INTERNACIONALES: EDWN J. FEULNER

China: el inolvidable 'Hombre del Tanque'

Se trata de una de las imágenes más icónicas del siglo XX: un hombre de pie absolutamente quieto...

12 de Junio de 2014
Se trata de una de las imágenes más icónicas del siglo XX: un hombre de pie absolutamente quieto, enfrentándose a un enorme tanque mientras éste se aproxima hacia él. Está desarmado y solo. Sin más defensa que la inamovible convicción de que la libertad es tan importante que merece la pena arriesgar la vida por ella.
 
Porque eso es exactamente lo que estaba haciendo ese hombre cuando, el 4 de junio de 1989, se unió a los miles de ciudadanos chinos que protestaban en lo que luego se conocería como la masacre de la plaza de Tiananmen. El tanque, que avanzaba por el bulevar Chang’an de Pekín y que le pudo haber pasado fácilmente por encima, se detuvo justo delante de él. Pero aquel hombre mantuvo su posición.
 
El tanque giró a la derecha para tratar de maniobrar alrededor del hombre. Éste inmediatamente dio un paso a la izquierda para continuar bloqueando el paso. El tanque fue hacia la izquierda; él se movió a la derecha para ponerse otra vez delante. A la derecha de nuevo, luego a la izquierda. Su mensaje era sencillo: ¿Quieren avanzar? ¿Quieren seguir oprimiéndonos? Tendrán que hacerlo, literalmente, sobre mi cadáver.
 
¿Cuántos de nosotros habríamos tenido el valor de quedarnos ahí frente a lo que parecía una muerte segura? ¿Hasta dónde nos tendrían que presionar antes de decir: “Basta”?
 
Ciertamente, el pueblo de China había sido presionado hasta ese punto. La escena descrita anteriormente fue el clímax de una serie de sucesos que dio inicio casi dos meses antes, cuando el ex secretario general del Partido Comunista, Hu Yaobang murió de un infarto.
 
Yaobang había respaldado las reformas que ayudaron a llevar la oportunidad económica y algunas reformas políticas a la República Popular China, pero los miembros de la línea dura del partido lo expulsaron del cargo ya que parecía tolerar las protestas estudiantiles que anhelaban mayores libertades. Pero, ahora, se había ido de verdad y muchas personas en toda la nación asiática lamentaban su pérdida.
 
Wang Dan, el principal líder estudiantil de las protestas en la plaza de Tiananmen, estaba entre aquellos que alentaron a decenas de miles de estudiantes, trabajadores y civiles a llenar las calles de Pekín tras la muerte de Yaobang. El 13 de mayo, iniciaron una huelga de hambre.
 
“Después de la huelga de hambre, el movimiento estudiantil pasó a ser todo un país que se manifestaba por cuestiones políticas con un montón de grupos distintos, como los trabajadores y especialmente los intelectuales”, reflexionaba Wang veinte años más tarde. “Eso hizo que nuestro gobierno estuviera muy asustado”.
 
De tal suerte que no sorprendió la declaración de ley marcial, el 20 de mayo. “Hasta la ley marcial, no pensé que fuera muy grave”, indicó Wang. “Teníamos una importante tradición de protestas estudiantiles. Pero cuando el gobierno decretó la ley marcial, empecé a pensar ‘Vaya, esto sí es importante y grave’. La ley marcial hizo que los estudiantes y el gobierno se convirtieran en enemigos. Antes de eso, aún teníamos esperanza en el gobierno”.
 
Los problemas llegaron a su punto culminante el 3 de junio, cuando tropas armadas y los tanques del gobierno entraron y vaciaron de manifestantes la plaza de Tiananmen. El baño de sangre llegó al día siguiente. Cientos de personas habían sido asesinadas para cuando el manifestante solitario, apodado algún tiempo después como “El hombre del tanque”, mantuvo su posición de aquella inolvidable manera.
 
Inolvidable, así es, mientras procuremos mantener viva su memoria.
 
Es por ello, por ejemplo, por lo que la Fundación Conmemorativa de las Víctimas del Comunismo celebró este 11 de junio el 25º aniversario de la masacre de la plaza de Tiananmen con una ceremonia en la que se depositarán coronas de flores y a la que asistirán embajadores extranjeros, líderes disidentes chinos, miembros del Congreso y otros dignatarios presentes en Washington, D.C..
 
La estatua conmemorativa de la Fundación Conmemorativa de las Víctimas del Comunismo es, de hecho, la “Diosa de la Democracia”, una réplica en bronce de la estatua erigida por los estudiantes chinos en la plaza de Tiananmen en la primavera de 1989. Muchos líderes mundiales han visitado el monumento conmemorativo en la capital estadounidense para presentar sus respetos y depositar coronas en recuerdo de las víctimas.
 
“Nunca pensamos que un movimiento estudiantil pudiera llegar a ser tan importante”, explicó Wang. Pero, ¿debería sorprendernos? La historia demuestra que el deseo humano de libertad puede mover montañas. Puede poner en evidencia a un gobierno. Incluso puede frenar un tanque.


Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2014/06/08/tiananmen-square-25-years-later/
 
Sobre Edwin J. Feulner

Creador y Presidente de la Fundación Heritage, desde 1977 hasta 2013, habiendo contribuído al reconocimiento nacional e internacional del organismo. En 2013, fue sucedido en el cargo por el ex senador estadounidense Jim DeMint. Más información sobre Ed Feulner -en inglés- en http://www.heritage.org/about/staff/f/edwin-feulner