ESTADOS UNIDOS: DR. RAY WALSER

El Wikileaks de Assange, el ecuatoriano Rafael Correa y el sentimiento antiestadounidense

El 19 de junio, Julian Assange, fundador de Wikileaks, violando las condiciones de su fianza y se dirigió en secreto a la embajada de Ecuador en Londres. Allí presentó una solicitud de asilo político...

23 de Junio de 2012

El 19 de junio, Julian Assange, fundador de Wikileaks, violando las condiciones de su fianza y se dirigió en secreto a la embajada de Ecuador en Londres. Allí presentó una solicitud de asilo político.

Assange se encontraba bajo arresto domiciliario y se enfrenta a una extradición solicitada por Suecia para ser juzgado por agresión sexual que presuntamente cometió en 2010. Las autoridades del Estado ecuatoriano están evaluando la solicitud de asilo.

WikileaksLa reciente afinidad de Assange por Ecuador y por su populista y antiamericano presidente, Rafael Correa, sin duda ha sorprendido. En los últimos años, Assange se ha autoproclamado como el vigilante de la libertad de información, publicando ingentes cantidades de documentos clasificados de la diplomacia americana, muchos de elllos obtenidos ilegalmente con la ayuda del sargento americano Bradley Manning. Correa, por su parte, ha continuado la guerra a la libertad de los medios de comunicación de su país.

Tan opuestos como son en lo que a principios se refiere, ellos comparten un similar sentido de probidad y desprecio visceral por Estados Unidos.

En el caso de Assange, la idea de que la acusación de violación constituye un delito político digno de asilo es algo obviamente ridículo y un claro abuso del concepto mismo de asilo. Los abogados de Assange están intentando crear una teoría alternativa de conspiración, alegando que Assange es víctima de una muy bien orquestada caza de brujas y sugiriendo que el sistema de justicia sueco está trabajando de forma encubierta para enviar a Assange a suelo americano para ser enjuiciado. Según argumentan ellos, en Estados Unidos, Assange se enfrenta de manera potencial a una larga condena en prisión o a la “pena de muerte”.

Tanto Assange como Correa quieren convertir espinosos asuntos legales y cuestiones de presunto comportamiento delictivo en teatro político a nivel internacional – algo en lo que ambos destacan.

En el caso de Assange, al igual que en otros, el derecho de asilo no goza de universalidad jurídica internacional. Incluso si Correa fuera lo suficientemente insensato como para dar asilo a Assange, ello no le daría automáticamente el derecho a un salvoconducto que lo lleve de Londres hacia Ecuador. Sin el consentimiento británico, Assange tendrá que intentar escapar de Londres, buscar un aeropuerto o un puerto desde el que pueda irse al país andino. Eludir a la justicia y a las autoridades británicas puede resultar ser algo más fácil de decir que de lograr.

En vista del daño causado a los intereses diplomáticos y a la seguridad americana por Wikileaks, Correa demuestra una vez más que no es amigo de Estados Unidos. Como persona no ajena a la paranoia conspirativa, Correa se está haciendo cómplice de las locas teorías conspirativas de Assange.

Una decisión favorable al asilo de Assange sería inoportuna teniendo en cuenta el hecho de que la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) está revisando la elegibilidad de Ecuador para pertenecer a los países de Preferencia Comercial Andina (ATPA) y en última instancia quedará en manos del Congreso americano. Concederle asilo a Assange no le granjearía amistades ni influencia a Ecuador cuando el tema de la ampliación de los beneficios comerciales se está discutiendo en Estados Unidos.

Sería de gran utilidad para el Departamento de Estado, la principal víctima de Wikileaks, no mostrarse condescendiente y recordárselo al gobierno de Correa justo ahora que está reflexionando sobre la petición de asilo de Assange.

La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.

 

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Dr. Ray Walser / Heritage Libertad, The Heritage Foundation