibe como el problema kurdo, pero Erdogan continúa advirtiendo que el alineamiento de su país con Occidente no es algo que deba darse por sentado. Ha dejado en claro que el cultivar relaciones más cálidas con Moscú y Pekín es una opción muy seria para Ankara, de tal suerte que tomar medidas para dar seguridad a Vladimir Putin son su prerrogativa. Erdogan ya ha telefoneado al presidente ruso para ofrecer sus condolencias por el homicidio, y es probable que el gobierno declare un duelo nacional por el deceso del Embajador.
 
A la luz del homicidio, la mayoría de las misiones diplomáticas en Turquía se encuentran ahora bajo un cerrojo de seguridad. La Embajada de los Estados Unidos y de otras numerosas naciones europeas ya han emitido alertas de traslado, tras los recientes ataques con explosivos -sugiriendo que quienes visiten el país deberán ejercer cautela. Estas advertencias de seguro se incrementarán en número, dañando aún más a la alicaída industria turística de Turquía, así es que se espera que el gobierno tome las medidas necesarias para convencer a los potenciales turistas de que el país es seguro.
 
Por su parte, Rusia muy probablemente procederá con cautela. Su gobierno claramente considera el hecho de que el Embajador Karlov pudo haber contado con mejor protección, y discutirá las medidas futuras a tomar en relación al tratamiento de su personal diplomático, pero sus objeciones serán ampliamente pro forma, y muy probablemente no ejercerá mayor presión (las mejoras de las relaciones con Ankara están en su propio interés). Turquía, a pesar de hallarse en el mayor estado de conmoción política desde los años ochenta, también podría argumentar que tiene antecedentes de primera en la protección de diplomáticos extranjeros.
 
Tanto Rusia como Turquía expresarán las debidas molestias por haber sido humilladas con el homicidio; la relación bilateral transitará algo de tensión, pero ambas se esforzarán para dejar el incidente en el pasado. En cualquier caso, la muerte del Embajador Karlov bien podría acelerar los acercamientos en relación a qué hacer con Siria, dejando a los Estados Unidos de América cada vez más aislados en términos de su exigencia para eyectar a Basher al-Assad.


Artículo original en inglés, en http://www.theamericanconservative.com/articles/dont-fear-the-terror-in-turkey/ | Traducido y republicado con permiso del autor y de The American Conservative magazine (EE.UU.) | Traductor: Matías E. Ruiz


 
Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.