INTERNACIONALES: FRANCISCO ALARCON

Venezuela: los 'bachaqueros', salvavidas del consumo

Para la mayoría de los venezolanos, las históricas elecciones legislativas...

28 de Diciembre de 2015
Para la mayoría de los venezolanos, las históricas elecciones legislativas del 6 de diciembre parece que se hubiesen celebrado hace mil años aunque, en efecto, los electores propinaron una aplastante derrota al partido socialista (PSUV) del gobierno. Sólo la mancha de tinta, ya casi desaparecida de los dedos, les recuerda que votaron hace sólo unos días. Y el regreso al rigor de la vida diaria ha ayudado a hacer que los comicios pasen rápidamente al recuerdo.

Pero las filas interminables de personas que esperan horas para comprar todo tipo de artículos no han desaparecido. En meses recientes, la búsqueda de productos básicos se ha hecho más urgente y desesperada. 'No tenemos ni arroz ni frijoles. Esto es comida de pobres, y no tenemos ni esto', me comentó Dilma Ruz, madre de dos hijos, un día antes de los comicios en un barrio marginal llamado El Torre, en la zona de clase trabajadora de Petare.

Dilma explica que la única forma en que puede alimentar a sus dos hijas pequeñas y hallar algo de paz mental es llamar a un 'bachaquero'; se trata de compradores que revenden productos a altos precios. El nombre se deriva de un tipo de hormiga sudamericana llamada 'bachaco'. Y el término supo acuñarse a la hora de identificar a los traficantes que llevan a cabo negocios ilegales entre Venezuela y Colombia.

Bachaqueros, VenezuelaEstos bachaqueros cruzan la frontera con el contrabando a las espaldas o encima de la cabeza. Puede vérseles desde el aire, caminando en fila india -como si fueran hormigas.

Los bachaqueros funcionan como parte de una cadena. Consiguen productos de primera necesidad a través de un canal que comienza con la persona que los oferta a un distribuidor, y concluye con un vendedor callejero al final del proceso. En ocasiones, se cuentan más intermediarios, lo cual deriva en precios más elevados.

'Los precios suben mucho para cuando los productos llegan a mis manos', dice una bachaquera, quien por razones de seguridad se limitó a identificarse sólo por su nombre, Adriana. La mujer ofrece un vistazo al mercado negro que funciona en casi todas partes en Venezuela.

La razón del aumento de los precios es sencilla: cada eslabón de la cadena exige su parte de las ganancias. Con frecuencia -comenta Adriana-, una persona con acceso a bienes del hogar decide no vender un producto en específico para provocar una mayor demanda, y un mayor precio.

'Es un abuso. La gente que necesita esos productos no tiene dinero, y entonces para mí se convierte en algo que no rinde dinero', se lamenta Adriana, quien da un ejemplo: 'Un rollo de papel higiénico solía costar 2,500 bolívares, pero ahora yo lo puedo conseguir por 7,000. Es el mismo papel, la misma calidad, pero el precio se ha triplicado. Es absurdo'.

En momentos como éste, resulta obvio la incomodidad devuelta por la situación. Adriana quiere ayudar a a la gente a conseguir productos escasísimos, como ser leche, aceite para cocinar y pan. Pero, por otra parte, también necesita ganar dinero para mantenerse. Adriana reconoce que el principio de su carrera de bachaquera, que comenzó hace como un año, los precios fijados por su distribuidor eran razonablemente bajos y ella ganó una fortuna.

'En estos días, es mucho más difícil ganar dinero', afirma, a pesar de que el gobierno mantiene los precios a niveles asequibles. Pero casi no hay oferta de productos. Las reglas de control del gobierno son una de las razones que permiten prosperar a los bachaqueros. Y si no pueden comerciar sus productos en Venezuela, los envían a Colombia.

El gobierno del presidente Nicolás Maduro culpa a personas como Adriana por la compleja situación económica del país, diciendo que la estrategia bachaquera de acaparar los productos con la intención de venderlos después aquí o en Colombia no sólo daña la economía venezolana, sino que se explica como motivo para la escasez de productos básicos y las extensas filas.

Maduro insiste una y otra vez que es la 'mafia derechista' la que controla el mercado negro, y califica sus actividades de 'guerra económica' que libran los bachaqueros contra la revolución y su pueblo.

Pero Adriana desestima las acusaciones de Maduro. La mujer está segura de que la culpa la tienen los funcionarios corruptos del gobierno. 'Cierto, es la mafia, pero la gente con acceso a los productos son chavistas o alguien relacionado con ellos', explica.

Es un lunes por la tarde, y Adriana espera a uno de sus 'clientes'. La mujer ahora comercia productos de forma regular a diez caraqueños. Todos viven en los barrios más acaudalados de la ciudad, como Altamira, Chacao y Sucre. Desde hace ya algún tiempo, estos vecindarios votan abrumadoramente por la oposición, y el 6 de diciembre no fue la excepción.

Tiempo más tarde, un hombre de edad mediana llega conduciendo al estacionamiento soterrado donde Adriana lo espera con una caja grande llena de productos, como leche en polvo -que ya ha reemplazado a la leche fresca. La leche era algo que el cliente necesitaba desesperadamente, y cuando Adriana le dijo el precio, el individuo aceptó con alegría.

'Ella me ayuda no solamente a conseguir lo que no puedo encontrar en ninguna parte, sino más importante, gente como ella le ahorra tiempo a uno, no tengo que estar horas en una fila. Le estoy muy agradecido', dice el hombre, quien se negó a identificarse por temor a represalias del gobierno.

Sin embargo, Adriana tampoco hace milagros. Incluso su distribuidor -de quien se dice está bien conectado- no puede entregarle demasiados productos, especialmente desodorante, pañales para niños y toallas sanitarias.

'La Venezuela de Maduro está totalmente saqueada', dice Dilma Ruz. Ella votó -dice- contra el régimen, a pesar del hecho de que se considera chavista. Confiesa que ya no le queda energía para ser políticamente activa.

'Todos los días me preocupo mucho por mis hijas, para que no pasen hambre', relata.

 
Sobre Francisco Alarcón

Es escritor y columnista venezolano. Colabora periódicamente en medios impresos y electrónicos: Diario La Voz (Venezuela), Analitica.com, Noticiero Digital y The Americano.