INTERNACIONALES : ARIEL COHEN

Estados Unidos no puede permitir la fractura de Ucrania

La pasada semana, Rusia declaró la guerra a Ucrania. El 1 de marzo, la Cámara Alta del parlamento ruso -el Concejo de la Federación-...

09 de Marzo de 2014
La pasada semana, Rusia declaró la guerra a Ucrania. El 1 de marzo, la Cámara Alta del parlamento ruso -el Concejo de la Federación- votó la autorización para el uso de la fuerza contra su vecino. Ahora, Rusia ha invadido Crimea, una hermosa península con una costa subtropical, muy popular entre los turistas desde los días de Anton Chekhov.
 
Ahora, los turistas no son tan amistosos.
 
Las fuerzas rusas han estado conduciendo maniobras militares masivas a lo largo de la frontera compartida con Ucrania desde el 26 de febrero. Las fuerzas especiales de Moscú -portando placas identificatorias para negación plausible- han ocupado aeropuertos y edificios gubernamentales en la ucraniana República Autónoma de Crimea, y parece ser que los militares rusos se han movilizado hacia porciones orientales de Ucrania.
 
Mientras tanto, Rusia ha ofrecido refugio a Vyctor Yanukovych, el depuesto presidente ucraniano, buscado por el nuevo gobierno de Kiev por asesinatos en masa. Los cargos de derivan de órdenes emitidas por Yanukovych para ejecutar a los manifestantes en la Plaza de la Independencia del Maidan. Casi cien personas fallecieron tras la violencia en Kiev, y otros cientos resultaron heridos. También se sospecha de actos de masiva corrupción y lavado de dinero por parte del ex presidente, y sus activos ya han sido congelados en Suiza.
 
Claramente, las acciones rusas violan la ley internacional e invitan a una respuesta firme. ¿Pueden los Estados Unidos y la OTAN bajar a Rusia del árbol de Crimea?
 
Bajo el Protocolo de Budapest de 1994, Estados Unidos, Gran Bretaña y Rusia son garantes de la soberanía ucraniana y de su integridad territorial. Ucrania recibió aquellas garantías al momento de entregar su armamento nuclear. Ignorar el protocolo crearía un incentivo de proporciones para que otras naciones se hicieran de armas atómicas, en tanto desincentivaría a otros para entregarlas en el futuro.
 
Existe otro acuerdo negociado en su oportunidad: la Carta de Asociación Distintiva entre la OTAN y Ucrania. Originalmente firmado en 1997, fue reconfirmado en 2009 por una 'Promesa de Cumplimiento' durante el primer período del presidente estadounidense Barack Obama. La Carta declara:
 
'Los aliados de la OTAN continuarán respaldando la soberanía y la independencia ucranianas, su integridad territorial, su desarrollo democratico, su prosperidad económica y su status de Estado no nuclear, y el principio de inviolabilidad de fronteras, como factores clave para la estabilidad y la seguridad en Europa Central y Oriental, y en la totalidad del continente'.
 
Siendo que existe una amenaza directa a su seguridad, su integridad territorial y su independencia política, el ministro ucraniano de Defensa planea convenir una conferencia con los miembros de la OTAN. Presidida por el Secretario General de la Alianza Atlántica, el General Andreas Fogh Rasmussen, el objetivo de la conferencia coincidirá con desarrollar un paquete de medidas que restauren el status quo ante en Crimea.
 
Moscú también se muestra en violación de su Acuerdo sobre Status de Fuerzas con Ucrania. Este convenio permite que la Flota del Mar Negro de la Federación Rusa pueda estacionarse en el puerto de Sebastopol, en Crimea. Bajo el acuerdo, las fuerzas de ataque rusas se encuentran restringidas solo a la base naval. Pero Moscú ya ha movilizado importantes fuerzas de ataque en el lugar, incluyendo:
 
* La Brigada de Infantería Naval 810 (Sebastopol, Oblast en Crimea)
* El Batallón de Infantería Naval
* El Batallón de Ataque 881o.
* El Batallón de Reconocimiento 888o.
* La Batería de Artillería 1613a.
* La Batería de Artillería para Defensa Aérea 1619a.
* Fuerzas de ataque aerotransportadas desde Ulyanovsk y Ryazan también han sido movilizadas hacia Sebastopol.
 
El ejército ucraniano se ha declarado en movilización, pero no tiene chances de resistir a la abrumadora fuerza rusa destacada en Crimea o en cualquier otro sitio.
 
De igual forma, Rusia se ha mostrado activa en el frente gubernamental, 'eligiendo' líderes pro-rusos en numerosos concejos locales en ciudades del este de Ucrania, incluyendo a Donetsk. Es probable que estas personas -que ofician como marionetas- convoquen a Moscú a enviar tropas o, en el caso de Crimea, a separarse políticamente de Ucrania.
 
La presente es una crisis de seguridad en Europa que, si no se administrara correctamente, podría hacer ver a las guerras en Yugoslavia como una cuestión menor. Es, asimismo, la hora de la verdad para la Administración Obama.
 
Es probable que Occidente dé marcha atrás en su positiva cooperación bilateral y multilateral con Moscú. Estados Unidos, por su parte, debería enfrentar a Rusia, demostrando su nivel de compromiso ante sus aliados de la OTAN. EE.UU. debe asegurar a los miembros en el seno de la Alianza Atlántica en Europa Central y del Este que su defensa se encuentra garantizada por el despliegue de activos en la región, dejando bien en claro que cualquier agresión armada contra miembros de la OTAN activaría el Artículo Quinto del Tratado de Washington, que provee a la defensa común.
 
Más aún, EE.UU. y sus aliados europeos deben analizar e implementar sanciones que directamente tengan por objetivo a funcionarios rusos responsables de la violación de la soberanía ucraniana, incluyendo el congelamiento de activos e imponiendo restricciones en materia de visados.
 
El presidente estadounidense debe trabajar en forma bilateral y multilateral con las naciones europeas para imponer un robusto régimen de sanciones que impacten directamente en aquellos que, desempeñándose en el gobierno de Rusia, se hallan visto involucrados en la agresión contra Ucrania. Finalmente, Washington debería expandir sus relaciones con Europa, más allá de la defensa común, impulsando la cooperación en materia energética y acelerando los envíos de gas natural líquido a los aliados en el Viejo Continente.
 
El liderazgo estadounidense se encuentra ahora bajo examen. EE.UU. y Occidente no pueden permitir que Ucrania sea destruída. La agresión no debe tolerarse.


Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://blog.heritage.org/2014/03/08/getting-russia-ukrainian-tree-crimea/
 
 
Sobre Ariel Cohen

Analista Investigador Senior, dedicado a Estudios de Rusia y Eurasia en la Fundación Heritage, Washington, D.C. Sus artículos pueden leerse en español en el sitio web Heritage Libertad.