POLITICA: MATIAS E. RUIZ

Furia en El Calafate: Cristina, contra todos (y todas)

'La furia que portan, les provee de armas' (Virgilio, poeta romano | 70 a.C - 19 a.C.)

24 de Diciembre de 2012

Tras los saqueos, la Presidente de la Nación -autorrecluída en el Sur- ajusta las tuercas sobre su plan para terminar de 'ir por todo', tal como lo expresara oportunamente en ocasión del ahora célebre acto oficial llevado a cabo el pasado 27 de febrero en la Ciudad de Rosario.

Algo debe haber conmovido el alma del núcleo íntimo de Cristina Elisabet Fernández Wilhelm, para que sus personeros -de conocido costumbrismo talibán- dieran inicio a una serie de recomendaciones enunciadas a viva voz con miras a ponerle paños fríos a un escenario político-social que se complica día Twitter, Matías E. Ruiztras día. Y ese 'algo' se corporizó en los recurrentes reportes sobre actos vandálicos en numerosas localidades del país; episodios que, curiosamente, la Secretaría de Inteligencia eludió anticipar. Los cercanos a la jefe de estado -arrimados a El Calafate- deben haber recordado con particular detalle lo acontecido durante el gran incendio de Roma: una cosa es iniciar el fuego mientras se asegura el propio salvoconducto. Pero otra bien distinta es manipular las antorchas mientras Usted todavía se encuentra atrapado dentro de las instalaciones.

Así las cosas, la Señora Viuda -lejos de retroceder una marcha- se decidió a posicionar un yunque sobre el acelerador del Modelo. Conforme ya se había expuesto reiteradas veces desde la presente columna, no se cuenta dentro del ADN de la primera mandataria la intención de convocar a diálogo o consenso alguno: antes bien, la orden consiste en ejecutar las últimas fases del Master Plan:

* Poner de un puntapié al líder Camionero Hugo Moyano tras las rejas, a cualquier precio. Esquema en donde poco interesarán las evidencias que pudieren conseguirse (o prefabricarse). La idea -en opinión de la Presidente- tiene pies y cabeza: endilgarle total y completa responsabilidad por los saqueos contabilizados en la siempre áspera Provincia de Buenos Aires. El Jefe de Gabinete, Juan Abal Medina, poco se preocupó en arrojar el respectivo velo sobre la jugada. Ya había refrendado ante los medios de comunicación que las pruebas estaban a un tiro de piedra.
* Aterrizar, de una vez por todas, con los dos pies en Fibertel. Nuevamente, el modus operandi (así como también la mano de obra empleada) terminará enriqueciendo el debate colateral y las charlas de café. Gendarmes o mano de obra paraoficial mediante, se recordará aquello de que 'el fin justifica los medios'.
* Declarar la prescindibilidad del Poder Judicial e ingeniar un sistema para que la totalidad de los magistrados del país observen un límite no mayor a cinco (5) años en sus puestos. Plazo a partir del cual podrán ser reemplazados por aquellos pares considerados 'idóneos' desde el Consejo de la Magistratura. Facción parlamentaria en donde la Señora Diana Beatriz Conti aún ejerce de irreverente titiritera junto a Carlos Kunkel.

Desde luego que cada uno de los ítems que componen este breve pero conciso manual de procedimientos remite a cierta profundización en los aspectos a abarcar. La Presidente ha tomado nota de los atisbos de rebelión (siempre, en su óptica) que protagonizan, por estas horas, los jueces de la Corte Suprema de Justicia. Ello observa color y fundamento no solo en la reticencia que existe entre sus miembros -con excepción del juez militante Eugenio Zaffaroni- de cara a la Ley de Medios, sino también frente a la posición compartida por el Alto Tribunal en lo que respecta a los fallos de ANSES. Los Supremos se aprestan a analizar a consciencia la universalización del conocido Fallo Badaro, evento que -por sí solo- incendiaría los números de la seguridad social y que, con toda probabilidad, obliteraría la situación personal de Diego Bossio, protégé presidencial. Para rematar, allí está la ratificación de la Sala I de la Cámara Federal, que determinó la no liberación de Amado Boudou de culpa y cargo (Caso Ciccone). Cúmulo de razones suficientes para que la Casa Rosada tome la decisión de erradicar la amenaza judicial del plano existencial de la gestión.

Mientras tanto, la ríspida variable de los saqueos evoluciona conforme su propia dinámica. La cuestión exhibe relevancia, en tanto que no solo ha demolido la de por sí frágil estabilidad emocional de Cristina Fernández, sino que cada nuevo capítulo de violencia contribuye a multiplicar exponencialmente una comparativa ineludible: para la ciudadanía, casi ya no existen diferencias entre el contexto flamígero que caracterizó el final de la gestión De la Rúa y el que prevalece en el actual moméntum. El ruidoso silencio hilado por la Viuda de Kirchner de cara a los recientes ejemplos de violencia urbana, para colmo, sintoniza con la inacción observada después de la tragedia de Once y las masivas demostraciones públicas del 13S y el 8N.

