INTERNACIONALES: JORGE AZAR GOMEZ

Argentina, los sobornos y la relación con Uruguay

Desde el 2006, quien esto escribe viene analizando las relaciones de la República Oriental del Uruguay con la República Argentina...

22 de Junio de 2014
Desde el 2006, quien esto escribe viene analizando las relaciones de la República Oriental del Uruguay con la República Argentina.
 
En cada uno de los dos gobiernos frenteamplistas, las relaciones comenzaron a ser melosamente fraternales, pero -siempre existe un pero con el gobierno argentino- de a poco, la miel se fue convirtiendo en vinagre y las orillas del Río de la Plata comenzaron a alejarse, separándonos.
 
Durante el Gobierno del Dr. Tabaré Vázquez, la Administración del entonces presidente Néstor Carlos Kirchner pensó que, tras haber enviado a siete mil uruguayos en las elecciones para votar al Frente Amplio, conservaba autoridad para manejar nuestra política exterior.
 
Y fue así que todo era armonioso, hasta que vieron que el Dr. Vázquez apoyaba la instalación de la planta de celulosa y les sacaba a ellos el pan de la boca. Pan que ellos -los argentinos- tuvieron en sus manos y, por ser desmesurados en el pedido de coimas a los finlandeses, lo perdieron.
 
Desde ese momento, trasladaron el problema al medioambiente y a su protección. Todos se convirtieron, de súbito, en ecologistas, olvidándose del apoyo que Jorge Busti y Néstor Kirchner le dieron a la instalación de Botnia en Rio Negro.
 
Como la palabra de Busti es más contundente que la mía, estimo oportuno recordar las mismas.
 
Diario "El Heraldo" (Entre Ríos), noviembre de 1998:
 
En la mañana de hoy, el Gobernador de Entre Ríos, Jorge P. Busti, informó desde su despacho en la Casa de Gobierno en Paraná que se ha confirmado un adelanto sobre la instalación de la industria de pasta celulósica en Entre Ríos.
 
Pregunta el periodista: "¿Dónde se instalará la fábrica?".
 
Responde el Gobernador: "En una zona del río Uruguay que los inversores han evaluado, ubicada entre Concepción del Uruguay, Colón y Concordia".
 
El funcionario agregó que, en su momento, el representante de una de las empresas, el Sr. Pagani recorrió las instalaciones para ver cuál era el mejor lugar para instalar las fábricas, dijo que se efectuaron los estudios correspondientes y que habrá una inversión de US$ 600 millones, que dará trabajo a más de mil personas.
 
En el 2004, el presidente Kirchner fue más contundente aún ya que entregaba al Congreso Nacional la "Memoria Detallada del Estado de la Nación Argentina año 2004", documento de 527 páginas que incluye el capítulo Uruguay, expresando entre los logros, en la página 107, que en junio del 2004,  "Argentina dio el aval para la construcción de las Plantas de Celulosa, y que en el mismo mes, ambos países firmaron un acuerdo bilateral, poniendo fin a la controversia por la instalación de una planta de celulosa en Fray Bentos. Este acuerdo respeta, por un lado, el carácter nacional uruguayo de la obra, que nunca estuvo puesto en entredicho y, por otro lado, la normativa vigente que regula las aguas del Río Uruguay a través de la CARU".
 
"Asimismo, supone una metodología de trabajo para las tres etapas de construcción de la obra: el proyecto, la construcción y la operación."
 
Hasta allí, todo marchaba bien; los viajes presidenciales entre ambas orillas eran frecuentes, como también los asados fraternales en Anchorena.
 
Cuando en marzo del 2006, el presidente Vázquez apoyó y acompañó el proyecto Botnia, la Argentina comenzó a protestar por la instalación de la "pastera" en Uruguay. En todos mis artículos, de esa fecha en adelante, afirmé que el conflicto no se solucionaba mientras Vázquez y Kirchner estuvieran en el gobierno. Por desgracia, no me equivoqué: es que todos los analistas estudiaban el conflicto sin poner dentro del "paquete" lo que se habían perdido por las groseras exigencias de Busti, las cuales fueron la causa del enfrentamiento de los presidentes.
 
La historia del conflicto la conocemos todos y sería pesado volver a repetirla pero, lamentablemente, la historia vuelve a repetirse en el gobierno del presidente José Mujica. Otra vez, la coima aleja a los gobiernos.
 
Cuando el presidente uruguayo, con gran entusiasmo firmara unos "papelitos" con la mandataria argentina (a los cuales le llamaron "acuerdo histórico"), expresé en ese momento que no íbamos a ver los resultados y que se transformaría en un "acuerdo de historieta".
 
Mujica viajaba, la Presidente venía, el canciller Héctor Timerman se reunía con integrantes del gabinete, Almagro (cerebro de la "operación rodilla") aplaudía y se reía con una sumisión tal que se asemejaba a un asalariado. Se constituían comisiones para estudiar los avances de lo que en los "papelitos" habían acordado los presidentes. Luego, la Argentina denunciaba al Uruguay en el G20, comenzó a interponer trabas en las importaciones uruguayas y todos se preguntaban en qué había fallado Mujica; todo estaba saliéndole mal, y recibía un tratamiento grosero de parte del poder político arrabalero porteño.
 
Nadie sabía, hasta ahora, que hace más de un año, Uruguay le hizo caer el gran negociado del dragado del Canal de Martín García al denunciar un "intento" (llamémoslo así) de soborno para aceptar un mayor precio en la continuidad del actual dragado y un precio a acordar en la licitación de la profundización del Canal, sobre precio que igual se aceptó y nadie sabe, después que se retiró el Embajador Bustillo... ¿En qué bolsillo aterrizó el millón de dólares que estaba en la elegante mesa del salón del Jockey Club Argentino? Porque, que estuvo, estuvo.
 
Lamentablemente, pues sé de su honestidad, el Embajador Bustillo se prestó para "maquillar" el informe oficial que presentó en su momento y en el Parlamento, con vergüenza y cubriéndose el rostro. Sabía que detrás de él había una familia e hijos, y leyó una versión "edulcorada", para resarcir al gobierno argentino del efectos de las declaraciones del Embajador Baraibar y del vicecanciller Conde.
 
Para ponerle el moño al regalo, el canciller Almagro -gran artesano de la sumisión- adelantó, sin que nadie se lo pida y en una alocada actitud antidiplomática, que el gobierno uruguayo no estaba de acuerdo en el reconocimiento de los resultados del plebiscito que el parlamento de las Islas Malvinas anunció realizará entre sus habitantes, en el 2013, para definir el futuro del archipiélago.
 
El tema es que, a partir del momento en que salieron a luz las versiones desmentidas y luego confirmadas, comenzaron las represalias contra el Uruguay y las relaciones se agriaron. Tal como en su oportunidad le sucedió al Dr. Vázquez, lo propio le sucederá al presidente Mujica; es decir, que mientras él y la Señora de Kirchner sean presidentes, jamás se concretará la profundización del Canal de Martín García.
 
¿Acaso las coimas, los sobornos, las "atenciones", los sobreprecios, etcétera, serán en el futuro quienes regulen las relaciones entre Buenos Aires y Montevideo?
 
Seguramente, la República Oriental logrará, antes que la profundización del Canal Martín García, concretar ser sede para el Campeonato Mundial del 2030. Por supuesto, siempre y cuando la Argentina se haga cargo de las licitaciones y maneja las finanzas de dicho torneo...

 
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