INTERNACIONALES: AMY M. PAYNE

Por qué interesa Egipto

Egipto se ha visto sacudido por una serie de protestas que -de acuerdo a algunos analistas- son las mayores de su historia, y que han desembocado en el derrocamiento del segundo presidente del país en tres años.

15 de Julio de 2013
Egipto se ha visto sacudido por una serie de protestas que -de acuerdo a algunos analistas- son las mayores de su historia, y que han desembocado en el derrocamiento del segundo presidente del país en tres años. Para otros, resulta un poco difícil imaginar que se pueda destituir a un presidente de esa manera; por tanto, ¿qué significado tienen los sucesos en Egipto?
 
Tómese, por caso, a Estados Unidos: la política de la Administración Obama durante toda la revolución egipcia ha sido un craso error, según indican los expertos de la Fundación Heritage, y eso tendrá consecuencias a largo plazo.
 
El presidente estadonidense ha dado su respaldo al gobierno de Mohamed Morsi, miembro de los Hermanos Musulmanes, que acaba de ser depuesto por los manifestantes y los militares. Como observara el experto de la Fundación Heritage James Phillips, "los manifestantes egipcios han portado carteles denunciando al presidente Obama por respaldar el terrorismo, pues están decepcionados con la defensa incondicional que Obama ha hecho de Mursi, a quien consideran un terrorista".
 
El distinguido investigador de la Fundación Heritage, Kim Holmes, comenta que existen dos razones por las que Obama se ha equivocado con Egipto:
 
"La primera es que él sinceramente cree que un exceso de influencia estadounidense es negativa. Al creer profundamente que el poder de EE.UU. es un problema, Obama parece pensar que mantenerse al margen demostrará que Estados Unidos no es un enemigo inveterado del islam político.
 
"(...) ¿La otra razón? Obama no tiene claro qué constituye la democracia. Incluso aunque él mismo ha expresado que la democracia es algo “más que elecciones”, no ha actuado en consecuencia. Fue testigo de cómo el proceso electoral elegía al peor dentro de la escena política de Egipto, todo ello mientras afirmaba que EE.UU. no debería “interferir” en los derechos democráticos de la gente. Pero el presidente es mucha boca porque, a la hora de la verdad, su pasividad únicamente sirvió para dar legitimidad a las afirmaciones de que los Hermanos Musulmanes son una “verdadera” fuerza democrática de Egipto (algo que desde luego no son).
 
La Primavera Arabe es un asunto complejo. La democracia es el objetivo, esto es correcto, pero los egipcios necesitan desesperadamente libertad económica. Como explica la analista de la Fundación Heritage Charlotte Florance:
 
Los egipcios necesitan ver resultados, algo por lo que vienen aguardando desde 2011, cuando el ejército depuso a Hosni Mubarak. Los sucesos de la Primavera Arabe en el país se desencadenaron debido a legítimas demandas económicas que, dos años más tarde, siguen sin recibir respuesta.
 
Para relanzar su economía, el pueblo egipcio necesitará un Estado de Derecho estable. Las fuerzas armadas tienen por ahora el control del país, pero pronto deberán celebrarse elecciones con miras a establecer un gobierno. Mientras tanto, Estados Unidos está esperando (o debería estar esperando), analizando qué resultados devuelve el escenario, previo a prometer más ayuda financiera a El Cairo.
 
Amy M. Payne | Heritage Libertad, The Heritage Foundation