ECONOMIA INTERNACIONAL: JAMES M. ROBERTS

Brasil: las razones que explican el colapso del 'socialismo del siglo XXI'

Tras el voto del senador a favor del impeachment -esto es, la remoción de la ahora ex presidente...

07 de Septiembre de 2016

Tras el voto del senador a favor del impeachment -esto es, la remoción de la ahora ex presidente Dilma Rousseff-, los ciudadanos brasileños se unieron al extendido club de latinoamericanos que padecieron las políticas populistas, corruptas y generadoras de pobreza del denominado 'socialismo del siglo XXI'.

Al tener que enfrentar a desastrosas consecuencias, los ciudadanos de países vecinos ya habían decidido dar vuelta a la página y seguir adelante. La Argentina tomó consciencia el pasado año, instalando al presidente del centroderecha Mauricio Macri, luego de más de una década de fallida administración de parte de la familia Kirchner, de extracción peronista.

Brasil, impeachment a Dilma RousseffA comienzos de este año, los peruanos votaron por un economista de centroderecha de 78 años de edad, para volver a la senda correcta. Y, en Caracas, Venezuela, decenas de miles tomaron las calles para exigir la remoción del régimen brutalmente fascista puesto en el poder por uno de los fundadores del socialismo del siglo XXI, el fallecido Hugo Chávez.

En Brazil, los programas de gasto estatal patrocinados por la presidente Rousseff y su predecesor y mentor en el socialismo, 'Lula' Da Silva, solo lograron sacar de la pobreza a los brasileños de manera perentoria, a través de transferencias de fondos y de beneficios sociales que terminaron prácticamente depositando al país en la bancarrota, y arrojándolo a la recesión más profunda desde los años treinta.

Luego de sobreexplotar numerosas oportunidades en la era del boom en los precios de los commodities y materias primas, estas naciones ahora enfrentan un difícil -aunque necesario- proceso de reformas que remuevan los verdaderos obstáculos que limitaron el crecimiento de la productividad y que, de igual manera, reprimieron la convergencia de cada país con economías más avanzadas.

Numerosas de estas reformas han sido detalladas oportunamente en la recientemente publicada 'Agenda 2017 para la consolidación global de la libertad económica'.

Tales propuestas incluyen:

 

  • * Una más sólida protección de los derechos de propiedad, y medidas anticorrupción más efectivas.
  • * Un esfuerzo renovado, tendiende a la reducción de barreras al comercio y la inversión (ejemplo: barreras no-tarifarias y regímenes de inversión poco transparentes).
  • * La liberalización de los mercados de la energía.
  • * La reducción del apoyo a firmas estatales fuertemente subsidiadas, que se presentan como terreno fértil para el capitalismo de amigos y el nepotismo (conforme lo consigna el ejemplo de Petrobras en Brasil).

Al tomarse estas medidas, bajo el nuevo presidente Michel Temer, Brasil podrá, próximamente, aumentar su calificación en el Indice de Libertad Económica (publicado por el think tank estadounidense The Heritage Foundation) y, más importante aún, cosechar mejoras sostenibles en el estándar de vida de millones de sus ciudadanos.

La caída de Rousseff estaba sellada, al revelarse que tanto ella como su partido político PT (Partido Dos Trabalhadores) habían falseado los libros del presupuesto, con el objetivo de potenciar medidas de gasto estatal y, así, promocionar su victoria por la reelección en la presidencial del 2014. Ahora, los brasileños han clausurado esos libros, para terminar abriendo la puerta que conduce a mayores índices de prosperidad, en la América Latina post-socialista.


Artículo original en inglés, en dailysignal.com/2016/09/07/socialism-of-the-21st-century-collapses-in-brazil-heres-why-it-failed/

 

Sobre James M. Roberts

Es Analista en temáticas de Libertad Económica y Crecimiento en el Centro para Comercio Internacional y Economía (CITE). Responsable de tareas de investigación, desarrollo y análisis del Indice de Libertad Económica (desarrollado en conjunto entre la Fundación Heritage y The Wall Street Journal). Sirvió durante 25 años en el Departamento de Estado, desempeñándose en el servicio exterior en las embajadas de los Estados Unidos en México, Portugal, Francia, Panamá y Haití