INTERNACIONALES: MICHEL IBARRA

Cuba: la detención de Yoani Sánchez y la decadencia moral del castrismo

El pasado Jueves 4 de Octubre, la bloguera cubana Yoani Sánchez fue detenida ilegalmente en la provincia de Bayamo, Cuba, durante 30 horas. Junto a ella fueron encerrados su esposo y varios otros disidentes pacíficos, todos a manos de agentes anónimos de la Seguridad del Estado.

10 de Octubre de 2012

El pasado Jueves 4 de Octubre, la bloguera cubana Yoani Sánchez fue detenida ilegalmente en la provincia de Bayamo, Cuba, durante 30 horas. Junto a ella fueron encerrados su esposo y varios otros disidentes pacíficos, todos a manos de agentes anónimos de la Seguridad del Estado. Querían reportar al mundo, via Internet, sobre un juicio circo hecho a un chivo expiatorio, inculpado de ser responsable de un 'accidente' automovilístico que le costó la vida a un importante líder opositor. Esta es la vida de los disidentes pacíficos en Cuba. Es la vida que valientemente eligieron, remando contra la corriente, tratando de hacer partidismo y periodismo independiente en un país donde la verdad está prohibida. Aunque Yoani misma no ha sido arrestada o golpeada en mucho tiempo, debido a su status de celebridad mundial que pone mucha atención sobre ella, ayer el régimen se envalentonó. No querían que se supiera sobre ese juicio.

¿Qué nos dice eso sobre la "Revolución" cubana? ¿Qué imagen da un gobierno de ancianos militares que tiene que secuestrar sistemáticamente (sí, secuestrar) a jóvenes bloggers, para evitar una posible crisis interna?

La reacción del mundo, vista en distintos medios extranjeros y en las redes sociales, no se hizo esperar: se exigió la excarcelación de Yoani. Y el régimen cumplió, como tenía planificado hacerlo: la liberó a ella y a su esposo y los envió en un auto custodiado de vuelta a La Habana. Los castristas volvieron a ganar tiempo, mientras planean su supervivencia para la (probable) era post-Chávez. Pero esta semana no cambió nada en Cuba. Todo sigue igual.

Si queremos sacar conclusiones valiosas para evitar que se repliquen en nuestros países esos atropellos a las libertades más básicas, no alcanza con el repudio sobre el hecho consumado. Sí, cuando un gobierno autoritario como el cubano excede su pauta normal de represión, se activan las alarmas de la Yoani Sánchezopinión pública y proliferan las críticas. Pero de nada valen las críticas puntuales si se mira para otro lado el resto del tiempo, cuando todo en la isla está 'normal', o peor, si se condena el modo de accionar del gobierno cubano pero se aceptan las supuestas premisas morales detrás del mismo.

En lo personal, pienso que el comunismo es una mierda. Así de sencillo, sin medias tintas. Hablo de 'comunismo' tal como surgió y creció en el siglo XX; o sea, una forma resistente y flexible de estatismo que no tiene ideología. ¿Cómo se entiende una 'dictadura del proletariado' en la que se prohíben los sindicatos independientes o el derecho de huelga? ¿Cómo se entiende un modelo en el que 'manda el pueblo', pero no hay elecciones reales y el parlamento se reúne sólo dos veces al año para siempre - SIEMPRE - votar con unanimidad?

La triste verdad es que el sistema de 'valores' del comunismo sólo implica alcanzar el poder, perpetuarlo y defender a toda costa a los que mandan, aunque eso implique alianzas inconcebibles, reorientaciones abruptas, perdones estratégicos y purgas saturninas. Para hacer ésto invaden todas las áreas de la vida que puedan, creando una pobreza perpetua y obligando a los individuos a depender del Estado.

