SOCIEDAD, OPINION: YAMIL SANTORO

¿Y qué pasó con el Nuevo Código Civil?

Estoy de novio con una dama que está casada, separada, pero que no puede divorciarse por más que ambos están de acuerdo en hacerlo. ¿Por qué? Porque la legislación...

02 de Septiembre de 2013
Estoy de novio con una dama que está casada, separada, pero que no puede divorciarse por más que ambos están de acuerdo en hacerlo. ¿Por qué? Porque la legislación hoy vigente determina que, para poder divorciarse de común acuerdo, ambas partes deben esperar tres años desde el momento de haber dado el "Sí".
 
En pleno siglo XXI, donde más del 90% de los divorcios en nuestro país se dan de común acuerdo, resulta una carga absurda para las personas tener que ostentar el título de 'casado' más allá de la fecha de vencimiento del amor.
 
Por esta razón, me decidí a investigar qué fue del Proyecto de Reforma del Código Civil impulsado con bombos y platillos por la Presidente Cristina Fernández de Kirchner y puesto en cabeza del Juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Ricardo Lorenzetti. Si bien el anteproyecto generó cierto revuelo en la comunidad jurídica -mientras que presentaba un alarmante retroceso en materia de responsabilidad estatal, entre otros defectos-, debo reconocer que, en lo que a cuestiones de familia respecta, la Reforma ofrecía soluciones interesantes y necesarias.
 
En materia de divorcios, el Nuevo Código permite que las personas puedan casarse y divorciarse cuando quieran, sin verse forzadas a explicar demasiado y, fundamentalmente, pone fin al maldito plazo que sirve de 'causal objetiva' para disolver jurídicamente el vínculo.
 
Sin embargo, el kirchnerismo ha decidido cajonear el Proyecto de Reforma del Código Civil. La Comisión Bicameral que debía dar dictamen sobre el mismo y remitirlo a las cámaras para su tratamiento no se computa reuniones desde abril de este año. Se trata de Marcelo Fuentes y Diana Conti -kirchneristas, ambos-, quienes presiden la Comisión y exhibían la responsabilidad de promover su tratamiento. Por lo que pude averiguar, parece ser que las elecciones legislativas, el nombramiento del Papa Francisco, la pelea con Lorenzetti y la objeción que varios miembros del bloque han interpuesto por lo bajo, motivaron al oficialismo a desistir -al menos temporalmente- de hacerlo.
 
¿Cómo es posible que un Proyecto que bien podría servir para mejorar la vida de millones de argentinos -y obtenido con el trabajo de cientos de eximios juristas- pase a un cajón, así nomás? Lo visto no es más que el fruto del método kirchnerista de construcción política, en donde la imposición ha superado al diálogo en todos los frentes y donde incluso un proyecto positivo es capaz de naufragar debido a una posición cerrada.
 
La Reforma es necesaria e imperiosa, pero hoy se encuentra trabada gracias a las miserias del partido gobernante. El Congreso Nacional que se conformará en diciembre tras los resultados de las elecciones de octubre debería, rápidamente, tomar posesión del tema de la reforma y darle curso, resolviendo las objeciones hasta el momento planteadas. Existen temas a mejorar, pero debería avanzarse decididamente en pos de la reforma.
 
El kirchnerismo le ha fallado jurídica y políticamente al Pueblo de cara a esta temática, y no ha logrado poner manos a la obra para ofrecernos un sistema jurídico superador. Espero poder escribirles el año que viene, contándoles que me puedo casar. Hasta entonces, el mío seguirá siendo un amor sin papeles.


* El autor es docente y participa del partido político argentino "Unión Por Todos"
 
Yamil Santoro | El Ojo Digital Sociedad