ESTADOS UNIDOS: POR MIKE BROWNFIELD

Créalo: Obama gasta a manos llenas

Hay algunas cosas que son tan obvias que no vale la pena ni siquiera mencionar. Lo que sube, baja. La Tierra es redonda. El presidente Obama es un gran despilfarrador. Pero esta semana, hay quienes en los medios de comunicación y en la Casa Blanca están negando una de estas verdades absolutamente obvias. Y no debería ser una gran sorpresa saber cuál de ellas es.

27 de May de 2012

Hay algunas cosas que son tan obvias que no vale la pena ni siquiera mencionar. Lo que sube, baja. La Tierra es redonda. El presidente Obama es un gran despilfarrador. Pero esta semana, hay quienes en los medios de comunicación y en la Casa Blanca están negando una de estas verdades absolutamente obvias. Y no debería ser una gran sorpresa saber cuál de ellas es.

El martes, Rex Nutting, de la web MarketWatch, dijo que las afirmaciones sobre el gasto derrochador de Obama son muy exageradas y que “la borrachera Obamade gasto de Obama nunca ocurrió”. El miércoles, ante un grupo de periodistas, el vocero de la Casa Blanca Jay Carney se aferró a ese argumento y afirmó que “este presidente ha sido…ha demostrado una importante templanza fiscal y ha actuado con gran responsabilidad fiscal”.

Pero tan cierto como que el sol sale por el este y no por el oeste, las afirmaciones de la supuesta “templanza fiscal” de Obama son simplemente erróneas.

El analista de la Fundación Heritage J.D. Foster explica que:

“El gasto federal en proporción a la economía promediará por encima del 24% durante el mandato de Obama y todos y cada uno de los años de ese mandato verán una proporción mayor que durante cada año desde la Segunda Guerra Mundial. Aparentemente eso recibe el título de ‘significativa templanza fiscal’ al estilo Obama.

¿Responsabilidad fiscal? Obama ha tenido de largo los mayores déficits presupuestarios, derivados en gran parte por el estallido del gasto”.

Las analistas de la Fundación Heritage Alison Fraser y Emily Goff desmienten completamente las afirmaciones de Nutting y Carney y señalan que los estímulos cercanos al billón de dólares del presidente Obama “llevaron el gasto a un récord del 25.2% de la economía en 2009 y los déficits alcanzaron $1 billón por primera vez en la historia de la nación”.

Ud. puede ver la prueba por sí mismo en la edición de El Presupuesto Federal en Gráficos (2012) de la Fundación Heritage. Comparados con los de los últimos diez presidentes, remontándonos hasta John F. Kennedy, los déficits presupuestarios como porcentaje del PIB del presidente Obama han explotado. Y si echa Ud. un vistazo hacia donde se encamina el gasto con el presupuesto del presidente Obama, verá que la crisis de deuda del país simplemente sigue empeorando. El presupuesto del presidente para el ejercicio fiscal de 2013 aumentaría la deuda hasta el 76.5% del PIB para 2022, a pesar de los $2 billones en subidas de impuestos. Eso no es “contención fiscal”, no importa cómo se presente.

Por perjudicial que sea el gasto a día de hoy, el presidente Obama quiere gastar más, especialmente, en transporte, infraestructuras, educación e investigación. Él dice que más gasto, pagado con mayores impuestos, es la clave para poner la economía de Estados Unidos en el rumbo correcto, incluso si esa estrategia ha fracasado de forma miserable durante los últimos tres años. He ahí el problema del presidente. El pueblo americano no quiere que Washington gaste más, quiere que gaste menos. No quiere que Washington le ponga más impuestos, quiere que le ponga menos impuestos. Según una nueva encuesta de Rasmussen Reports, el 53% de los votantes cree que las reducciones de impuestos ayudan a la economía y la mayoría dice que un mayor gasto público tiene un impacto negativo.

El presidente quiere sacar provecho como sea. Le gustaría ser visto como alguien que reduce los impuestos y que ha demostrado templanza fiscal, pero también quiere seguir poniendo más impuestos y gastando. Pero tan cierto como que las manzanas caen del árbol hacia abajo, no hacia arriba, el presidente Obama es un gran despilfarrador que ha hecho cualquier cosa menos mostrar templanza fiscal. Simplemente, hay algunas leyes de la naturaleza que no pueden ser negadas.

 

La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.

 

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Por Mike Brownfield / The Heritage Foundation, Heritage Libertad