INTERNACIONALES : ANTONELLA MARTY

La Venezuela que viene: adiós, Fidel

En las últimas semanas, las calles y avenidas en Venezuela han sido protagonistas de protestas que no sólo se han desencadenado en Caracas...

28 de Febrero de 2014
En las últimas semanas, las calles y avenidas en Venezuela han sido protagonistas de protestas que no sólo se han desencadenado en Caracas, sino también en todo el país, luego del injusto encarcelamiento del líder opositor Leopoldo López. A tal efecto, solo cabe preguntarnos qué puede esperarse de una justicia corrupta y dirigida por el Poder Ejecutivo, en una nación en la que se multiplican los presos políticos a causa de diferencias ideológicas, y en donde los 25 mil homicidios cometidos en 2013, no encuentra culpables en el 97% de los casos. 
 
No obstante -y como única respuesta a las protestas pacíficas-, el gobierno ha recurrido a la matanza y tortura de jóvenes que ejercen su derecho a manifestarse. De tal suerte que la Administración de Nicolás Maduro ya ha asesinado a 16 ciudadanos, ha encarcelado a más de 700 y herido a centenares más.  
 
Con todo, mucho se ha escrito ya en relación al contenido de las manifestaciones. Si de lo que se trata es de obtener un panorama de lo que le depara a Venezuela, resulta crucial comprender cómo se ha llegado a la situación actual. El contexto conduce a grandilocuentes (y siempre falsas) promesas en materia de vivienda, salud, educación y bienestar de parte del populismo chavista. Aquel famoso sueño populista que, ni es novedad para nadie, y que tampoco ha encarnado soluciones.
 
Este es el carácter de los totalitarismos del siglo XXI: gobiernos inconstitucionales que toman el poder bajo elecciones ficticias y que gobiernan bajo una mascarada democrática. Bajo éstos regímenes, las malacrianzas del líder populista son el sufrimiento y, en muchos casos, la desaparición o la muerte de los ciudadanos. 
 
Muchos se preguntarán por el destino de Venezuela. Las movilizaciones han debilitado sustancialmente al gobierno inconstitucional de Nicolás Maduro, exponiendo las peores decisiones de su 'gestión'. Asimismo, los factores que han colmado la paciencia de los ciudadanos -que se han visto forzados a transitar este camino de servidumbre durante quince años- han sido, entre muchos otros, la impotencia de ver a su patria regenteada por un títere de Fidel Castro, la colosal inflación anualizada del 56%, la escasez de alimentos e insumos básicos, la explosión de la delincuencia, la intolerable impunidad exhibida por funcionarios corruptos, las consecuencias del modelo de expropiaciones y la carencia de instituciones que respalden los derechos de los individuos antes que las arbitrariedades de Miraflores
 
Así es como el miedo y la autocensura comienzan a desaparecer: se asiste a un país que acaba de despertarse. La agenda impuesta desde La Habana pareciera estar llegando a sus últimos días. 
 
Asimismo, en un intento desesperado por calmar los ánimos y engañar a la comunidad internacional, el gobierno en Caracas propone 'dialogar por la paz', al tiempo que reprime y asesina a sus propios conciudadanos, dejando en evidencia que la propuesta de pacifismo dialoguista no es más que una distracción.
 
En este escenario, parece reconfortante el surgimiento de una verdadera oposición, encabezada por personas como Leopoldo López y Maria Corina Machado. Estos rechazaron de plano cualquier posibilidad de acordar con un gobierno inconstitucional y no han intentado poner fin a la protesta ciudadana, de carácter cívico y pacífico, a contramano de lo propuesto por Henrique Capriles Radonski. Por estas horas, la verdadera oposición busca un nuevo rumbo para una Venezuela que ha padecido las peores noches de su historia en esta, la última década. Es más plausible que este nuevo liderazgo y el acompañamiento de una resistencia constante por parte de la ciudadanía allanen el camino hacia a una Venezuela verdaderamente libre y democrática
 
La llegada de la libertad a Venezuela signaría la inevitable caída del 'socialismo del siglo XXI', aquel gigante con pies de barro que, por demasiado tiempo ya, ha castigado a América Latina. Sin el sustento de los petrodólares venezolanos, quedarán desamparados los proyectos autoritarios de nuestra región, entre ellos, la Cuba de Fidel Castro Ruz y de su hermano Raúl
 
Es claro que, hasta hace dos semanas, Venezuela se encaminaba hacia una segunda Cuba. Ahora, el destino de este país podría cambiar, siempre y cuando los patriotas venezolanos conserven en su memoria la consigna de Leopoldo López: 'El que se cansa, pierde'
 
 
Sobre Antonella Marty

Tiene estudios en Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Abierta Interamericana. Es Miembro Fundadora del Grupo Joven de la Fundación Libertad. Investigadora Asociada de Fundación para El Progreso, Chile; miembro del Consejo Ejecutivo y Directora Regional por Argentina y Chile de Estudiantes por la Libertad. Publica novedades relativas al trabajo e investigaciones de think tanks de América Latina y los Estados Unidos de América.