NARCOTRAFICO & ADICCIONES: NORBERTO LOPEZ CAMELO

La Argentina, refugio para narcos

Los nombres de López Londoño (alias “Mi Sangre”), Alvarez Meyendorff, “El Loco” Barrera y su esposa Ruth Martínez, o Gustavo Adolfo García Medina, son de peso en el mundo del narcotráfico. Se trata, en rigor, cuatro cárteles distintos. Parece absurdo sostener que su presencia en el país es una mera casualidad.

15 de Noviembre de 2012
Los nombres de López Londoño (alias “Mi Sangre”), Alvarez Meyendorff, “El Loco” Barrera y su esposa Ruth Martínez, o Gustavo Adolfo García Medina, son de peso en el mundo del narcotráfico. Se trata, en rigor, cuatro cárteles distintos. Parece absurdo sostener que su presencia en el país es una mera casualidad.

Frente a la creciente presión del gobierno colombiano, los cárteles han cambiado sus estructuras operativas y su modus operandi, en busca de nuevas rutas para el envío de drogas. Algunas de ellas incluyen la Argentina, Chile, el Uruguay y otros países del América del Sur, para regresar luego a Europa, al Caribe y los Estados Unidos, lo que abona la hipótesis que el narcotráfico es de un fenómeno global. Tal es la única forma válida para analizarlo.

López Londoño ("Mi Sangre")Los originales cárteles colombianos funcionan en la actualidad como unidades más pequeñas denominadas “bandas criminales” (Bacrim) y es cierto que se observa una avanzada hacia los países del sur.  

El diario El Tiempo (Bogotá, Colombia) dio cuenta de una cumbre narco en Rosario, Santa Fe, en el transcurso de 2011. Esta tuvo como protagonistas a  los líderes antagónicos Maximiliano Bonilla Orozco “Valenciano” (Oficina de Envigado) y Ericson Vargas (“Sebastián”), por el control del tráfico en Medellín. De acuerdo al prestigioso medio de prensa, la información fue suministrada por fuentes de la DEA y debidamente chequeada.

Es posible que no sea parte de un proyecto de instalación definitiva, aunque sí es notorio el hecho de que estas organizaciones se encuentran estudiando el terreno en el marco de la globalidad.

Es opinión de medios extranjeros que los narcotraficantes encuentran en la Argentina cierta facilidad para moverse física y financieramente y, quizás, la oportunidad para una evaluación de “menores riesgos”. La carencia de información de inteligencia para anticiparse a la  presencia de personas y de organizaciones criminales de este tipo es lo que hace atractivo al país. Por otro lado, existe una destacada infraestructura de la industria química y técnicos capacitados que, en caso de cooptarlos, el narcotráfico aprovechar y explotar.

Pese a que oficialmente se niega que sea así, sólo en los últimos cuatro años se han registrado cerca de una quincena de episodios que sitúan a narcotraficantes colombianos o mexicanos operando en nuestro país. Y si bien se trata de una cantidad de casos sin precedentes, lo que resulta más inquietante no es el número, sino el  peso que estos “visitantes” exhiben dentro de sus organizaciones criminales. Tal como venimos a enterarnos ante cada vez que son detenidos por la policía, o cuando son acribillados por sicarios en plena calle.

Pero, ya se trate sólo de un lugar de paso o de “una cabecera de playa” para el narcotráfico internacional, si en algo coinciden los analistas es que la Argentina no debe desdeñar la amenaza potencial que plantea este fenómeno. Ni, mucho menos, escatimar esfuerzos para combatirlo.
 
Norberto López Camelo | El Ojo Digital, Narcotráfico y Adicciones