Esta supremacía estatal es indefendible. O se denuncia y se combate, o se es cómplice de toda la deformación de la dignidad humana que conlleva. La mítica "revolucionaria" de los caudillos redentores, la del "David" del Sur contra el "Goliat" del Norte, no puede ser justificación para el gobierno perpetuo de una élite de caudillos "redentores". Que nadie se equivoque: la mal llamada "Revolución Cubana" es una dictadura militar en su más estricta definición. Cuba no es un país libre. Cuba no es un país feliz. Y los estatistas de toda América Latina se hacen de la vista gorda con ésto. Quieren el mito de la "Revolución" vivo, para alentar las llamas de un populismo que les permita entronarse en el Estado y usar la violencia que éste monopoliza para avanzar sus causas, personales o no.

Yo me pregunto, ¿por qué esta fascinación incondicional de la izquierda latinoamericana por el castrismo? Pienso que se debe en gran medida al desconocimiento de nuestra realidad, a que los medios de denuncia han sido eficientemente silenciados a lo largo de todas estas décadas. Yoani y su movimiento de bloggers representan muchas grietas a ese "telón de acero". Por eso su detención, o el estado constante de difamaciones y amenazas en el que viven ella, su familia y los que osan ser sus amigos. Ésto nos recuerda lo incompatibles que son las dictaduras con el libre flujo de información. Nos recuerda que la libertad de expresión no debe tener límites, que debe imperar el respeto irrestricto a la propiedad privada de cualquier medio de comunicación, así como la libertad absoluta de los contenidos en Internet y las redes sociales. Por supuesto, delitos en particular como el enriquecimiento ilícito de grandes multimedios o atrocidades como la pornografía infantil en la red deben tener su tratamiento en particular dentro del Estado de Derecho. Pero permitir la intervención a priori e indiscriminada del Estado en estos campos es la mayor amenaza a la libertad en nuestros días.

Por último, ¿qué lecciones le aporta la triste situación de Cuba a la experiencia argentina? Cada día que pasa, lamentablemente, Argentina se somete a un proceso más autoritario. Y es ahora, más que nunca, cuando tenemos que destacar la indivisibilidad de la libertad como un todo. Mientras segmentos importantes de la opinión pública defiendan exclusivamente las "libertades políticas" y permitan (e inclusive defiendan) la vulnerabilidad de las "libertades económicas", los agentes estatales terminarán avasallando la libertad en si misma. Es imposible controlar la economía sin controlar las elecciones de las personas, y es imposible controlar las elecciones de las personas sin destruir las libertades denominadas "civiles" o "políticas".

Una gran cantidad de personas sigue mirando con respeto la subsistencia del castrismo en Cuba. Lo ven como un buen proyecto que se pervirtió en el camino. No entienden la estafa que significó la Revolución. No entienden que esas masas que apoyaban a los rebeldes en el 59, en realidad celebraban el triunfo de la restauración democrática, el regreso de una Constitución y la vuelta de un Estado de Derecho. Pero les (nos) impusieron una nueva dictadura, que rigió como el dictador anterior, sin ninguna constitución, durante los siguientes 17 años, y que incluso después de consagrar una que les garantizaba virtualmente todo el poder, siguieron violándola. Porque los marcos institucionales son incompatibles con las dictaduras. La única manera de matar a una dictadura es recuperar un Estado de Derecho que defienda, en primerísima instancia, los derechos del individuo. Hoy en día deberíamos haber aprendido esa lección. Ya no estamos en el siglo XX de la Guerra Fría. Los latinoamericanos de hoy no podemos tolerar proyectos centralistas, autoritarios, corruptos e ideológicamente vacíos como el chavismo venezolano o el kirchnerismo argentino. Es responsabilidad de una nueva generación no darle paso a estas nuevas estafas estatistas que se alimentan de terribles recetarios como el de Cuba.

Para decir NUNCA MÁS a estas barbaridades hay que reconocer al individuo sobre el Estado y a la libertad como valor fundamental para la coexistencia pacífica de las personas. Y que luego ese aliento de libertad sea emulado en países vecinos. Quizás un día llegue a Cuba, y una Yoani aún joven pueda escribir tranquilamente en su computadora, sin que su esposo y su hijo teman tener que dormir en un calabozo.


* El autor es de nacionalidad cubana y milita en el Partido Liberal Libertario | http://twitter.com/LibLibertario

 

Michel Ibarra | Partido Liberal Libertario