ECONOMIA INTERNACIONAL: MANUEL HINDS

La política de la escasez

Lo que el gobierno de Venezuela está haciendo con el papel periódico ilustra con claridad meridiana el funcionamiento de la política de la escasez...

18 de Enero de 2014
Lo que el gobierno de Venezuela está haciendo con el papel periódico ilustra con claridad meridiana el funcionamiento de la política de la escasez que persiguen los practicantes del Socialismo del Siglo XXI, los comunistas y otros populistas que pretenden controlar la economía desde el Estado. Estos políticos promueven el control estatal arguyendo que esto es moderno o más equitativo porque el gobierno es más justo que el sector privado, o que es más eficiente porque los burócratas del gobierno son más productivos que los empresarios privados.

Pero la verdadera razón por la que lo promueven el control estatal de la economía es porque eso les permite tener el monopolio de la oferta de bienes y servicios en el país. Este factor, en el largo plazo, les permite convertir a los ciudadanos en seres dependientes y obedientes que no se atreven a contradecir lo que dicen y hacen los que les dan todo lo que tienen. De autosuficientes, los ciudadanos caen en la servidumbre y aceptan cualquier tiranía.
 
Para la dirigencia política de este tipo, este sistema es muy superior al mercado libre, en el cual la competencia no permite que alguien se adueñe de la economía entera y haga que la gente tenga que agradecerle por cada cosa que les permita adquirir.
 
Considérese el caso del papel. En un mercado libre, los periódicos pueden comprarlo en cualquier lugar y de cualquier fuente, de tal modo que si un proveedor se niega a venderles el papel, pueden adquirirlo de parte de muchos otros proveedores. Cuando el gobierno controla la totalidad del papel, los periódicos deben agradecerle si se los provee y temerle, porque puede asfixiarlos si no se los vende, o no permite que se los vendan.
 
En este caso, se presenta claro que la escasez del papel periódico puede utilizarse para controlar a los periodistas y, a través de ellos, a una población. La escasez de otros productos puede usarse de la misma forma. Los cubanos, los Socialistas del Siglo XXI y los populistas en general recurren a esta herramienta, conduciendo, por ejemplo, a la escasez de la leche, del papel higiénico, de los alimentos, y de todos los bienes esenciales. Ellos se aseguran de que esos bienes sean escasos para el pueblo en general, pero no para la élite a la que pertenecen quienes controlan el poder.
 
En la ex Unión Soviética, por ejemplo, el gobierno se aseguraba que muchos bienes de consumo de alta calidad no pudieran llegar al pueblo en general y de que éste no pudiera acceder a dólares estadounidenses. Esto generaba la oportunidad de tener tiendas para los jerarcas del Partido que eran las únicas que vendían esos bienes y que los vendían sólo por dólares, con lo cual sólo los jerarcas de la organización estatal podían contar con la divisa extranjera.
 
Lo mismo puede hacerse con la seguridad. De hecho, los índices de asesinatos y crímenes en general han subido consistentemente en Venezuela desde que el Socialismo del Siglo XXI subió al poder. La tasa de asesinatos por cada 100 mil habitantes se incrementó de 19.4 en 1998 a 49 al fin de la primera década del nuevo siglo. Desde entonces, ha seguido empeorando. Mientras peor la situación, más depende el ciudadano del Estado. Este es el objetivo de largo plazo: el crear una relación de dependencia de los ciudadanos al Estado, que corte toda posibilidad, real y psicológica, de que las acciones de éste sean cuestionadas y, menos todavía, de que puedan registrar oposición alguna.
 
Este es el régimen que el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) pretende instalar en El Salvador. Si este espectro político triunfa en las elecciones, podrá hacerlo. El peligro surgido de este escenario, en el que el país se vea imposibilitado de volver a elegir a un presidente, o a diputados y alcaldes, es enorme. La incompetencia en el manejo del gobierno, tan naturalmente característica del FMLN, no es un problema en este sistema. Es una ayuda para los tiranos, en realidad, conforme esparce la escasez y la mediocridad, normas en los países esclavizados. No permitamos que esto suceda en El Salvador.

 
 
Sobre Manuel Hinds

Economista y consultor económico, Hinds se desempeñó como Ministro de Hacienda de El Salvador entre 1994 y 1999. Se le considera el padre de la dolarización, tras haber propuesto la idea en su país. Es autor de Playing Monopoly with the Devil: Dollarization and Domestic Currencies in Developing Countries (publicado por Yale University Press en 2006) y co-autor con Benn Steil de Money, Markets and Sovereignty (Yale University Press, 2009). Hinds también es columnista de El Diario de Hoy de El Salvador. En 2010, obtuvo el Premio Hayek del Manhattan Institute.