INTERNACIONALES: JESSICA ZUCKERMAN

México: esperanza, pero con cautela

La violencia derivada de la guerra contra el narcotráfico en México podría estar estabilizándose. Al menos, esa es la esperanza de muchas personas, pues esta nación prosigue su sexto año de batalla contra el crimen organizado transnacional.

14 de Agosto de 2012

La violencia derivada de la guerra contra el narcotráfico en México podría estar estabilizándose.  Al menos, esa es la esperanza de muchas personas, pues esta nación prosigue su sexto año de batalla contra el crimen organizado transnacional.

En un anuncio hecho la semana pasada, el presidente mexicano Felipe Calderón indicaba que las muertes relacionadas con las bandas en México había caído un 15% en la primera mitad de 2012. Unido además a una reducción del 7% de los homicidios en general. Aunque quizás sea poco Violencia en Méxicoconsuelo dado que México aún promedia más de 1,700 asesinatos mensuales, estas reducciones permiten un optimismo moderado acerca del futuro de la constante lucha de México contra el crimen organizado transnacional.

Desde que la administración Calderón lanzó por primera vez en 2006 una ofensiva militar contra las organizaciones criminales transnacionales, la guerra contra el narcotráfico se ha cobrado unas 55,000 vidas.

Todas las miradas están puestas ahora en el futuro, puesto que los ciudadanos de México, junto con gran parte del resto del mundo, aguardan para ver si se van a producir cambios en la guerra contra el crimen organizado y el tráfico de drogas en el momento en el que el presidente electo mexicano Enrique Peña Nieto ocupe el cargo. El que fuera gobernador del estado de México, de 45 años, será investido como presidente en diciembre, volviendo la presidencia al control del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el mismo partido que en su momento gobernó México durante 71 años de modo ininterrumpido.

De hecho, Peña Nieto afronta una tarea nada fácil. Reuters observa:

El presidente electo tiene que convencer a Washington de que mantendrá la lucha contra el narcotráfico, persuadir a los mexicanos de que reducirá el baño de sangre y abordar los escándalos de corrupción relacionados con la droga dentro de su propio partido.

Finalmente, aunque la caída en el número de homicidios (incluidos los relacionados con la droga) en México proporciona una esperanza con cautelas respecto a la batalla de este país contra el crimen organizado transnacional, la guerra dista de estar ganada. La nueva administración de México requerirá del respaldo continuo y decidido por parte de Estados Unidos para convertir esa esperanza en realidad.

 

La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.

 

Jessica Zuckerman | Heritage Libertad, The Heritage Foundation