INTERNACIONALES: DEAN CHENG

Prueba para Trump: China captura drone de la armada de Estados Unidos

En las últimas 72 horas, la temperatura en el Mar del Sur de China...

19 de Diciembre de 2016

En las últimas 72 horas, la temperatura en el Mar del Sur de China se ha incrementado de manera significativa. El primer dato sobrevino de la mano de informes que señalaban que China había instalado defensas aéreas y otra clase de armamento en las islas artificiales que construyera en el área de las Islas Spratly. Más preocupante fue la decisión china de confiscar un vehículo submarino no tripulado, perteneciente a la armada estadounidense.

De acuerdo con el Pentágono, marineros de la armada china incautaron el drone submarino -que se hallaba bajo control del navío USNS Bowditch- mientras el aparato se encontraba operando a 50 millas náuticas de la Bahía Subic. Esto significa que los chinos se hicieron de un navío en operaciones (esto es, que no se hallaba 'abandonado' y que no era sujeto a pedidos de salvataje) en aguas que claramente pertenecen a la zona económica exclusiva de Filipinas.

China, navíoLos esfuerzos del USNS Bowditch tendientes a consolidar el retorno del drone submarino en manos de los chinos fueron reconocidos, pero ignorados. Dada la falta de firmeza en la contraparte estadounidense, los chinos perfectamente podrían asumir que la captura de un navío americano en alta mar comporta escasa respuesta de parte de la Administración Obama.

Al mismo tiempo, ofrece a Pekín una oportunidad de modificar potencialmente los términos de la relación entre EE.UU. y China, especialmente dado que el presidente electo Donald Trump se prepara para asumir en su cargo. Por propia cuenta, los chinos expresaron que posicionaron los sistemas de defensa aérea y otras armas en las islas artificales del Mar del Sur de China, argumentando que tales acciones eran 'justas y legales', coherentes con su política de autodefensa aplicable a territorio chino.

Estas afirmaciones chinas claramente ignoran los hallazgos de la Corte Permanente sobre Arbitrajes en La Haya, Holanda, que -a comienzos de 2016- rechazaron los reclamos chinos en relación a 'derechos históricos' y otros prolegómenos en el área de las Spratlys. La elección de Rodrigo Duterte como presidente de Filipinas, quien no simpatiza con los Estados Unidos ni con el presidente Barack Obama, ha sido claramente explicitada -y aparece como abriendo las puertas al reinicio de las relaciones sino-filipinas.

Las Filipinas recobraron acceso a zonas pesqueras en cercanías de Scarborough Shoal (fuera del área de las Spratlys), aún cuando China no resignó su presencia masiva en la zoan. Duterte no tomó medidas con el objeto de capitalizar el fallo de la Corte Permanente sobre Arbitrajes y sus resoluciones sobre Pekín. La maniobra china de la captura del vehículo no tripulado estadounidense no debería sorprender a nadie. El fallo de los Estados Unidos a la hora de respaldar su posición relativa a la libertad de navegación en los océanos condujo a un hiato de tres años en lo que hace a operaciones de navegación.

Esfuerzos posteriores fueron acciones 'inocentes',  reconociendo implícitamente que las islas artificiales chinas ejercen un reclamo marítimo extraterritorial -e incluso tales acciones de carácter inocente han sido esporádicas. En la práctica, solo una ha sido ejercida desde que la Corte Permanente sobre Arbitrajes falló en julio, y tal fallo solo se dio fuera del área abarcada por la resolución.

Trump ha potenciado las preocupaciones de China. Primero, telefoneando a la presidencia de Taiwan (cuando conversó con Tsai Ing-wen); luego, sugiriendo que tendría lugar una revisión de la política de 'Una Sola China' ni bien él asuma en la Oficina Oval. Al confiscar un vehículo no tripulado, Pekín podría entender que ha consolidado un logro relativamente menor que, de todas maneras, es una afrenta a los Estados Unidos. Esto podría conducir al inicio de una nueva línea de conducta, esencialmente una 'nueva normalidad', notificando al presidente electo de EE.UU. que China se mostrará cada vez más firme que en el pasado. Por lo tanto, dando a entender que es hora de que Washington dé un paso atrás.

Sin embargo, y alternativamente, esto podría representar un esfuerzo de parte de China para establecerse como poco predecible y más firme, habiendo tomado la medida con la meta de mejorar su poder de negociación ante Trump. A la postre, también se vuelve factible que Pekín busque escalar las tensiones solo con el objeto de reducirlas luego del 20 de enero. Mostrando entonces predisposición para trabajar con la Administración Trump hasta tanto Trump así se lo proponga.

En cualesquiera de los casos, al actuar previo a que Donald Trump llegue a la Casa Blanca, los chinos se han obsequiado margen para maniobrar, evitando forzar a Trump a ser la primera persona que replique, y reservándose la opción de alterar sus acciones tras el 20 de enero. Lo que está claro, no obstante, es que Pekín exhibe pocas intenciones de comprometerse a la hora de tratar sus reclamos sobre el Mar del Sur de China -quienquiera que sea el presidente en EE.UU..

Si el propósito es resguardar la estabilidad regional, entonces Trump y Obama habrán de coordinar sus respuestas y políticas entre ambos.


Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2016/12/16/china-acts-once-again-in-the-south-china-sea/

 

Sobre Dean Cheng

Analista e Investigador en la Fundación Heritage (The Heritage Foundation), Washington, D.C., en temas políticos y de seguridad. Como experto en capacidades militares y espaciales de la República Popular China, Cheng se ha especializado también en el estudio de la política exterior y de Defensa chinas, en particular sobre la relación de Pekín con el resto de Asia y con los Estados Unidos de América.