ECONOMIA INTERNACIONAL: MAXIMILIANO BAUK

Argentina: ¿precios cuidados, o precios dibujados?

Como muchos sabrán, desde hace ya un tiempo, en la Argentina se está implementando una arbitraria medida por parte del Gobierno Nacional...

24 de Marzo de 2014
Como muchos sabrán, desde hace ya un tiempo, en la Argentina se está implementando una arbitraria medida por parte del Gobierno Nacional; ésta consiste simplemente en que ellos son quienes determinan el “precio justo” para los productos que ellos consideran esenciales para la gente. Me adelanto a decir que este se suma a la inmensa mochila de descomunales errores en materia económica que viene cargando el kirchnerismo. Pero es menester dejar en claro el por qué.
 
El precio surge de una combinación intersubjetiva de valoraciones, contempla el significado de determinada cosa, para determinada persona, en determinada circunstancia. La cosa puede ser útil o no; la persona puede desear ese producto mucho o poco, y las circunstancias pueden ser tanto de escasez como de abundancia. Así es el precio el que nos dice —como nos ejemplificó Alberto Benegas Lynch (h) en una de sus clases a sus alumnos— ¡Cubran las calles de asfalto y no de oro!
 
Los precios están repletos de información; en el caso de escasez de un producto valorado por la gente como sumamente necesario, éste se encarga tanto de cuidarlo para que no se acabe como de incentivar a los productores para que aumenten su oferta. ¿Cómo? Simplemente, a través de un precio elevado que Axel Kicillof y Cristina Kirchnerhaga que la gente piense dos veces antes de comprarlo preservándolo, mientras al mismo tiempo está cumpliendo con otra función esencial: se le da a este bien un margen de ganancia elevado, de tal suerte que se convierte en algo extremadamente atractivo para los productores, expandiéndose, así, la oferta. De este modo, la escasez cae como los precios del mismo, saciando a la deseosa demanda.
 
Como puede verse, en los precios se refleja toda una coordinación de conocimientos dispersos en la sociedad. Conocimientos que son imposibles de tener siendo tan solo una persona o entidad —como lo es el gobierno. Es el mercado quien lo interpreta perfectamente, reflejando simplemente las interacciones y preferencias de millones de personas, obsequiándole, así, a la economía esa estabilidad ya fundamentada.
 
Pero, ¿qué ocurre ahora que el gobierno argentino ha intervenido en los precios poniéndoles un techo del cual no pueden subir? Al quitar la información que estos brindan, inevitablemente se registrará una mala utilización de recursos, así como si el marcador de gasolina en nuestros vehículos nos marca lleno cuando en realidad está casi vacío, nosotros emprenderemos un viaje que nos dejará a la deriva en plena ruta. Si los precios son más bajos de lo que el mercado pide, la gente obviamente consumirá más, expandiendo la demanda pero retrayendo la oferta ya que, a medida que más vende, más pierde. Las empresas grandes con mayores márgenes operativos podrán continuar operando en el mercado, pero no las pequeñas que no puedan absorber esa pérdida, dado que su margen de ganancia era menor. Como antes era el mercado el que le decía a los empresarios que produzcan determinado bien ya que les dará grandes ganancias, lo contrario les grita ahora. Esta vez, el mensaje es '¡Corran, o entrarán en quebrantos!
 
Por supuesto que, con tan elevada demanda buscando un bien a un precio artificialmente bajo y con oferta mínima, prontamente se registrará una inevitable faltante.
 
El Gobierno Nacional ni siquiera necesitaba leer algo de esto para evitar este garrafal disparate. Tan solo con mirar a su desastroso aliado, el gobierno venezolano, pudo haber visto que dibujar números en el lugar de los precios lleva a que el mismísimo papel higiénico valga más que los Bolívares.
 
 
 
Sobre Maximiliano Bauk

Es Analista de Políticas Económicas en el Centro de Estudios Libertad y Responsabilidad (Argentina). Sus artículos son publicados regularmente en el sitio web en español del Instituto Cato, Washington, D.C., Estados Unidos.