INTERNACIONALES: NOLAN PETERSON

Niza y el nuevo 'día a día' de los franceses: la amenaza terrorista

El ataque terrorista de Niza motorizó oleadas de acusaciones de parte de la élite política francesa...

18 de Julio de 2016

El ataque terrorista de Niza motorizó oleadas de acusaciones de parte de la élite política francesa, en relación a la insuficiente esfuerzo de seguridad en ocasión de las celebraciones por el Día de la Bastilla; asimismo, dejó entrever su reconocimiento de que la amenaza del terrorismo islamista se ha convertido ya en una realidad que es parte del día a día en el país.

El ataque -que se cobró la vida de 84 personas en la Rivera Francesa el 14 de julio, día de la independencia del país- ha desafiado al discurso político tradicional en Francia, a la hora de definir cómo combatir al terrorismo. El foco se ha reorientado parcialmente, de cómo eliminar las causas del terrorismo, a hallar modos para mitigar efectivamente la amenaza terrorista (bajo el empleo de mejores mecanismos de seguridad).

'Podríamos negarnos a mirar la realidad, olvidar y seguir adelante'. Así se refirió el primer ministro francés, Manuel Valls, en una entrevista publicada en medios franceses el domingo. 'Pero le debo la verdad al pueblo francés: el terrorismo será parte de nuestro día a día, durante un largo tiempo'.

FranciaLos ataques terroristas de enero y noviembre de 2015 en París motivaron distintos debates en los pasillos del gobierno francés, y multitudes de editoriales al respecto de cómo combatir a los terroristas.

El discurso puso el foco en varios temas, como ser: integrar a la población musulmana marginada de Francia, dotar de poderes extraordinarios a los servicios de inteligencia y a las fuerzas de policía, y a evaluar la efectividad de los ataques en Irak y Siria -que persieugen contrarrestar la amenaza del Estado Islámico contra el territorio continental francés.

En contraste, y luego del ataque de Niza, algunos políticos acusaron inmediatamente al presidente François Hollande y a su gobierno de no hacer lo suficiente para mantener seguro al país, y cuestionaron si acaso la seguridad era demasiado laxa en oportunidad de las celebraciones por el Día de la Bastilla.

Así, pues, muchos describen el evento de Francia como un fallo de seguridad, antes que un síntoma de fractura social en Francia, o de consecuencias surgidas de la intervención militar en el extranjero.

'¿Cómo pudo ese camión ingresar a una zona de seguridad peatonal? Sin dudas, la investigación probará que las medidas de seguridad fueron insuficientes', dijo a los reporteros Christian Estrosi, presidente del Concejo Regional de Niza, el sábado.

El ex primer ministro francés Alain Juppé, declararía el sábado: 'Si se hubiesen tomado todas las precauciones de seguridad, este drama no hubiese tenido lugar'.

 

Italian Piero Massardi shows a picture of his wife Carla Gaveglio, who is still missing after the victims of terrorist attack on Bastille day at the Promenade des Anglais in Nice, France. (Photo: Irina Kalashnikova/SIPA/Newscom)

El ciudadano italiano Piero Massardi muestra una fotografía de su esposa, Carla Gaveglio, quien aún se encuentra desaparecida tras el ataque del Día de la Bastilla en la Explanada de los Ingleses, en Niza, Francia. (Crédito: Irina Kalashnikova/SIPA/Newscom)

En una entrevista concedida a Le Parisien, un matutino francés, Juppé dijo: 'No estoy agitando la controversia con nadie en particular. Comprendo qué difícil es esta tarea, pero el fatalismo no puede ser una política. Podemos hacer mucho más, y hacerlo mejor; aún cuando, desde luego, el "riesgo cero" no existe'.

'Algunos políticos irresponsables afirman que el ataque era evitable', declaró Valls en una entrevista con los medios franceses, publicados el domingo. 'Pero el "riesgo cero" no existe. Decir lo contrario es mentirle al pueblo francés'.



