INTERNACIONALES: HELLE C. DALE

Israel experimenta la encantadora ofensiva de Barack Obama

El presidente estadounidense Barack Obama sorprendió a su joven audiencia en Israel el pasado jueves.

25 de Marzo de 2013

El presidente estadounidense Barack Obama sorprendió a su joven audiencia en Israel el pasado jueves.

Habiendo arribado el miércoles con un escaso margen de aprobación del diez por ciento en la opinión pública local, Obama claramente depositó sus esperanzas en ganarse las mentes y los corazones de los israelíes con su discurso de casi una hora de extensión. Rápidamente, se refirió al pueblo israelí con su particular tono, evitando dirigirse en forma tradicional al parlamento de Israel, la Knesset.

Los israelíes, por su parte, se mostraron satisfechos en recibir el caluroso abrazo de Obama, tal como estaban acostumbrados a hacerlo de parte de líderes estadounidenses, en lugar de las frías menciones previamente compartidas por la actual Administración de EE.UU.

Luego de configurar un cálido escenario previo, Obama habló de su "amigo Bibi", empleando el nickname del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. El jefe de estado norteamericano habló de la historia del pueblo de Israel y de su derecho a vivir en paz y seguridad en su propia tierra. Destacó los logros de Israel como una sociedad de emprendedores e inventores.

Eventualmente, Obama abordó el tópico de la paz con los palestinos y una solución basada en dos estados, exigiendo a la audiencia que presione a sus políticos para buscar una solución permanente. Incluso convocó, extrañamente, a Israel para revertir la cuestión del aislamiento internacional, que los comentaristas señalaron como surgido de la hostilidad demostrada por los vecinos de Israel.

En relación al programa nuclear de Irán, Obama habló del derecho de Israel a defenderse, y dijo en reiteradas oportunidades a los israelíes que cuentan con el respaldo de EE.UU. El liderazgo del Estado de Israel se encuentra, sin lugar a dudas, intentando medir qué significa eso exactamente. El programa nuclear iraní será la resaca que continúe subsistiendo aún después de que la cálida nube de confusión dejada por la visita de Obama se haya despejado.

El tour por fuerza realizado por Barack Obama sobre diplomacia pública no puede enmascarar la incómoda percepción de que podría ser tan solo retórica. La audiencia árabe en El Cairo fue tan entusiasta cuatro años atrás cuando, al inicio de su primer período presidencial, Obama colocó a las relaciones con el mundo árabe en el centro de su agenda de política exterior. En esa instancia, el primer mandatario estadounidense arrojó la pelota hacia adelante, haciendo gala de esperanza y aplastando expectativas. En esta oportunidad, la recepción de Obama entre los palestinos fue bastante menos positiva que entre los israelíes, mientras demostraciones públicas de palestinos se multiplicaban y las fotos del líder norteamericano eran devoradas por el fuego.

Hablando en Ramallah, Obama presentó a los palestinos una perspectiva diferente de la que habían oído anteriormente -que era, en rigor, una más realista. En tanto calificó de inútil a los asentamientos israelíes, no la llamó "ilegítima" (lo que hubiese modificado la postura de su Administración), y dijo a los palestinos que ellos deberían acercarse a la mesa de negociaciones de manera incondicional. Los palestinos no deberían esperar que los israelíes abandonen preventivamente su postura respecto de los asentamientos, dijo Obama, lo que debiera ser sujeto de negociaciones.

¿Se deshará la Administración Obama de esta pesada carga, antes de lograr una solución de dos estados negociada entre israelíes y palestinos, y comenzará a tomar en serio la erradicación del peligroso programa nuclear de Irán?

Conforme lo remarcara hace pocos días el investigador senior de la Fundación Heritage Kim Holmes -en un evento que analizara la Doctrina Obama-, el presidente estadounidense no quiere que la política internacional afecte su agenda doméstica, y su política exterior, por ende, tiende a ser reactiva, pragmática y cautelosa. El presidente parece haber concluído que respaldarse en Israel es una necesidad, en medio de la ciertamente inestable región del Medio Oriente. Pero esto no convierte a Obama, necesariamente, en un socio confiable.


* Traducción al español: Matías E. Ruiz

 

 

Helle C. Dale | Heritage Libertad, The Heritage Foundation