INTERNACIONALES: POR WALTER LOHMAN

Chen Guangcheng, el valor de una voz

El activista Chen Guangcheng y su familia más cercana ya están fuera de China. Es una buena noticia y la administración Obama merece reconocimiento por hacerlo posible...

22 de May de 2012

El activista Chen Guangcheng y su familia más cercana ya están fuera de China. Es una buena noticia y la administración Obama merece reconocimiento por hacerlo posible.

Habrá cantidad de oportunidades para el sistema político americano de evaluar el manejo inicial del asunto por parte de la administración y lo que ello dice sobre sus prioridades en política exterior. Porque ciertamente, aquí hay lecciones que aprender.

Sin embargo, no es momento ahora para un debate sobre acción política. Es el momento de que los americanos den la bienvenida a Chen y a su familia a la libertad de Estados Unidos, de rezar por la seguridad de sus parientes y amigos allí en China y de volver a dedicarse a una política exterior enfocada en la libertad.

Chen GuangchengTambién es el momento de ver a la República Popular de China como realmente es. China es un lugar al que el desarrollo económico ha transformado considerablemente durante los últimos 30 años, un auténtico protagonista de la economía global y una potencia con la que se ha de contar en política internacional. China es el rival de Estados Unidos en la pugna  por la influencia en el este y el sur de Asia; ocasionalmente también es un colaborador en la contención del impacto de la rivalidad.

Sin embargo, China también es un lugar que no ha cambiado desde la masacre de 1989 en la plaza de Tiananmen en lo referente al respeto por los derechos fundamentales de su pueblo. A veces esto es difícil de creer para los diplomáticos, académicos, empresarios y turistas que pasan algún tiempo allí. Asimismo, hay muchos chinos acomodados y de mundo que tampoco lo ven.

En cambio, Chen Guangcheng, ciego desde la infancia, ve la verdad. La causa por la que ha arriesgado su vida (acabar con los abortos forzados por el Estado en cumplimiento de la política de un solo hijo de China) es una de las más horribles expresiones de la degradación de la libertad individual.

La República Popular de China es una nación autoritaria y, sí,  “comunista”. Esta China es la realidad de cada día para Chen. Y es una realidad brutal para muchos cientos de millones más. Las relaciones entre Estados Unidos y China nunca serán normales mientras el régimen chino sea como es.

Pero existe otra verdad en todo esto. Es la de Estados Unidos. La realidad es que, contrariamente a las afirmaciones de las autoridades, el amor de los americanos por la libertad significa que las compuertas de las relaciones entre Estados Unidos y China (o en realidad con cualquier otro país) pueden y se deberían cerrar debido a la preocupación por la situación personal de un hombre. Y si en algún momento no queda claro que Estados Unidos aún sigue siendo la mayor esperanza en el mundo para los oprimidos, tanto nuestros amigos como nuestros rivales deberían saber que eso es sólo una situación pasajera.

 

 

La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.

 

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Por Walter Lohman | Heritage Libertad, The Heritage Foundation