ECONOMIA INTERNACIONAL: ROMINA BOCCIA

El Secretario del Tesoro Lew ignora el verdadero problema de la deuda y la crisis

En realidad, la deuda y el gasto público de Estados Unidos están fuera de control y empeorando.

31 de Julio de 2013
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, sugirió esta semana en la cadena NBC que "Ya hemos hecho mucho en la reducción del déficit".
 
En realidad, la deuda y el gasto público de Estados Unidos están fuera de control y empeorando. La negligencia a la hora de arreglar los programas de derechos a beneficios (que consumen ya más de la mitad del presupuesto de Estados Unidos) ha hecho que éstos se conviertan en una insensatez fiscal y ha puesto en duda su futuro, tanto para la generación actual como para las que vendrán. Se trata de una verdad que no sólo no es partidista, sino que resulta evidente para todo aquel que se tome la ligera molestia de repasar los datos.
 
Pero, en Washington, hay alguien que prefiere mirar para otro lado. Como lo explica The Washington Post a raíz de la reciente gira de discursos económicos del presidente Barack Obama:
 
[La agenda del presidente Obama] no tiene nada que ver con sincerarse con el público sobre el hecho de que el Seguro Social, Medicare y el resto de programas estén desplazando a otras prioridades nacionales (incluidas aquellas en las que el presidente hizo hincapié en sus discursos), ni con que estos programas sean los causantes de los retos fiscales a largo plazo a los que se enfrenta el país, que siguen sin ser abordados, aunque el déficit haya disminuido a corto plazo...
[El presidente Obama está] dejándose llevar por sus propias evasivas. Como presidente, Obama es el actor mejor posicionado dentro del drama que se representa en la capital para hacer de defensor del interés nacional en la reforma de los derechos a beneficios; como presidente con un segundo mandato, también es el mejor posicionado para llevar a cabo las iniciativas políticas para conseguirlo.
 
Sin una reforma de los derechos a beneficios, continuaremos en números rojos hasta que, o bien un número suficiente de legisladores consiga ver la luz, o bien una crisis económica alimentada por la deuda obligue a tomar medidas drásticas. Precisamente, para evitar este último escenario es que algunos legisladores están ejerciendo una gran presión, demandando que las reducciones del gasto y las reformas necesarias se incluyan en cualquier aumento del límite de deuda. Los programas de derechos a beneficios están creciendo de forma automática y alcanzar el límite de deuda es uno de las pocos mecanismos de advertencia con los que contamos para que el Congreso y el presidente corrijan el rumbo fiscal del país.
 
Cuando Standard and Poor’s rebajó en 2011 la calificación crediticia de Estados Unidos, las agencias de calificación afirmaron claramente que la medida de reducción del déficit que acordaron el Congreso y el presidente no llegaría a corregir el rumbo fiscal del país. En pocas palabras, Washington le había dado largas de nuevo al asunto.
 
Además, Washington no les ofrecía mucha confianza a los mercados respecto a que el crecimiento del gasto, especialmente en derechos a beneficios, estuviese controlado en un breve plazo de tiempo, lo que podría conducir a más rebajas de la calificación crediticia, es decir, que seguimos un rumbo que nos empuja hacia otra crisis.
 
"Tenemos que ampliar el límite de deuda de forma que no cree una crisis", comentó Lew. Efectivamente, existe una manera de evitar una crisis de deuda en el futuro: poner freno al gasto sin control y reformar los programas de derechos a beneficios ya.
 
Romina Boccia | Heritage Libertad, The Heritage Foundation