ECONOMIA INTERNACIONAL: DANIEL J. MITCHELL

Los paraísos fiscales promueven el dinamismo económico

Desde una perspectiva económica, los paraísos fiscales son muy valiosos porque desalientan la política tributaria anticrecimiento.

07 de May de 2013

Dan Mitchell es académico titular del Cato Institute.

Desde una perspectiva económica, los paraísos fiscales son muy valiosos porque desalientan la política tributaria anticrecimiento. Dicho de otra forma, es muy difícil para los gobiernos imponer y hacer cumplir tasas tributarias confiscatorias cuando los inversores y empresarios pueden trasladar su actividad económica a jurisdicciones con una mejor política tributaria. Particularmente, si esas naciones tienen sólidas políticas de privacidad financiera, dificultando que los gobiernos de naciones no competitivas en el aspecto tributario puedan rastrear y tributar el capital fugado.

Gracias a este proceso de competencia tributaria, con los paraísos fiscales jugando un papel esencial, las tasas tributarias máximas sobre la renta personal han caído de un promedio de más de 67 por ciento en 1980, a alrededor de 42 por ciento, hoy. Las tasas impositivas corporativas también se han desplomado, Paraísos fiscalescayendo de un promedio de 48 por ciento a 24 por ciento. A pesar de su proclividad usual de imponer políticas de lucha de clases, los políticos han reconocido que era mejor tener tasas tributarias modestas y tener mayores recaudaciones, que tener tasas impositivas confiscatorias y recaudar menos.

Los legisladores también fueron presionados a reducir o eliminar los impuestos por muerte y sobre la riqueza, así como también a reducir la doble tributación del interés, los dividendos y las ganancias de capitales. Una vez más, los paraísos fiscales merecen gran parte del crédito, porque los políticos presumiblemente no hubiesen implementado estas reformas pro-crecimiento si no tuviesen que preocuparse de que los gansos con los huevos de oro podrían escaparse a una cuenta confidencial en una nación bien gobernada, como Luxemburgo o Singapur.

Y este cambio global hacia tasas impositivas más bajas y hacia una mejor política tributaria ayuda a explicar por qué la economía mundial, en las últimas décadas, ha sido mucho más dinámica de lo que era en los 1960s y 1970s.

Los paraísos fiscales también juegan un rol moral muy valioso al proveer un Estado de Derecho de alta calidad en un mundo incierto, ofreciendo un refugio financiero para personas que viven en naciones donde los gobiernos son incompetentes y corruptos. Los argentinos tendrán sus activos en las Islas Caiman para protegerse del mal manejo económico. Los venezolanos invertirán dinero en Panamá para protegerse en contra de expropiaciones. Las familias en México tendrán fondos en Miami para reducir la amenaza de secuestro.

También, existen miles de millones de personas viviendo en naciones con gobiernos venales y opresivos. Para citar solamente unos cuantos ejemplos, los paraísos fiscales ofrecen servicios financieros seguros para los disidentes políticos en Rusia, para los chinos étnicos en Indonesia y en las Filipinas, para los judíos en el norte de Africa, para los homosexuales en la República Islámica de Irán y para los agricultores en Zimbabwe.

Con cada vez más naciones dirigiéndose hacia el colapso fiscal, elevándose así el riesgo de caos social y de una calamidad económica, es más importante que nunca que hayan lugares en donde las personas se pueden proteger de los gobiernos malos. Los paraísos fiscales deberían ser aclamados, no perseguidos.

Este artículo fue publicado originalmente en The New York Times Online (EE.UU.) el 11 de abril de 2013.

 

Daniel J. Mitchell | The Cato Institute, Sitio web en español