INTERNACIONALES: MIKE GONZALEZ

Hong Kong y China: ¿es posible salvar el modelo 'Un país, dos sistemas'?

Las demandas por mayor autonomía y libertad, de parte del pueblo de Hong Kong...

05 de Diciembre de 2014

Las demandas por mayor autonomía y libertad, de parte del pueblo de Hong Kong (que China prometió oportunamente), tiene a los autócratas de Pekín en tal desconcierto que están perdiendo de vista sus intereses de largo plazo. En algún punto, deberán comprender que el respeto por lo prometido no solo tiene raíces en el comportamiento civilizado, sino que también hace a la correcta administración del Estado: una nación que no hace honor a sus promesas pierde credibilidad en el escenario mundial.

La última promesa rota por parte de Pekín se conoció el pasado fin de semana, conforme el gobierno chino informó a los miembros del comité de asuntos extranjeros de la Cámara de los Comunes británica que tendrían prohibido el ingreso a Hong Kong. El presidente de la Cámara, Sir Richard Ottaway, dijo a The Guardian el sábado que la embajada china había notificado a los miembros sobre la novedad.

El rechazo a la hora de garantizar el ingreso de los legisladores a la antigua colonia británica quiebra un convenio firmado en 1984 entre China y el Reino Unido, en tanto exhibía rango de tratado internacional en Naciones Unidas (la Declaración Conjunta). Más aún, viola la comprensión de la constitución de Hong Kong, o Ley Básica, esto es, que las autoridades hongkonesas retienen la autoridad en materia inmigratoria.

La visita, irónicamente, había sido planeada con miras a averiguar frente a qué tan bien sobrevivía la Declaración Conjunta, diecisiete años después de la cesión de soberanía desde la Gran Bretaña a China. La acción de la embajada de la nación asiática sobrevino mientras el pueblo de Hong Kong exigía su derecho a elegir a sus líderes a nivel local -protestas callejeras que luego mutaron en violentas tras la represión policial contra los ciudadanos. Los líderes de las manifestaciones se rendían ante las fuerzas de policía en la semana que ahora concluye.

La prohibición del ingreso de los legisladores del Reino Unido no remite, por cierto, a la primera ocasión en que China rompe su palabra. En la Declaración Conjunta y en expresiones compartidas por líderes chinos treinta años atrás, China había prometido sufragio universal, un 'alto grado de autonomía' y el respeto por las libertades individuales básicas.

Todo remitió, entonces, a la fórmula conocida como 'Un país, dos sistemas', acuñada inicialmente por Deng Xiaoping como medio para atraer a la libre y democrática Taiwan a la unificación con el territorio continental, bajo control del Partido Comunista Chino.

El carácter inflexible del comportamiento chino y su reciente maniobra sobre los legisladores británicos ha logrado lo que los promotores de la democracia en Hong Kong consideraban imposible, pocas semanas atrás: ha empujado al antiguo poder colonial a tomar partido por sus antiguos súbditos. La Cámara de los Comunes británica llevó a cabo un debate de emergencia al respecto de este tema, el pasado martes.

La restricción contra los legisladores 'solo logrará dañar la reputación de China y los intereses financieros en un mundo cada vez más globalizado', dijo Sir Richard en medio del debate en la Cámara. Incluso el Parlamento Europeo está organizando audiencias para analizar la cuestión de Hong Kong esta semana.

Asimismo, las acciones chinas han hecho retroceder cualquier esperanza de reconciliación a lo largo del Estrecho de Taiwan. Al testificar ante el Subcomité de Asuntos Extranjeros sobre Asia y el Pacífico de la Cámara de los Comunes, el analista senior de la Fundación Heritage, Dean Cheng, declaró: 'Los eventos de Hong Kong significan que es probable que el modelo 'Un país, dos sistemas' quede permanentemente fuera de las conversaciones, como aproximación para tratar las relaciones a través del Estrecho. De hecho, cualquier tipo de reconciliación política entre el Partido Comunista Chino y Taiwan ha retrocedido de cara al futuro cercano'.

En lo que respecta a Hong Kong per se, Washington podría ayudar a salvaguardar el modelo 'Un país, dos sistemas', ayudando a reforzar la legislación actual y extendiendo su sistema de salvaguardas de cara al dominio chino sobre Hong Kong. Bajo el Acta sobre Políticas Relativas a Hong Kong de 1992, el presidente estadounidense podría determinar que Hong Kong no es lo suficientemente autónomo como para justificar un tratamiento legal separado en lo que hace a temas específicos. La prohibición de traslado para los legisladores británicos constituye razón suficiente como para considerar si Hong Kong, en efecto, es autónomo en lo que hace a cuestiones inmigratorias.

Después de todo, si el gobierno central puede determinar que este periplo es cuestión que linda con los asuntos internacionales y, por lo tanto, ello es justificable dentro de su jurisdicción, ¿qué es lo que detiene a los analistas para estimar que puede determinarse lo propio para cualquier viaje hacia ese territorio? El presidente de los Estados Unidos de América y el congreso también podrían reactivar el Acta por la Democracia y los Derechos Humanos en Hong Kong. Esto ayudaría a neutralizar la certificación, exigiéndose al presidente de EE.UU. que certifique positivamente que Hong Kong es lo suficientemente autónomo como para ameritar tratamiento separado, previo a eximirlo de leyes futuras, acuerdos o reformulaciones sobre convenios aplicables a la República Popular China.


Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2014/12/03/china-just-broke-another-promise-can-one-country-two-systems-saved/

 

Sobre Mike González

Es vicepresidente de comunicaciones en la Fundación Heritage (Washington, D.C.), y periodista con veinte años de trayectoria, habiendo reportado desde Europa y Asia. Durante la Administración del ex presidente estadounidense George W. Bush, asistió en temas fiscales y de política exterior en audiencias dentro de Estados Unidos y en el exterior, inicialmente en la Securities and Exchange Commission (SEC) y luego en el Departamento de Estado.