INTERNACIONALES: LUKE COFFEY

Turquía: el reciente golpe consigna la inestabilidad del país

El golpe militar que intentó ponerse en marcha en Turquía -país miembro de OTAN- fue sofocado...

20 de Julio de 2016

El golpe militar que intentó ponerse en marcha en Turquía -país miembro de OTAN- fue sofocado durante el pasado fin de semana.

Al momento de publicarse el presente artículo, al menos 265 personas habían perdido la vida en los eventos, mientras que otras 1.400 resultaron heridas. Miles de jueces han sido dados de baja, o bien arrestados. Tanques de guerra dispararon munición contra el parlamento en Ankara y, en cierta instancia, el presidente Recep Tayyip Erdogan se vio forzado a dirigirse a la nación -utilizando FaceTime.

Luego de aterrizar finalmente en el Aeropuerto Atatürk de Estambul, un serio -y algo conmovido- Erdogan declaró en televisión nacional: 'Este levantamiento es un regalo de Dios para nosotros, porque servirá como fundamento para limpiar nuestro ejército'.

Obama, ErdoganqY Erdogan no pierde el tiempo. Desde pronunciadas aquellas palabras, miles de soldados de las fuerzas armadas locales fueron arrestados, incluyendo generales de trayectoria.

El golpe del fin de semana fue el cuarto desde 1960 (el quinto, si se considera al denominado 'golpe post-moderno' de 1997). En cada uno de los episodios anteriores, los militares habían sido exitosos -y la democracia fue luego devuelta al pueblo.

Las fuerzas armadas turcas se consideran a sí mismas como guardianas del legado de Mustafá Kemal Atatürk (fundador de la República de Turquía), con bases seculares y portando orientación occidental. En consecuencia, los golpes militares han sido una característica particular de la República Turca cuando el país se aleja de aquellos principios fundacionales.

Aún no queda claro qué motorizó a los conspiradores del golpe, pero es posible ejercitar algunas presunciones.

Es lógico que muchos entre los militares se muestren cada vez más preocupados por la posibilidad de que Erdogan se haya abrazado a un aspecto más conservador del Islam, en perjuicio del secularismo estatal. Los ataques recientes contra la libertad de prensa por parte del gobierno no han pasado desapercibidos.

Erdogan también ha sido acusado de coquetear con los sunitas islamistas durante mucho tiempo en Siria. El incremento de los ataques del Estado Islámico a lo largo de Turquía, y la aparente nula predisposición de Erdogan para responder ante tales eventos de forma significativa, podrían haber desempeñado un rol a la hora de explicar el intento de golpe.

El reciente acercamiento con Rusia podría haber empujado a los militares al borde de la acción. Se ha informado que el piloto turco que derribó el avión ruso luego de que la aeronave ingresara ilegalmente al espacio aéreo de Turquía el pasado año, participó en el golpe.

En más de un sentido, este golpe estaba llamado a fracasar desde el inicio. Se trató de un intento de golpe sin nombre, calificación, líder público, ni mandato. En lugar de proteger a los ciudadanos y a las instituciones democráticas del país, los conspiradores atacaron a civiles y dispararon munición contra el parlamento, desde tanques de guerra. Ninguna base militar de importancia cayó bajo el control de los conspiradores, y ningún líder de trayectoria en el gobierno fue capturado. No había razones para que el ciudadano turco promedio se abrazara a tales intentos y, sin que ello representara sorpresa, pocos efectivamente lo hicieron.

Paradójicamente, el golpe demostró la solidez de la democracia en Turquía, al menos por el momento. Guste o no, Erdogan es un líder elegido democráticamente. La totalidad de los partidos políticos principales -incluyendo la oposición- firmaron una carta conjunta para condenar el intento de golpe. Numerosos ciudadanos turcos que se manifestaron en el Gezi Park de Estambul en 2013 contra el mandato de Erdogan, se pronunciaron contra el golpe que buscó derribar a Erdogan, el pasado fin de semana.

Bajo Erdogan, Turquía ha oficiado de ruidoso socio de los Estados Unidos de América, aunque continúa siendo un aliado crítico y miembro de OTAN. Es parte de los intereses estadounidenses el hecho de que Turquía se mantenga en la vía de la estabilidad, y se convierta en un líder productivo en la región -y más allá.

El solo hecho de la ocurrencia del fallido golpe demuestra que Turquía es estable. En lugar de convertirse en líder regional, Erdogan enfocará gran parte de sus recursos y energía a llevar a los conspiradores a la justicia. Esto, por ejemplo, extiende una invitación a Rusia para tomar ventaja del escenario. Todo lo cual sería mala noticia para Turquía y para los Estados Unidos.

El golpe pudo ser breve, pero sus consecuencias quizás permanezcan por años -Erdogan utilizará el golpe para consolidar su poder aún más. El panorama político en Turquía cambiará de manera radical. Pero si Erdogan responde al golpe abandonando por completo los principios democráticos por los que todavía se rige Turquía, estará sembrando la semilla para el próximo intento de golpe de Estado. Las decisiones que Erdogan tome próximamente, impactarán en Turquía por, al menos, una generación.


Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2016/07/17/the-attempted-coup-reveals-turkeys-instability-thats-bad-news-for-the-us/

 

Sobre Luke Coffey

Desarrolla artículos relacionados con la relación especial entre Estados Unidos y Gran Bretaña, en la Fundación Heritage (Washington, D.C.). Se concentra específicamente en temas de Seguridad y Defensa, incluyendo el rol de la OTAN en la Unión Europea y en materia de seguridad transatlántica. Previo a desempeñarse en Heritage, Coffey sirvió en el ministerio de defensa británico como consejero especial al entonces secretario de Defensa, Liam Fox. Sus trabajos también son publicados en español en el sitio web The Daily Signal.