ECONOMIA INTERNACIONAL: MARIAN L. TUPY

Recordatorio sobre socialismo y hambre

El socialismo ha vuelto a ponerse de moda, particularmente entre los jóvenes...

25 de Marzo de 2016

El socialismo ha vuelto a ponerse de moda, particularmente entre los jóvenes de educación universitaria en los Estados Unidos de América. Naturalmente, éstos son demasiado jóvenes para recordar la Guerra Fría, y pocos de ellos estudian Historia. Por lo tanto, resulta oportuno recordar a los milennials cuál es el legado del socialismo -especialmente en algunas de las naciones más pobres del planeta.

Aquellos de nosotros que recordamos los inicios de los años ochenta, siempre tendremos presentes las imágenes de los niños etíopes hambrientos. Con sus barrigas hinchadas y sus ojos cubiertos de moscas, ellos fueron las víctimas inocentes de los Derg -el grupo de militantes marxistas que tomaron el poder en el gobierno de Etiopía y que emplearon la hambruna para someter a las regiones del país que no controlaban.

EtiopíaEntre 1983 y 1985, un aproximado de 400 mil personas murieron de inanición. En 1984, los Derg se anotaron el 46 por ciento del PBI de la nación para gastos militares, a la postre creando el mayor ejército del Africa. En contraste, el gasto en salud se precipitó al 6 por ciento del PBI en 1973, llegando a solo el 3 por ciento en 1990.

Tal como podía preverse, los Derg responsabilizaron por la hambruna a la sequía imperante, a pesar de que las lluvias dejaron de caer muchos meses después de que la escasez de alimentos comenzara. En 1991, los Derg fueron depuestos, y su líder, Mengistu Haile Mariam, huyó a Zimbabue -donde hoy reside bajo protección gubernamental e 'invitado' por los contribuyentes locales.labelY, hablando de Zimbabue, en 1999, Robert Mugabe -el dictador marxista de 92 años de edad que llegar al poder en 1980-, se embarcó en un catastrófico programa de 'reforma agraria'. El programa nacionalizó tierras privadas y dio lugar a la expulsión de granjeros y hombres de negocios no africanos. El resultado directo fue un colapso en la producción de la agricultura, la segunda hiperinflación más alta de la historia mundial -que alcanzó su pico en 89.7 sextillones, o un 89.700.000.000.000.000.000.000 por ciento por año-, y una tasa de desempleo del  94 por ciento.

Miles de ciudadanos de Zimbabue perecieron a causa del hambre y las enfermedades, a pesar de la masiva asistencia internacional. Tal como había sucedido en Etiopía, el gobierno de Zimbabue echó culpas sobre el clima, robó gran parte de los fondos enviados desde el exterior que debían dedicarse a asistencia humanitaria, y negó alimentos y medicinas a sus opositores políticos. Plus ça change, plus c’est la même chose ('Mientras más cambian las cosas, más permanecen iguales').

Me fue recordado lo peor de la historia, al tener en mis manos la tabla de Benjamín Zycher -que registró las más monumentales hambrunas del siglo XX. Conforme lo apunta Zycher, seis de cada diez hambrunas tuvieron lugar en naciones bajo control del socialismo. Otras hambrunas, incluyendo a las de Nigeria, Somalía y Bangladesh, se debieron en parte a la guerra y a la malversación económica en que incurrieron los respectivos gobiernos.labelLos estudiantes estadounidenses que exhiben cada vez mayor interés en el 'socialismo' son hoy demasiado jóvenes para recordar cómo lucía el mundo la última vez que el socialismo se apersonó en numerosos países. Durante la breve existencia de esos mismos estudiantes, la hambruna casi ha desaparecido. Hoy día, no existe prácticamente un caso de hambruna -ni siquiera en sitios devastados por la guerra, como es el caso de Siria.

¿Por qué desaparecieron las hambrunas? En primer lugar, porque la producción del agro se encuentra en su cénit, y los alimentos cada vez son más económicos -no suben de precio. Entre 1960 y 2015, la población mundial se incrementó en un 143 por ciento. Durante igual período, el precio de los alimentos se ha precipitado en un 22%. En segunda instancia, la humanidad se ha vuelto más rica, y puede permitirse adquirir más alimentos. A lo largo de los últimos 55 años, el ingreso real per capita en el mundo se incrementó en un 163%. Tercero: las comunicaciones y el transporte han acusado mejoras impresionantes, y ahora es posible entregar asistencia alimentaria en cualquier parte del globo, en un breve período de tiempo. Cuarto: la globalización y el comercio garantizan que los alimentos puedan ser comprados por cualquiera, en cualquier lugar.

Africa ha sido el principal beneficiario de estas saludables mejoras. En 1961, los africanos consumían un promedio de 1.993 calorías por persona, por día. En 2011 -último año para el cual el Banco Mundial ha proporcionado esta información-, consumieron un promedio de 2.618 calorías. A nivel global, el consumo de alimentos trepó de 2.196 calorías, a 2.870. Incluso en Etiopía, el consumo de alimentos se ha incrementado. En 1993, dos años después del derrocamiento de los Derg, los etíopes consumieron un promedio de 1.508 calorías por persona, por día. En 2013, consumieron un promedio de 2.131 calorías.

Zimbabue, que aún padece las consecuencias del dominio marxista, no ha tenido la misma suerte. En 1961, los ciudadanos del país consumieron un promedio de 2.115 calorías diarias por persona. Hacia 2013, la cifra cayó a 2.110. Allí donde se ha intentado -desde la Unión Soviética en 1917 hasta Venezuela en 2015-, el socialismo ha fracasado. Los socialistas han prometido una utopía basada en ecuanimidad y abundancia. En lugar de ello, han traído tiranía y hambruna. Los jóvenes universitarios estadounidenses debieran tenerlo bien presente.


Artículo original en inglés, en http://humanprogress.org/blog/socialism-and-hunger--a-quick-reminder

 

Sobre Marian L. Tupy

Analista de políticas públicas del Centro para la Libertad y la Prosperidad Global del Cato Institute. Editor del sitio web Human Progress.