ECONOMIA INTERNACIONAL: RICHARD W. RAHN

Lecciones de la Liga Hanseática

A principios de mayo, se registraron informes en la prensa sueca y finlandesa acerca de...

23 de Junio de 2015
Suecia, Estocolmo— A principios de mayo, se registraron informes en la prensa sueca y finlandesa acerca de lo que parecía ser una submarino ruso investigando los malecones tanto de Estocolmo como de Helsinki. Esto no fue visto como una amenaza seria por parte de Rusia, sino como una muestra más del acoso general y de baja intensidad que los rusos han mostrado en contra de sus vecinos europeos, particularmente contra las naciones bálticas.
 
La Unión Europea (UE) no es el primer bloque de libre comercio y defensa que surge en Europa. Hace seiscientos años, la Liga Hanseática tuvo peso económico y militar en una zona que en su máxima extensión iba desde Novgorod en el norte de Rusia hasta las zonas comerciales cerca de Londres. La liga estaba centrada en la ciudad alemana de Lubeck, sobre el Mar Báltico. Entre los miembros de la liga se encontraban los pueblos y ciudades ubicadas en los territorios modernos de Alemania, Dinamarca, Polonia, Lituania, Rusia, Finlandia, Suecia, Países Bajos y Bélgica. La Liga Hanseática estableció el comercio libre entre sus miembros, quienes se pusieron de acuerdo en torno a un tratado básico. También estableció su propia marina y fuerzas armadas para proteger su carga y triunfó, en gran medida, eliminando a los piratas en el Mar Báltico.
 
Las primeras alianzas comerciales que evolucionaron hasta convertirse en la Liga empezaron luego del fin de la Era de los Vikingos en el siglo 12 y duraron hasta el auge del Imperio Sueco, que obtuvo control sobre gran parte del Már Báltico en siglo 16. Muchos de los miembros de la liga eran 'ciudades y pueblos libres', y otros eran controlados por príncipes locales. Era la clase comerciante la que constituía la fuerza determinante detrás de la liga, dado que el creciente comercio se volvió altamente rentable para esta clase y aumentaba considerablemente la prosperidad de los que vivían en la zona comercial de la liga. A lo largo de los siglos, las ciudades ingresaron y salieron de la liga conforme las circunstancias cambiaban.
 
La UE se enfrenta a muchas de las mismas presiones que enfrentó la liga. No todos los miembros de la liga obedecieron las normas en todo momento —léase Grecia— pero la liga duró. Algunos miembros fueron acosados o incluso atacados por los reinos vecinos —léase Rusia— pero la liga duró más de tres siglos. La Rusia de Vladimir Putin ha estado involucrada en una campaña de baja intensidad para acosar e intimidar a algunos de sus vecinos por razones políticas y económicas que son muy comprensibles. El Sr. Putin ha sido claro acerca de su objetivo de recrear un Imperio Ruso como su legado, de manera que él reclama el derecho de proteger a los rusos, incluso cuando estos viven fuera de Rusia. Más de un cuarto de la población de Estonia es rusa. Los estonios son bombardeados con propaganda rusa a través del canal ruso Russia Today (RT) y otras fuentes. Los rusos proveen beneficios financieros a los políticos, periodistas y otros que adoptan una línea pro-Putin —no solo en Estonia, sino también en otras partes.
 
Los países de la OTAN han acordado gastar 2 por ciento de su producto interno bruto en defensa, aún así muchos de ellos están quedándose cortos frente a este objetivo autoproclamado (Nota: 2 por ciento puede que sea muy poco o demasiado o incluso una medida pobre de lo que se necesita para lograr una defensa común). El deseo de los políticos de gastar dinero en cosas distintas a la defensa así como la influencia rusa es probable que expliquen gran parte de este faltante. Sin embargo, ahora el miedo de Rusia está aumentando en los estados bálticos como respuesta a las acciones de Rusia en Ucrania y a las declaraciones de sus líderes. Este creciente miedo está fomentando demandas de un gasto mayor en defensa en los países que comparten fronteras con Rusia.
 
Muchos de los países europeos de forma individual, particularmente los pequeñísimos países bálticos, no tienen los recursos militares para proveer una defensa creíble en contra de Rusia —por lo tanto he aquí la necesidad de una alianza militar, esto es, la OTAN. Aunque estos países son miembros de la OTAN, ¿pueden estar seguros de que la OTAN los defenderá? Y, ¿será que el Sr. Putin piensa que la OTAN los defenderá?
 
El hecho es que mientras más gastan estos países en su propia defensa, menos serán percibidos como dependientes de la OTAN, y más difícil será que el Presidente Obama y los otros líderes de los países en la OTAN encuentren excusas para no defenderlos. Los estonios fueron capaces de defenderse de un importante ataque cibernético por parte de los rusos en 2007. Esto puede que haya sido una prueba para lo que podría ser un ataque cibernético mucho más grande y amplio a la UE e incluso a EE.UU. en el futuro.
 
Los críticos estadounidenses y europeos de las políticas rusas, incluyendo a los funcionarios del gobierno y a los rusos que viven en EE.UU. y en Europa, han experimentado ataques cibernéticos, acoso de baja intensidad, y desinformación utilizada en contra de ellos—la fuente de todo esto siendo muy difícil de comprobar con certeza. Aún así, hay considerable evidencia de que la ayuda rusa a los grupos ambientales estadounidenses está destinada a asistirlos en su oposición a la perforación y ‘fracking’ de petróleo y gas —porque le interesa a Rusia que se limite el crecimiento de los proveedores que no son rusos. La Liga Hanseática prosperó por más de tres siglos gracias a su voluntad tanto de remover miembros que no lograban jugar de acuerdo a las reglas, así como también por defender vigorosamente a los miembros en contra de aquellos que buscaban perjudicarlos. La UE y la OTAN necesitan hacer lo mismo.

 
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