INTERNACIONALES: ANTONELLA MARTY

El desenfreno de la dictadura castrista

"Fusilamientos, sí. Hemos fusilado, fusilamos, y seguiremos fusilando, mientras sea necesario"...

14 de Marzo de 2013

"Fusilamientos, sí. Hemos fusilado, fusilamos, y seguiremos fusilando, mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte...". Estas fueron, en su oportunidad, conceptos compartidos por Ernesto Guevara de la Serna (el Che), convertido hoy en ícono de la revolución, y considerado Twitter, Antonella Martycomo ejemplo a seguir en lo que respecta a "cuestiones revolucionarias" y la defensa de ideas –colectivistas y simbiotizadas, por cierto, en la opresión-. Empero, el ideario de los Castro solo logra poner en evidencia las atrocidades cometidas en su momento por Guevara. No se trata ya del héroe o del "mito", sino del individuo que no dudó en emplear metodologías tan brutales como inhumanas, respondiendo con extrema violencia contra cualquiera que pensara distinto.

Muchos recuerdan, por ejemplo, la masacre llevada a cabo en la madrugada del 13 de julio de 1994, cuando el barco remolcador "13 de marzo" -utilizado Remolcador 13 de marzopor setenta y dos ciudadanos cubanos que pretendían huir del comunismo castrista- fue echado a pique por cuatro navíos cuya tripulación manipuló mangueras de agua a presión. Las embarcaciones a cargo de la acción represiva pertenecían a una firma naviera regenteada por el propio gobierno de la isla. De las 72 personas, 41 perdieron la vida; 23 de ellos, menores de edad.

La historia del 13 de marzo es una historia de muertes entre muchas otras, operaciones clásicas del régimen de los hermanos Castro. Pero estos hechos jamás le han impedido a la nomenclatura gobernante seguir negando la realidad a que son sometidos los cubanos. En 1959, la medulosa retórica de Fidel Castro lo llevó a declarar: "Yo no soy comunista, no estoy de acuerdo con el comunismo (...) Mis actos prueban que existe libertad de prensa en Cuba. Lo primero que hacen los dictadores es acabar con la libertad de prensa, establecer la censura. He dicho muy claro que no somos comunistas". No es necesario detallar en qué concluyó aquel engaño.

Otros miles de ciudadanos cubanos -como es sabido- también han perdido la vida intentando escapar de la isla: han preferido arriesgarse a morir en en el Océano Atlántico para alcanzar los Estados Unidos antes que continuar padeciendo la humillación y el sometimiento con que el régimen los estigmatiza. Los Castro fusilan a las ideas y a la libertad con herramientas represivas y propaganda; son estos los aparatos de tortura del colectivismo.

Si de la cuestión migratoria se tratase, sirve recordar que son los Estados Unidos de América la nación que más visados otorga a los ciudadanos cubanos, y los datos del Departamento de Inmigración americano por cierto no contabilizan a los miles que ingresan por otras fronteras, ahora respaldados por la ley de "pies secos, pies mojados" (vigente desde 1995). Aquellos ciudadanos cubanos que logran arribar a territorio continental estadounidense se encuentran habilitados para efectuar una solicitud de residencia permanente, luego de haber residido un año en el país. Desde la instauración de la revolución castrista, la represión solo ha logrado dispararse: hoy día, aún teniendo en cuenta la "reforma migratoria" de Fidel y Raúl Castro, miles de personas continúan sin obtener sus permisos para salir de la isla. El régimen continúa filtrando y denegando visados para viajes, cuando no lo hace por la vía económica: para la mayoría de quienes residen en la isla -que ganan miserias-, los gastos derivados de un traslado son inabarcables.

Los hermanos Castro se han ocupado -durante décadas- de extinguir a la oposición, dividir relaciones sociales, ejecutar detenciones arbitrarias, controlar los medios de comunicación y repudiar (a nivel local y en el extranjero, por vía de sus agentes) a toda figura que no condice con el ideario colectivista. Finalmente, el modelo económico centralizado imperante en Cuba -en el que el estado dirige y planifica cada aspecto de la vida humana-, ciertamente se vuelve una tarea imposible conocer la cantidad de sangre que ha corrido en manos de la tiranía castrista.

Empero, la semilla de la libertad, una vez sembrada, puede florecer y mantenerse viva. Por estos tiempos, la pregunta se presenta sola: ¿caerá el muro mental que ha levantado el castrismo, antes de que la isla -regida por una autoridad impune- quede del todo desierta?

 

Antonella Marty | El Ojo Digital Internacionales