Moyano, por su parte, debería notificarse de que la famosa Ley Antiterrorista que aprobara el Congreso de la Nación bien podría haber sido confeccionada a su medida. Este detalle (sumado a la expropiación de La Rural, prefigurada con meses de antelación) permite bordear las fronteras de la estrategia inherente a cualquier juego de ajedrez: impopular o no, el kirchnerismo-cristinismo ha demostrado, en varias ocasiones, encontrarse dos o tres jugadas por delante de su oponente. Y hay iniciativas que se programan para ser empleadas a futuro.

En una instancia en que gran parte de la ciudadanía se pregunta si acaso el peronismo no ha decidido dirimir sus internas en las calles y avenidas del país, a muchos se les ha escapado que Balcarce 50 ya efectúa una explotación casi involuntaria de los hechos vandálicos. Sutil o abiertamente, los embajadores del subsistema cristinista dejan entrever que el Gobernador Daniel Osvaldo Scioli -por manifiesta inoperancia en materia de seguridad- es el gran culpable del foquismo que asuela supermercados y negocios en la Provincia. Problemática que también ha derribado las puertas de La Matanza, donde el alcalde Fernando Espinoza desespera repartiendo bolsones de comida junto a la agrupación Kolina. Una faceta que engrosa el caudal probatorio respecto de la siniestra agenda del Gobierno Nacional se refleja en la terminación de subsidios eléctricos y de variada índole para las familias más pauperizadas dentro del territorio matancero. Dos más dos, siempre suele dar cuatro. Y de poca utilidad será trocar el concepto 'saqueo' por el de 'robo organizado'.

Por obra de la casualidad -o causalidad, según se prefiera-, los 'robos organizados' sorprendieron al sciolismo, precisamente cuando su jefe deambulaba sonriente por las calles de Mar del Plata (la otrora Ciudad Feliz), donde tenía previsto oficializar el comienzo del Operativo Sol. El morador de Dardo Rocha siempre se arrogó la posibilidad de caminar libremente por las calles sin ser escrachado o insultado, pero deberá regresar a la Gobernación con rapidez, casi entre lágrimas. Sabe que su sueño presidencial se deshilacha con cada mercadillo que es saqueado y pillado en el populoso distrito que administra [o intenta administrar]. En este pequeño capítulo del relato, abundan las sospechas sobre que Cristina Kirchner podría, perfectamente, optar por llevárselo puesto. Si acaso no lo ha decidido ya.

Sobre el Affaire Fibertel quizás no haya demasiado que apuntar, salvo lo obvio. También supo anticiparse desde aquí que a la Presidente le perturba particularmente el modo en que las redes sociales echan a perder cualquier plan de cerco mediático. Después de todo, Twitter se convirtió -a lo largo de la pasada semana- en la vedette noire de los saqueos. Desde Tucumán hasta Bariloche, los detalles más coloridos de lo que sucedía iban siendo colgados de ese espacio virtual. Lo llamativo -o no- es que Todo Noticias (TN) siempre llegaba tarde. O, directamente, ni llegaba. A la postre, tomar control de Fibertel (y, por ende, del monitoreo o bloqueo de la actividad de millones de usuarios politizados y despolitizados en la Red) se torna un imperativo categórico en el librillo cristinista. Una idea fija en el manual del estalinismo virtual del subsistema gobernante consiste en barrer de un plumazo a esos molestos ciudadanos que saltan la verja de la realidad para publicar trozos de ella en Internet, mientras arengan a manifestarse contra los personeros del estado fallido.

Al cierre, será hora de certificar que, aún cuando los objetivos tácticos de la Presidente son, efectivamente, los aquí citados, lo que interesa es si realmente podrá cerrar con broche de oro su avanzada final. La exitosa coronación de este programa dependerá, en gran medida, de la forma en que los asesores legales del rosado edificio estructuren la evidencia contra el adalid de los trabajadores camioneros. El peso de esas pruebas determinará los decibeles empleados en la contramedida -protesta- del poderoso sindicato.

Sin ingresar en la escarpada geografía de lo deontológico, sí cabe expresarse con una certeza (tal vez, la única): la cacofónica interoperabilidad de los factores y variables participantes en el actual contexto ha dejado a los analistas sin herramientas para predecir resultados.

Es que, en nuestro pasado reciente, no ha existido modelo... que se parezca al Modelo.

 

Matías E. Ruiz, Editor