INTERNACIONALES: OLIVIA ENOS

El severo problema demográfico de China, cuya nueva política de natalidad no resolverá

La reciente decisión china de abandonar su política de un solo hijo...

12 de Noviembre de 2015
La reciente decisión china de abandonar su política de un solo hijo (para pasar a una de dos hijos), en tanto bienvenida, no resulta en un cambio fundamental de políticas, como tampoco es una solución de largo plazo para el dilema económico de la República Popular.
 
En su raíz, la política de un solo hijo fue, a lo mucho, otro medio por el cual China mantenía control sobre su pueblo. La política de dos hijos invocada recientemente continúa la práctica gubernamental de involucrar al Estado en las decisiones personales de la familia. Más aún, es improbable que sea de utilidad para sobreponerse a los desafíos demográficos que busca remediar.
 
China exhibe un largo historial en materia de planificación familiar. Bajo Mao Zedong, el pueblo chino recibía alimentos y dinero para tener más hijos. Sin que ello representara sorpresa, la población explotó. Los líderes del Partido Comunista local atribuyeron el problema de la población creciente a la pobreza y al hambre experimentados bajo Mao. En consecuencia, implementaron una política que requería matrimonios tardíos, mayores intervalos entre nacimientos, y menos niños. Estas China, poblaciónpolíticas resultaron en la mayor caída de las tasas de fertilidad en China en la historia reciente.
 
Convencido de que ello no fue suficiente, el Partido Comunista Chino instituyó luego la política de un solo hijo. Implementada con la ayuda de esterilización y abortos forzados, esta política pública continuó fomentando la declinación en las tasas de fertilidad chinas. Cada intento sucesivo de controlar el tamaño de la población dañó no solo a la economía china, sino al pueblo chino.
 
La política de un solo hijo dio lugar a un breve dividendo demográfico: un retroceso de corto plazo en el número de dependientes. Los efectos de largo plazo, sin embargo, son otro tema -muy diferente.
 
Conforme lo demostrara Nicholas Eberstadt (del think tank estadounidense American Enterprise Institute, en www.aei.org/publication/the-demographic-risks-to-chinas-long-term-economic-outlook), el futuro demográfico de China se ha vuelto más obscuro. Como resultado de las políticas de un solo hijo, los expertos estiman el índice de crecimiento proyectado del PBI chino bajo la cifra de una probable declinación del 7.2% en 2013, a un máximo del 6% para 2020.
 
Aún con el advenimiento de la política de dos hijos, el crecimiento económico declinará en la década del 2020. Ello se debe a que la población económicamente activa de la próxima generación ya es demasiado pequeña. Los economistas estiman que la población anciana de China se incrementará en un 60% hacia 2020 (cgd.swissre.com/topics/Demographic_risks_to_China.html), en simultáneo con una declinación de casi el 35% de la población económicamente activa. Lo cual representará un peso formidable para la economía del país, particularmente debido a que el equivalente chino del sistema de asistencia social no está adecuadamente preparado para hacer frente a las necesidades de una población más anciana.
 
Para expresarlo más claramente, la decisión del Partido Comunista Chino de invocar una política de dos hijos remite a una reforma demasiado escasa e igualmente tardía, a los efectos de deshacer los efectos perniciosos de la política de un solo hijo. Más aún, ignora la raíz de los desafíos demográficos de la República Popular, esto es, el involucramiento del gobierno de Pekín en las decisiones privadas del núcleo familiar.
 
Las parejas en las áreas rurales de China han recibido permiso tácito para tener más de un hijo, durante años. El Partido Comunista ya había relajado el refuerzo de esta política en 2014, cuando permitió a parejas formadas por hijos únicos dar a luz por segunda vez. Este cambio formal, sin embargo, elevó el número de nacimientos solo en un millón de personas -un incremento magro, en el contexto de los 16 millones de individuos que nacen en China anualmente.
 
Asimismo, es improbable que una eventual relajación en la política de dos hijos resulte en un crecimiento significativo del crecimiento de la población y, por ende, difícilmente alivie los severos desafíos demográficos y económicos que enfrenta el país. Como tampoco hará mucho la nueva política para resolver los problemas de la nación, en lo que refiere al homicidio de género y el abuso en materia de derechos humanos.
 
La política de dos hijos del gobierno chino no hace sino continuar el legado de planificación familiar bajo coerción. Las elecciones hechas sobre política pública en el pasado ya han signado el futuro demográfico de la República Popular China, y el panorama no es alentador. Pero el Partido Comunista Chino aún cuenta con la oportunidad de enderezar al menos uno de sus errores, simplemente abandonando la planificación familiar bajo coerción y permitir a las familias chinas tomar sus propias decisiones en relación al tamaño de sus respectivos núcleos.


Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2015/11/05/china-has-a-serious-demographic-problem-and-its-new-two-child-policy-will-not-fix-it/

 
Sobre Olivia Enos

Es asistente en investigación en el Centro de Estudios Asiáticos en la Fundación Heritage, Washington, D.C. Sus artículos se publican en el sitio web The Daily Signal (Estados Unidos).