La nueva normalidad

France ha padecido tres ataques terroristas con bajas masivas en los pasados dieciocho meses. Para muchos ciudadanos, la vida en el día a día -en donde se convive con la amenaza del terrorismo- es la nueva normalidad.

En enero de 2015, los terroristas asesinaron a diecisiete personas en varios puntos de París, incluyendo a doce en un tiroteo en la oficina del periódico Charlie Hebdo, y a cuatro personas en un supermarket judío-kosher.

Luego de los ataques de enero, Hollande lanzó la Operación Sentinelle, lo que significó el despliegue a nivel doméstico de un aproximado de diez mil tropas para patrullar las calles de Francia, con un énfasis en la protección de objetivos de alto vuelo, como ser sinagogas y escuelas. Se trató de el primer despliegue de tropas del ejército en suelo francés, de toda la historia.

Hacia abril de 2015, Hollande había disminuído el caudal de los elementos participantes, a siete mil. Pero retornó a los diez mil iniciales tras los ataques registrados en noviembre.

 

En principio, la perspectiva de ver a tropas del ejército patrullando las calles en formación de combate y portando armamento y kit, fue perturbador para los ciudadanos franceses y para turistas por igual. Pero, tras dieciocho meses, las patrullas armadas ya no son algo de excepción, lo cual subraya el modo en que la sociedad francesa está ajustándose a las realidades del día a día, bajo la amenaza terrorista.


'Una era diferente'


Después de los ataques terroristas de París del 13 de noviembre -que dejaron un saldo de 130 personas fallecidas-, Hollande le declaró la guerra al Estado Islámico, replicando tanto en el orden doméstico como en el extranjero.


'Nos encontramos en guerra con el terrorismo yijadista', dijo Hollande en su discurso del 16 de noviembre al Congreso del Parlamento Francés. En las semanas siguientes, el presidente protagonizó un rally diplomático transcontinental, para aunar esfuerzos junto a líderes mundiales contra ISIS en Siria e Irak.

 

A couple walk through the empty flower market in the old city and near a sign which reads, "Pray for Nice" days after a truck attack on the Promenade des Anglais on Bastille Day killed scores and injured as many in Nice, France, July 17. (Photo: ERIC GAILLARD/REUTERS/Newscom)

Una pareja transita en inmediaciones del mercado de las flores en la vieja ciudad; en el cartel puede leerse: 'Recen por Niza', días luego del ataque en el paseo 'Promenade des Anglais' el Día de la Bastilla. (Photo: Eric Galliard/Reuters/Newscom)

Luego de los episodios de noviembre, Hollande también declaró a Francia en estado de emergencia nacional, lo cual dotó de poderes extraordinarios a nivel nacional a las fuerzas de policía y a los servicios de inteligencia para llevar a cabo arrestos, allanamientos y clausurar mezquitas con sospechas de vinculaciones con extremistas.

El viernes, en un discurso televisado (luego del ataque de Niza), el jefe de Estado -visiblemente conmovido- anunció que extendería el estado de emergencia para el país, que estaba llamado a expirar el 26 de julio. La prórroga fue de tres meses.

'Vivimos en una era diferente', dijo Valls a los medios. 'Francia deberá convivir con el terrorismo. Pero Francia es una gran democracia, que jamás será desestabilizada'.

La ampliación del estado de emergencia fue ampliamente aceptada entre los políticos franceses, aún cuando algunos se preguntaron si acaso sería suficiente como para contarrestar la recurrente amenaza.

El presidente del senado, Gérard Larcher, declaró el domingo que apoyaba la ampliación de la Operación Sentinelle, aunque agregó: 'El estado de emergencia y la unidad nacional no pueden ser las únicas respuestas cada vez que un ataque tiene lugar. El pueblo francés espera más del presidente de la república, y del gobierno'.

Sobre Nolan Peterson

El autor es ex piloto de operaciones especiales y veterano de Irak y Afganistán. Oficia de corresponsal para la web The Daily Signal (Washington, D.C., Estados Unidos) en Ucrania.