INTERNACIONALES: ERICKA ANDERSEN

Corea del Norte: volver con medallas... o ir a un campo de trabajos forzados

¿Qué diría Ud. si no obtener una medalla de oro en los Juegos Olímpicos significase ser apartado de la sociedad y recluido en un campo de trabajos forzados cuando volviese a casa desde Londres?

13 de Agosto de 2012

¿Qué diría Ud. si no obtener una medalla de oro en los Juegos Olímpicos significase ser apartado de la sociedad y recluido en un campo de trabajos forzados cuando volviese a casa desde Londres?

Pues tal es el destino que aguarda a algunos atletas norcoreanos que no lleven medallas a casa. Para colmo de males, los atletas son incluso obligados a entrenarse desde que son muy jóvenes por el Comité de Deportes del Partido comunista.

Y aunque los norcoreanos están dedicando sus victorias a su “Querido Líder” Kim Jong-un, el temor al fracaso alimenta de manera aterradora el deseo de ganar.

Jong Sim-RimLos medallistas volverán a casa premiados con dinero, autos y otros fastuosos regalos mientras el gobierno hace demostraciones de su aprecio por haber presentado de manera positiva a Corea del Norte ante la escena mundial. El medallista de oro Kim Un-Guk, que este año estableció el récord olímpico de halterofilia en la categoría de 62 kilos, comentó que “conseguí el primer puesto debido a que el brillante comandante supremo Kim Jon-un me dio poder y coraje”, según ABC News.

El levantador de peso Om Yun-cho comentó al International Herald Tribune que “La razón por la que soy capaz de conseguir la medalla de oro en estos Juego Olímpicos se debe al cálido amor y la consideración del general Kim Jong-il y del camarada Kim Jong-un…Gracias a ellos, hoy fui capaz de conseguir una gran fuerza”.

La empobrecida nación de más de 25 millones de habitantes ha sido conocida por dedicar una falsa lealtad a los líderes de su país debido al legítimo temor a los castigos si no lo hacen. Lo que algunos denominaron “el obligado llanto público” cuando el año pasado falleció Kim Jong-il es sólo un ejemplo. Luego, la lealtad del pueblo se transfirió de forma poco sincera a Jong-un sin que eso supusiera un alivio para los oprimidos.

Según el Wall Street Journal, en verdad los norcoreanos están siendo “obsequiados” con algo sin precedentes, cinco horas completas diarias de cobertura olímpica desde Londres. Por supuesto, eso es sólo para aquellos que poseen televisores. Puesto que muchos de ellos apenas tienen para comer cada día, es probable que la cobertura olímpica le importe poco a la mayoría de norcoreanos.

A principios de este año, un fugado de un campo norcoreano de trabajos forzados visitó la Fundación Heritage y describió las condiciones del campo en el que creció durante 23 años de su vida, un campo como al que pueden ser enviados los perdedores olímpicos. El analista de la Fundación Heritage Mike Brownfield lo describió así:

Según se informa, el mayor de ellos tiene 50 kilómetros de largo y 40 de ancho (más grande que Los Ángeles) y unas vallas electrificadas de alambre de espino rodean el perímetro. Como dato, los campos han durado el doble de tiempo que el Gulag soviético y 12 veces más tiempo que los campos de concentración nazis. Sin embargo se conoce poco de ellos en el mundo exterior.

La escena es mucho más aterradora que un simple sentimiento de gran decepción por no ganar una medalla.

“Cualquier éxito [por parte de los atletas norcoreanos en los Juegos Olímpicos] será ampliamente utilizado para fines propagandísticos”, comentó Grigore Scarlatoiu, director ejecutivo del Comité para los Derechos Humanos en Corea del Norte, una asociación sin ánimo de lucro con sede en Washington.

Para los 56 atletas del equipo olímpico norcoreano, la vida tal y como la conocen pende de un hilo. Con sólo unos pocos días más por delante en los juegos de verano, no se puede evitar el tener la esperanza (por su propio bien) de que ganen.

 

La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.

 

Posted in Opinión
Ericka Andersen | Heritage Libertad, The Heritage Foundation