ECONOMIA INTERNACIONAL: ADRIAN RAVIER

Argentina: el turno de Axel Kicillof

No comprendí el optimismo que despertó en los medios el nombramiento de Jorge Milton Capitanich al frente de la Jefatura de Gabinete...

18 de Enero de 2014
No comprendí el optimismo que despertó en los medios el nombramiento de Jorge Milton Capitanich al frente de la Jefatura de Gabinete hace sólo un par de meses. Es cierto que dialogó con la prensa en estos dos meses más de lo que sus antecesores lo hicieron en los años previos. Pero la situación argentina amerita cambios de fondo, no cambios de estilo. Y esos cambios de fondo brillaron por su ausencia.
 
Ahora, es el turno de Axel Kicillof quien, estratégicamente, supo hacer silencio y dejar caer la imagen de su socio en el gobierno, sin ver deprimida la propia. Pero él es el Ministro de Economía, y las noticias no son buenas en la órbita que maneja: las reservas continúan cayendo, el dólar blue o paralelo se volvió a disparar, la inflación no se detiene, la escasez de productos es cada vez más visible y el desequilibrio fiscal no encuentra financiamiento.
 
La Argentina necesita cambios estructurales, pero la apuesta oficial —especialmente de la Presidente Cristina Kirchner— va por otro camino. Se trata de llegar al 2015 sin abandonar la línea que caracterizó al gobierno todos estos años. Bajo esa premisa, conjeturo que veremos un fracaso atrás de otro, con caras nuevas recurrentemente que intentarán lo imposible. Kicillof no podrá escapar a lo sucedido con sus antecesores. El problema central, una vez más, es el exacerbado gasto público. La teoría de las finanzas públicas nos explica que, para financiarlo, existen tres instrumentos centrales: impuestos, deuda y emisión.
 
En el primer caso, la presión tributaria ha ido aumentando incesantemente desde el comienzo del kirchnerismo. De poco más del 20% al final del menemismo, a más del 40% en 2012. Este es un dato relevante que destaca la voracidad fiscal que ha caracterizado al gobierno argentino durante los últimos diez años.
 
Algunos analistas creyeron encontrar el límite a la presión tributaria hace algunos años, pero el ingenio y la creatividad de esta Administración siempre halló nuevas respuestas. Hoy, numerosos analistas dicen que no habrá más recursos por esta vía, aunque yo no lo veo tan claro. Este gobierno tiene una única meta, otra vez, que es llegar a 2015 sin cambiar la línea. No interesa que paguemos un nivel de impuestos europeo o nórdico y recibamos servicios públicos africanos. Sólo importa evitar el ajuste a cualquier costo. Conjeturo, pues, que la presión tributaria continuará su ascenso, aunque resta definir qué sector de la población pagará el costo.
 
En el segundo caso, el gobierno buscará tomar deuda. Cinco o diez mil millones de dólares que refuercen las reservas harían la diferencia. En este sentido, Kicillof sólo hizo una cosa desde su llegada al nuevo rol en el gobierno: ha intentado llegar a un acuerdo con Repsol tras la expropiación de YPF y viajó a Asia en busca de fondos. Muchos analistas destacan el “alto costo” de este potencial financiamiento; sin embargo, esto no será un limitante. Si alguien accede a prestarle dinero a la Administración y esto le permite evitar el ajuste antes de 2015, el gobierno avanzará “sin importar el costo”. La previsión, entonces, es que el endeudamiento aumentará en estos dos últimos años de mandato.
 
Por último, la fuente de financiamiento que el gobierno viene utilizando y que también parece llegar a un límite es la de la emisión monetaria. La consecuente inflación ya está en boca de todos. El malestar social por la suba continua de precios es generalizado. Y un espectro creciente de analistas concluye que no podrán seguir abusando de este “recurso”. No obstante, lo único que está en juego en este último período del kirchnerismo es evitar el ajuste. Emitirán todo lo necesario, con el objetivo de sostener el modelo. Las fuentes alternativas de financiamiento se muestran agotadas, pero el gobierno se niega a creerlo. No se implementará un cambio estructural de la política económica, y sólo decantará el modelo cuando los estallidos sociales impongan un límite.

Ahora, sólo podemos sentarnos a ver lo que la creatividad de Kicillof nos depara, pero aumentando a la vez la presión tributaria, el endeudamiento y la inflación, mientras la oposición comienza a preparar propuestas estructurales que recién en 2015 darán inicio al cambio.
 
 
Sobre Adrián Ravier

Es Doctor en Economía Aplicada por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y profesor de Macroeconomía en la Universidad Francisco Marroquín. Publica periódicamente en el sitio web en español del think tank The Cato Institute y medios nacionales.