POLITICA: MATIAS E. RUIZ

Argentina, tierra fértil para el embuste

Desde que el ciclo de vida del subsistema político kirchnerista comenzó a desandar su fase descendente...

14 de Abril de 2015

Desde que el ciclo de vida del subsistema político kirchnerista comenzó a desandar su fase descendente, multiplicáronse las presentaciones mediáticas de expertos y pretendidos gurúes económicos, propensos a diagnosticar un cuatrienio (2016-2019) abundante en inversiones. La hipótesis de trabajo de estos economistas (muchos nucleados en el espectro opositor) se resume en una afirmación base, a saber, que la inversión extranjera directa aterrizará en la Argentina a los trompicones, por el solo hecho de que Cristina Kirchner y sus desprejuiciados funcionarios abandonarán el control del Estado Nacional en diciembre próximo. Complementariamente, aquella percepción extrañamente positivista convive con el anuncio de la promocionada desaceleración de la inflación -que ya no llegaría a los 40 puntos anuales pronosticados, deteniendo su marcha entre las 28 y los 30 unidades.

Infortunadamente, se pierden de vista consideraciones fundamentales: en primer término, la 'buena nueva' que hace al dato inflacionario pudiera haberse corporizado en una noticia digna de celebración en los años ochenta -espacio temporal en donde numerosas naciones de América del Sur y Centroamérica naufragaban en un mar de destructiva hiperinflación. Difícilmente pueda serlo hoy, habida cuenta de que la Argentina se ubica en el top five de países con mayor crecimiento del índice de precios al consumidor, en todo el globo. En segundo orden, los economistas de fuste se meten de lleno en la ciénaga del extravío, permitiendo que lo obvio pase desapercibido, esto es, que la desaceleración inflacionaria ha abierto paso al surgimiento de un violento proceso recesivo. Consecuencia que, invariablemente, emana del esquema macroeconómico declaradamente keynesiano que implementara el Gobierno Nacional a lo largo de los últimos doce años.

El keynesianismo -entendido como la utilización de fondos estatales para motorizar el crecimiento de la actividad económica- no comportaría per se nada de malo, si fuese aplicado con criterio. Un ejemplo clásico es el compartido por las naciones escandinavas, en donde -vale refrescarlo- existe un respeto generalizado por lo público, que el ciudadano promedio asimila como propio. En el peor de los casos, los costos sobrevienen de la mano de un elevado endeudamiento (hacia 2007, Suecia y Noruega exhibían una deuda externa de más del 100% de sus respectivos PBIs) pero economías como las citadas cuentan con la posibilidad de apalancarse financieramente merced a tasas de interés irrisorias en el mercado de capitales internacional. El Miguel Beinmodelo kirchnerista -de formulación retórica keynesiana- se presenta con costos inabarcables en materia de inseguridad jurídica: hacia fines de 2008, Sergio Massa (a la sazón, Jefe de Gabinete), Amado Boudou (ANSES) y Carlos Zannini (Secretario Legal y Técnico de la Presidencia de la Nación) le dieron forma jurídico-propagandista a la confiscación de la totalidad de los activos administrados por las antiguas AFJPs -lo que representó un robo descarado a jubilados futuros. De un plumazo, el Estado argentino se hizo de un aproximado de US$ 35 mil millones, a posteriori inyectados en la ingeniería de la repartija indiscriminada de subsidios, la sobrefacturación de obra pública jamás completada y la adjudicación de trabajos a contratistas paraestatales que oficiaron de testaferros vinculados con la Casa Rosada. Esos fondos se evaporaron rápidamente, y su destino final solo pudo rastrearse en obscuras operatorias electorales para fogonear la reelección de CFK en 2011. Por estas horas, la seguridad social se muestra en una insoslayable bancarrota -realidad certificada incluso por su mandamás, el joven Diego Bossio, desde un costumbrismo que lo empuja a descartar de plano fallos judiciales que ordenan el reajuste inmediato de haberes de una clase pasiva en franco estado de indigencia.

Los economistas opositores de referencia han dejado escapar estos suculentos detalles. Y suelen hacer caso omiso de otros que comportan un calibre no menor, que resultarían críticos para refutar la objetividad del eslogan que remite a la 'lluvia de inversiones' por venir. Así las cosas, se obvian situaciones eminentemente perniciosas para cualquier expectativa optimista de crecimiento:

- En la Argentina -aunque inadmisible-, sigue siendo necesario contar con una orden judicial para devolver una propiedad ocupada a sus legítimos dueños. Las fuerzas de policía están impedidas de intervenir de oficio para remover a ocupantes ilegales, no existiendo pena de prisión de cumplimiento efectivo para este delito;
- Es recurrente la toma -por lo general, violenta- de establecimientos productivos y fábricas por parte de supuestos trabajadores, interrumpiendo actividades y provocando destrozos multimillonarios (ejemplo: Lear);
- El Estado Nacional prohíbe expresamente a firmas extranjeras radicadas en el país el giro de utilidades en dólares o euros a sus respectivas casas matrices; el complemento de esta política es la regulación estatal a piacere de importaciones y exportaciones, y donde el 'cepo al dólar' es apenas una de las variables en danza. En simultáneo, incluso hasta jubilados europeos que residen en el país son privados de percibir sus haberes en moneda dura (a éstos se le abonan pesos a la artificiosa cotización oficial);
- La presión impositiva convierte en inviable a la actividad comercial minorista, lo cual viene a corporizar la Doctrina Santiago Montoya (ex titular de ARBA en la Provincia de Buenos Aires), luego tomada de prestado por su fiel discípulo en AFIP, Ricardo Echegaray). La incapacidad del Estado Nacional para proporcionar servicios al ciudadano de a pie termina convirtiendo a las agencias recaudadoras de impuestos en reparticiones que, literalmente, 'roban para la Corona'. Desde una óptica deontológica, carecen de idoneidad moral para recaudar; en el terreno operativo, serpentean por encima de la ley, extralimitándose en su autarquía: proceden a la confiscación de fondos de personas físicas y jurídicas sin mediar proceso judicial alguno y, generalmente, sin preaviso;
- En términos generales, la Argentina carece de entidades públicas efectivas gracias a cuya intermediación puedan arbitrarse conflictos en tiempo y forma; los protagonistas de las disputas optan por resolverlas a nivel privado, o bien tomando la justicia en sus propias manos con funestas consecuencias;
- La perversión definitiva gana empuje en la desaprensiva promoción del Nuevo Código Civil -ingeniado en conjunto por Ricardo Lorenzetti y Carlos Zannini-, cuya letra exhibe una dualidad acentuada en todo aspecto relativo a la propiedad privada (especialmente en los considerandos que versan sobre los depósitos bancarios y el formidable desabarajuste de su Artículo 1390);
- La falsificación torpemente manufacturada de toda estadística oficial desde el INDEC de Norberto Itzcovich (previamente, Guillermo Moreno), que priva a organizaciones privadas de herramientas sólidas desde las cuales proyectar escenarios económico-financieros;
- La certificada narrativa oficial de desoír fallos y resoluciones emitidos por la justicia estadounidense, ámbito en el cual el Gobierno Nacional acordó en su momento resolver disputas lindantes con el endeudamiento externo. En este tren, el interdicto de la Administración Fernández de Kirchner con los acreedores externos o holdouts entorpecerá el acceso del futuro gobierno al crédito internacional. A su vez, este conflicto repercutirá negativamente sobre la inversión;
- Finalmente, las punzantes esquirlas que emergen del magnicidio del fiscal Alberto Nisman. Caso cuyos prolegómenos y detalles ya se han resuelto acabadamente en los Estados Unidos y en Europa -a contramano de la Argentina, en donde se asiste a un esfuerzo hercúleo por ocultarlo todo bajo un pútrido manto de encubrimiento y secretismo. El episodio expone con indisimulable crudeza el desbarajuste que caracteriza a la administración de justicia en el país; a la postre, enturbiando cualquier perspectiva mínima de promoción de la Argentina como supuesto paraíso para el inversor.

¿Es posible tapar el sol con un dedo? Los grandes pensadores de la economía nacional parecen estimar que sí. De otro modo, personajes como Miguel Bein (prolífico propagandista del Team Daniel Scioli) no se atrevería a decir -como lo afirmara recientemente- que el 'dólar ahorro' debería ser abolido en el corto plazo, en virtud de que la ciudadanía no merece resguardar sus ahorros. Bein (quien también confesaría ante el notero Marcelo Longobardi que, en este país, el promedio de ingreso en dólares roza los US$12 mil con rigor anual) no escatima energías para unirse a un creciente desfile de refulgentes luminarias de la numerología que, al unísono, ponen de suyo para enterrar definitivamente la libertad económica en la República Argentina.


Referencias

Adiós a las AFJP: El Gobierno termina con el sistema de jubilación privada y estatiza los aportes. Perfil.com, en: http://www.perfil.com/politica/Adios-a-las-AFJP-El-Gobierno-termina-con-el-sistema-de-jubilacion-privada-y-estatiza-los-aportes-20081020-0035.html (20 de octubre de 2008);
¿Quién interpreta el Código Civil? Dr. Roberto Porcel, El Ojo Digital, en: http://www.elojodigital.com/contenido/13767-qui-n-interpreta-el-c-digo-civil (8 de octubre de 2014);
- Entrevista radial de Marcelo Longobardi a Miguel Bein, Radio Mitre, en: http://marcelolongobardi.cienradios.com/entrevistas/miguel-bein-hay-prioridades-en-un-manejo-de-administracion-de-reservas-ajustadas/ (14 de abril de 2014);
- La Argentina continúa en su espiral descendente. Douglas Farah y Carl Meacham, El Ojo Digital, en: http://www.elojodigital.com/contenido/14167-la-argentina-contin-en-su-espiral-descendente (23 de marzo de 2015).

Foto de portada: Miguel Bein, Economista | Crédito: Perfil.com

 

Sobre Matias E. Ruiz

Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Publicidad. Es Editor y Director de El Ojo Digital desde 2005.