INTERNACIONALES: ROBERT BLUEY

Lo que realmente está en juego en la República Democrática del Congo

El actor de cine Ben Affleck ha llevado su protagonismo a Capitoll Hill esta semana, para testificar sobre la situación de la seguridad en la República Democrática del Congo (RDC) y sus implicancias para los Estados Unidos de América...

19 de Diciembre de 2012

El actor de cine Ben Affleck ha llevado su protagonismo a Capitoll Hill esta semana, para testificar sobre la situación de la seguridad en la República Democrática del Congo (RDC) y sus implicancias para los Estados Unidos de América. Affleck estará acompañado del analista de la Fundación Heritage James Carafano, quien explicará por qué la Administración Obama debería repensar el apoyo a la misión de Naciones Unidas allí destacada. Se trata, en rigor, de la segunda audiencia relativa al tema, en menos de dos semanas.

El activismo de Affleck en la RDC ha ayudado para elevar la atención respecto de la inestabilidad del país. La audiencia programada para hoy ante el Comité de Servicios Armados representa una oportunidad para que los estadounidenses aprendan más respecto de lo que sucede en aquella nación del Africa Central.

En un nuevo informe, los analistas de Heritage Morgan Lorraine Roach y Brett Schaefer explican la problemática historia del país y los reclamos de la Joseph Kabila, presidente de la República Democrática del Congociudadanía en el Congo: estos son parte de una de las sociedades más pobres del globo, perjudicadas por una alta mortalidad infantil y una escasa expectativa de vida.

La presente crisis se deriva del choque -acontecido a mediados de los años noventa- entre la RDC y sus vecinos Ruanda y Uganda. El grupo rebelde más prominente se vio disuelto luego de un acuerdo de paz firmado el 23 de marzo de 2009, que se suponía integraría a las tropas rebeldes en el seno del ejército congoleño. A comienzos del presente año, el presidente de la República Democrática del Congo, Joseph Kabila, ordenó el arresto del antiguo líder rebelde, Bosco Ntaganda, quien arengó a su elemento para rebelarse nuevamente, esta vez bajo la denominación 'M23', y que refiere a los acuerdos de marzo 23. El grupo M23, finalmente, lanzó una ofensiva en el sector Este de la nación y, durante el mes pasado, ocupó la ciudad de Goma, retirándose posteriormente.

Los desperfectos acusados por las mal entrenadas y poco profesionales fuerzas regulares del ejército congoleño se reflejaron en la misión de paz de la ONU. La Organización para la Misión de Estabilización en la República Democrática del Congo -conocida como MONUSCO- exhibe un presupuesto anual de mil cuatrocientos millones de dólares estadounidenses. Los pacificadores de la ONU están encargadas de proteger a los civiles, pero el reciente avance del M23 revela que ha fallado a la hora de cumplir efectivamente con su misión.

Para empeorar el escenario, el gobierno de Kabila ha recurrido a la violencia, la corrupción y el amiguismo para mantenerse en el poder. A pesar de ello, la comunidad internacional continúa respaldando a su gobierno -incluso proveyendo pacificadores de Naciones Unidas-, y ello asiste a Kabila en su accionar de abandono de la acción de gobierno y de sus responsabilidades en materia de seguridad.

¿Qué deberían hacer los Estados Unidos? A lo largo del pasado año fiscal, los contribuyentes estadounidenses proveyeron más de ciento diez millones de dólares en asistencia humanitaria para el pueblo congoleño. La Administración Obama debería considerar, en forma inmediata, los siguientes cinco pasos. Conforme los análisis de Roach y Schaefer:

  • Reconocer que el gobierno de la República Democrática del Congo carece de legitimidad y que no puede cumplir con sus compromisos. Estados Unidos debe presionar a Kabila para que descentralice su autoridad y transfiera poder a los gobiernos provinciales y locales.
  • Reforzar sanciones contra los partidarios de grupos rebeldes. El reciente recorte de $200 mil en asistencia de seguridad designados para Ruanda por haber apoyado al elemento rebelde es una señal clara -y bienvenida- para certificar que Washington está dispuesto a reforzar sus políticas.
  • Promocionar la integración económica regional. Ruanda y Uganda tiene mucho qué ganar, de consolidarse una República Democrática del Congo con estabilidad, particularmente si este país logra mayor autonomía y si ello puede dar lugar a un mayor intercambio comercial y a la llegada de inversiones.
  • Disminuir el tamaño de MONUSCO, limitar su mandato, y establecer un marco propicio para la finalización de la misión. Es hora de que Naciones Unidas prepare una transición ordenada y reconozca que este contingente no es el idóneo para implementar mecanismos de paz en el Congo.
  • Respaldar la creación de una fuerza de paz desde la Unión Africana de naciones. Una estrategia liderada por naciones del ámbito regional ayudó, en su oportunidad, a enfrentar la delicada situación de Somalía y, en este caso, podría concentrar interés continental para dar soluciones a la crisis en la RDC.

En lo que a los Estados Unidos respecta, es hora de que Washington colabore con estos cambios necesarios, si de lo que se trata es encarar apropiadamente el sufrimiento y el reclamo del pueblo congoleño.


* Traducción al español: Matías E. Ruiz

 

Robert Bluey | Heritage Libertad, The Heritage Foundation