INTERNACIONALES: MACARIO SCHETTINO

México: 2014

El año que acaba fue mediocre en lo económico. No fue tan malo como el anterior, cuando crecimos apenas arriba...

23 de Diciembre de 2014
El año que acaba fue mediocre en lo económico. No fue tan malo como el anterior, cuando crecimos apenas arriba de 1,0 por ciento, pero sin llegar siquiera al 3,0 por ciento, que parece ser el mínimo a partir del cual la sensación de estancamiento deja de ser general. Las razones son las mismas de 2013: el mercado exterior (que fue malo en el primer trimestre), la construcción (que no pudo recuperarse sino hasta la segunda mitad del año), y el gasto público (sobre el cual seguimos sin entender qué sucede realmente). En 2013, se presupuestó un gasto menor; en 2014, no sólo hubo un incremento notorio, sino un déficit muy elevado, que se supondría serviría para impulsar la economía. Y esto no sucedió. Quizás hacia fines del año, se noten señales, pero todavía es poco.

En cuanto a la estrategia, 2014 fue un gran año. Llegó a término el proceso de reformas iniciado desde 2012. Como hemos apuntado en varias oportunidades, no existe reforma perfecta; menos si se trata de una docena de ellas, algunas sumamente complicadas técnicamente y otras que afectan el 'alma nacional'. O, para decirlo más claramente, que afectan los privilegios de millones de personas, desde multimillonarios hasta empleados menores.

El impacto de esas reformas ya se nota: se generó un millón de empleos, precisamente porque la reforma laboral permite contrataciones por horas o por temporadas; las tasas de interés de los créditos bajan; los costos de telecomunicaciones, igual, además de las pérdidas multimillonarias de los empresarios que están dejando de tener tantos privilegios. Numerosas empresas anuncian que producirán electricidad; los gasoductos están en proceso. Los maestros se están evaluando y censando, a pesar de las barbaridades acometidas por algunos de ellos.

Pero si Usted es pesimista -al igual que millones de mexicanos-, puede quejarse de que el costo de su celular no se reduce como Usted como quisiera, o de que Carlos Slim y Emilio Azcárraga continúan contando miles de millones de dólares, o de que la educación en México no mejora, o que los empleos generados no son buenos. Puede Usted sufrir como prefiera.

Lo más complicado de 2014 dio inicio durante el último trimestre, cuando el crimen organizado secuestró y, posiblemente, asesinó a 43 estudiantes normalistas que habían sido movilizados por sus líderes a territorios riesgosos. Además del repudio natural a un crimen de esa magnitud, ha surgido un movimiento que lo aprovecha para cuestiones políticas. Así como persiguieron a Felipe Calderón tres años reclamando un imaginario fraude electoral, y luego otros tres gritando 'no más sangre', ahora quieren perseguir a Enrique Peña Nieto gritando 'fue el Estado'. Es inútil llamar a la razón a quienes son fanáticos.

Llegamos al final de 2014 con la suma de la polarización de 2006 y la reacción antimoderna de 1994. Una lástima, porque los beneficios de las decisiones previas empiezan a sentirse, y porque buena parte del país ya se mueve al futuro. Una lástima que el eje Lázaro Cárdenas-ciudad de México-Chilpancingo sea interpretado por algunos como si fuese el país entero, cuando sólo se trata del natural y anacrónico sainete que repite tragedias pasadas, siguiendo a su apreciado Karl Marx.

Es decir que, más allá de lo que Usted vea en este triángulo, magnificado por los propagandistas, el país ha tomado ya el camino correcto, y eso empieza a notarse. Dejemos atrás los mitos del 'pueblo bueno', la 'Revolución', el 'México profundo', y cuentos similares. Ya nos costaron un siglo; que no nos cuesten otro.

 
Publicado originalmente en El Financiero (México)
Sobre Macario Schettino

Se desempeña como Profesor de la División de Humanidades y Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey, en Ciudad de México. Es colaborador editorial y financiero del matutino El Universal. Publica periódicamente en el sitio web del think tank estadounidense The Cato Institute, en español.