INTERNACIONALES: JAMES PHILLIPS

Resurgimiento de al-Qaeda en Irak

Al-Qaeda, que ha resurgido con fuerza a ambos lados de la frontera sirio-iraquí, ha capturado dos ciudades de importancia en el oeste de Irak...

09 de Enero de 2014
Al-Qaeda, que ha resurgido con fuerza a ambos lados de la frontera sirio-iraquí, ha capturado dos ciudades de importancia en el oeste de Irak, el pasado viernes. La toma de Fallujah y Ramadi subraya el carácter creciente de la amenaza interpuesta por la franquicia de al-Qaeda que se ha rebautizado como el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS).
 
Las dos ciudades bajo mención representaban puntos clave de la insurgencia sunita contra las fuerzas estadounidenses y el gobierno iraquí con dominio shiíta durante la década pasada. Fallujah fue el sitio de la derrota crucial para al-Qaeda y otros extremistas islámicos en 2004, en tanto Ramadi fue escenario de una derrota similar en 2007.
 
Ambas localidades son las más grandes y extensas en la provincia de Anbar, fortalezas de la insurgencia sunita. Casi un tercio de los 4.488 soldados de Estados Unidos que fallecieron en la guerra por Irak se registraron al momento de intentar pacificar la provincia de Anbar. Fallujah, que fue escenario de dos grandes batallas, se caracterizó por computar algunos de los enfrentamientos más sangrientos que Estados Unidos ha debido enfrentar desde Vietnam.
 
La reaparición de al-Qaeda en Irak se ha visto fogoneada a partir de un derrame de la guerra civil en la vecina siria, que ha motorizado tensiones sectarias en el propio territorio iraquí. Pero este retorno de al-Qaeda también expone los errores del gobierno shiíta de Irak, cuyas políticas de mano dura han alienado y provocado a la minoría sunita. El primer ministro Nouri al-Maliki ha consolidado su poder y envalentonado a sus aliados políticos shiítas a expensas de los moderados suníes que, a grandes rasgos, fueron expulsados del poder.
 
Aún más, el regreso de al-Qaeda en Irak se ha visto reactivado por la negligencia compartida por la Administración Obama que, en gran medida, ha minimizado las consecuencias relativas a seguridad de la abrupta retirada de las fuerzas estadounidenses decidida por la Casa Blanca, y sus fallidas negociaciones que apuntaban a extender la presencia de guarniciones menores en tamaño cuyo fin hubiese sido brindar consejo, entrenamiento y apoyo para el todavía incompleto ejército iraquí.

La Administración Obama se mostró dispuesta a alejarse del Medio Oriente, después de declarar prematuramente un fin a la guerra contra el terrorismo, y luego de proclamar que "la marea de la guerra" estaba "retrocediendo", en ocasión de la campaña presidencial americana de 2012.
 
La Administración estadounidense también ha logrado empeorar una situación ya de por sí pesimista, a partir de sus desastrosas políticas hacia Siria, que se probaron alejadas de la realidad en el terreno. La Casa Blanca permanece comprometida con una quimérica solución diplomática, en la que el régimen sirio de Basher al-Assad negocia sobre su propio cadalso, cuestión que no se encuentra en las probabilidades.
 
Entretanto, el fallo de la Administración a la hora de proveer de apoyo significativo a las fuerzas moderadas y seculares en el seno de la fracturada oposición siria, ha desmoralizado a las facciones rebeldes pro-occidentales, y ayudó a reactivar el resurgimiento de al-Qaeda y de otras organizaciones de objetivación extremista radical en el territorio sirio.
 
El Secretario de Estado, John Kerry, afirmó el pasado domingo que "Esta lucha pertenece a los iraquíes", descartando de plano el despliegue de tropas estadounidenses, aunque apuntó que "los ayudaremos en su lucha".
 
Kerry podría empezar reconociendo que la batalla contra al-Qaeda no es solo una pelea de Irak, sino que también involucra a los Estados Unidos. Mientras que el Secretario se ha enfocado en perseguir el "Santo Grial" de la paz árabe-israelí, al-Qaeda ha expandido de manera importante sus operaciones en Irak, Siria, Yemen y Africa del Norte.
 
El Secretario de Estado debería reorientar su estrategia, priorizando la cooperación estratégica con Irak y otros aliados que se enfrentan a los terroristas, antes que montar una campaña diplomática quijotesca que persiga acuerdos de paz entre Israel y la Autoridad Palestina; hecho que podría conducir a la aparición de otro estado terrorista dominado por Hamás.


* Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://blog.heritage.org/2014/01/07/al-qaeda-resurges-iraq/
 
 
Sobre James Phillips

Analista senior en el Centro Douglas y Sarah Allison para Estudios de Política Exterior en la Fundación Heritage. Ha desarrollado numerosos trabajos sobre asuntos relativos al Medio Oriente y sobre terrorismo internacional desde 1978. Es columnista en medios televisivos norteamericanos y ha testificado en comités del congreso estadounidense en relación a temáticas de seguridad internacional.