El cacerolazo que 'convocó' Aníbal Fernández

Aníbal Fernández -actualmente legislador, otrora jefe comunal quilmeño de cuestionadísima gestión- había confesado en una entrevista radial que acopiaba dólares y que no iba a hacer "la del tarado", esto es, "regalarlos" al precio del dólar oficial. En un momento de extrema sensibilidad ciudadana, a partir de la prohibición de facto de la Casa Rosada para que la sociedad respalde sus ahorros en moneda extranjera, un fiel representante del "modelo" salía a compartir su punto de vista. Palabras más, palabras menos, Fernández declamó que hacerse de billetes verdes era lo correcto y que él podía disponer de sus ahorros como le viniera en gana... Olvidó un pequeño detalle: que al común de la gente se le prohíbe hacerlo.

En redes sociales y correos electrónicos era bien conocida la convocatoria a un "cacerolazo" para el anochecer del jueves 31 de mayo en la Ciudad Autónoma. Pero se trataba, simplemente, de una entre tantas docenas de propuestas que desde hacía tiempo venían circulando a lo largo del orbe virtual. Lícito es decirlo: nada hacía presuponer que pudiera tener éxito. Y, sin embargo, mucho parece reflejar que la gente se hizo eco de la protesta -cacerola y demostración pública mediante-, motivada por las provocativas declaraciones del ex jefe de la cartera de Interior.

Es que, en las concentraciones observadas en el ámbito capitalino al menos, los parroquianos se acordaron especialmente del inefable Aníbal. De otro modo, el reclamo de libertad para adquirir billetes no hubiera constituído una de las exigencias más escuchadas en la noche de ayer. El "porque se me antoja" (http://twitter.com/#!/search/%23PorqueSeMeAntoja) del Senador fue, en cualesquiera de los casos, el catalizador perfecto para unificar muchas expresiones de hartazgo o, si se quiere, la proverbial "gota que derramó el vaso". Después del incesante golpeteo de oxidados utensilios de cocina, los vecinos de la Ciudad reclamaban a viva voz por el cese del autoritarismo y los atropellos a las libertades, por el fin de la impunidad para el "Vicepresidente corrupto", la inseguridad y la inflación.

En simultáneo, desde Twitter se multiplicaba la difusión de lo que sucedía, lo que contribuyó a potenciar e incluso extender la duración de las protestas en numerosos barrios porteños, en instantes en que la intensidad declinaba. Luego se tomaría nota de concentraciones similares en la provincia de Buenos Aires e incluso en el interior del país (caso Córdoba capital).

El esfuerzo oficial para morigerar la llegada de la expresión ciudadana no se hizo esperar: entre los medios televisivos, solo América TV y Todo Noticias (TN) reflejaron los hechos. De tal suerte que ciertas porciones del eslogan de fuste de la Casa Rosada acusan peligrosos blancos: el "pensamiento único" que -alegan- se desparrama desde medios de comunicación allegados al Grupo Clarín no fue tan portentoso al cierre del jueves. Más aún: TN ni siquiera ubicó a la noticia entre los títulos principales de este viernes 1o. de junio. Otro detalle de color: en la noche de las protestas, prácticamente la totalidad de los locutores que referían comentarios sobre la novedad se desgañitaban para desmentir el carácter totalitario de la Administración Fernández Wilhelm y la compra de medios, en tanto recordaban "las peores instancias del Proceso Militar". "Esto no tiene nada que ver con Cuba ni Venezuela, como se quiere hacer ver", destacaba un nervioso reportero en AM 630 (Radio Rivadavia), poco después de las 22 horas.

Más temprano, Aníbal -alias "el Senador Inimputable"- había sido fuertemente retado por la Señora Presidente de la Nación, en virtud del tropiezo retórico ante Magdalena Ruiz Guiñazú. A lo largo de estas primeras horas del mes de junio, al congresista del Frente Para la Victoria seguramente no lo espera una jornada tranquila.

A la postre, no será difícil concluír que ha sido Aníbal Fernández -inequívocamente- el autor intelectual y material de lo que será recordado como el tercer "cacerolazo" contra el kirchnerismo.

La protesta fue ruidosa, nadie podrá negarlo. Y, muy a pesar del reclamo de muchos de los participantes para "que se vayan", primaron la mesura y el respeto.

Al menos, hasta que un nuevo referente del falsamente promocionado gobierno "nacional y popular" vuelva a acercarse a las cámaras de televisión o a los micrófonos de las estaciones de radio para arrojar nuevas migajas de desprecio y provocación contra el ciudadano. No vaya a ser que la gente considere que, verdaderamente, ellos mismos reconozcan estar "de salida".

Por Matías E. Ruiz, Editor
e-Mail: contacto@elojodigital.com
Twitter: http://twitter.com/matiaseruiz