INTERNACIONALES: JAMES PHILLIPS

Un mal acuerdo con Irán puede conducir a la guerra

El reciente acuerdo cerrado por la Administración Obama en las conversaciones de Ginebra remite a un convenio fallido, que arriesga la reducción de las sanciones sobre Irán duante los próximos seis meses...

25 de Noviembre de 2013
El reciente acuerdo cerrado por la Administración Obama en las conversaciones de Ginebra remite a un convenio fallido, que arriesga la reducción de las sanciones sobre Irán duante los próximos seis meses, a cambio de compromisos que Teherán podrá revertir fácilmente. El pacto exige que la República Islámica haga a un lado sus actividades nucleares -aunque no todas- en los próximos meses, a cambio de un alivio de US$ 7 mil millones en sanciones.
 
De manera significativa, a Irán no se le ha exigido cumplir con las sanciones surgidas del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, enmarcadas bajo una suspensión total del enriquecimiento de uranio. En lugar de ello, a Teherán se le permitirá continuar enriqueciendo uranio a niveles del 3.5 por ciento (le servirá para su reactor de Bushehr-, y a pesar de que Rusia ya se había comprometido a alimentar esas instalaciones con combustible.
 
Otro problema es que el pacto logrado en el ínterim -y que abrirá una ventana para futuras negociaciones- puede reducir la capacidad de Washington para alcanzar un acuerdo final. La Administración Obama recibió fuertes críticas desde Capitol Hill y de parte de aliados de Estados Unidos que temen se hayan despilfarrado ventajas a partir del levantamiento de sanciones, a cambio de concesiones marginales de Irán que no reducirán la amenaza de largo plazo para el despegue nuclear de ese país.
 
Para forzar a Teherán a que haga concesiones profundas en un acuerdo final, son necesarias más sanciones; no menos. Pero Teherán ha advertido que mayores sanciones lo empujarán a abandonar el acuerdo. A pesar de esa advertencia, una coalición bipartidista en el congreso estadounidense ha anunciado que impondrá mayores sanciones.
 
La Administración afirma que el alivio de sanciones podría revertirse si Irán no cumple con las obligaciones del acuerdo pero, en tanto el régimen de los ayatolás se mantenga dentro de las conversaciones, será difícil reimponer sanciones sin ser acusados de sabotear la negociación.
 
Conforme lo advirtiera el reconocido columnista Charles Krauthammer, la preocupación es que, "con el presidente desesperado por cambiar el eje de la discusión, y con el Secretario de Estado [John Kerry], desesperado por construirse una reputación", el pacto con los iraníes sucumbirá en la foma de un "acuerdo de tontos".
 
La Administración Obama ha resistido los esfuerzos bipartidistas en Capitol Hill para imponer nuevas sanciones al régimen iraní. El vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, ha advertido que la presión adicional sobre Teherán podría sacar de su curso a las negociaciones diplomáticas y "encaminar a Estados Unidos hacia la guerra".
 
Pero, en acuerdo con lo expresado por el analista senior de la Fundación Heritage, Peter Brookes: "Más bien, al contrario: no ser duros con Irán -ya sea con nuevas sanciones en las conversaciones de Ginebra- podría hacer que se reavive la crisis, llevando a un conflicto armado, muy a pesar de las intenciones que persiguen lo contrario".
 
El presidente iraní Hassan Rouhani ha apuntado que el acuerdo reconoce el "derecho" de su país a enriquecer uranio, aunque el lenguaje utilizado no apareció en el acuerdo. Lo cual prepara el terreno para que Irán abandone las conversaciones en el futuro, bajo el argumento de que occidente "reniega de sus compromisos".
 
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, calificó el acuerdo como un "error histórico", y advirtió que Israel "tiene el derecho y la obligación de defenderse". Señal de que Tel Aviv podría tomar medidas preventivas para protegerse ante la amenaza nuclear de la República Islámica en el futuro.
 
El matutino británico Sunday Times informó que funcionarios israelíes y sauditas se reunieron en secreto para discutir métodos de cooperación respecto de Irán, en tanto Arabia Saudita se ha mostrado de acuerdo con que aviones de combate del Estado hebreo crucen el espacio aéreo de su país para atacar instalaciones nucleares en territorio iraní.
 
Recientemente, otro allegado a Netanyahu -el ex asesor de seguridad nacional Yaakov Amidror- dijo al Financial Times que Israel dispone de la capacidad militar necesaria para retrasar el programa nuclear de Irán "por mucho tiempo", y que no existían dudas respecto de que Netanyahu podría actuar de manera unilateral, de ser necesario.
 
Si tal evento tuviera lugar, Irán probablemente respondería no solo contra Israel sino contra Estados Unidos. Y, para decirlo bien claro, esto significaría ir a la guerra.


 
* Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://blog.heritage.org/2013/11/24/bad-nuclear-deal-iran-lead-war/
 
 
Sobre James Phillips

Analista senior en el Centro Douglas y Sarah Allison para Estudios de Política Exterior en la Fundación Heritage. Ha desarrollado numerosos trabajos sobre asuntos relativos al Medio Oriente y sobre terrorismo internacional desde 1978. Es columnista en medios televisivos norteamericanos y ha testificado en comités del congreso estadounidense en relación a temáticas de seguridad internacional.