INTERNACIONALES: POR EL DR. JAMES CARAFANO

Irán: fase final de la partida

Ya es hora de que Washington sea capaz de encontrar la forma de resolver la confrontación con Irán y que sea una victoria total.

20 de Marzo de 2012

Y debería quedar claro que la culpa de ello recaerá sin tapujos sobre los gobernantes de Teherán. Ellos se han convertido en el mayor obstáculo para la paz en la región y para que su propio pueblo tenga libertad, paz, seguridad y prosperidad. Ellos han dirigido atentados terroristas contra otras naciones, incluyendo Estados Unidos. Ellos han amenazado con destruir otros países, incluyendo Estados Unidos. Ellos han puesto a su propio pueblo en situación de riesgo al provocar la enemistad de otras naciones.

Soldados iraníesEn cambio, por su parte, ningún país ha contribuido más por hacer del mundo un lugar seguro para el pueblo iraní que Estados Unidos En la década de 1980, Irán estaba rodeado de enemigos (la Unión Soviética, Sadam Hussein y los talibanes). Ninguna nación hizo más por provocar la caída de estos regímenes que Estados Unidos y ninguna nación exterior ha hecho más por los pueblos de Medio Oriente. Estados Unidos recuperó el territorio de Kuwait, depuso a Sadam y detuvo la ola de violencia en Irak, país testigo de endémicas masacres de inocentes.

Estas son declaraciones concretas de sacrificio realizadas por americanos para proteger tanto nuestros intereses como a nosotros mismos, por supuesto, pero hecho en colaboración con otras naciones con la esperanza de llevar libertad y prosperidad a todos.

En resumen, no nos engañemos: El propio gobierno de Irán es su peor enemigo.

La estrategia de Estados Unidos hacia Irán debería comenzar por ser inequívoca en lo referido al reconocimiento del derecho inherente a la legítima defensa de Israel. Si los israelíes se deciden a actuar, deberían saber no sólo que Estados Unidos los apoyará sino que Estados Unidos también los ayudará a defenderse contra un ataque iraní. Más aún, Estados Unidos debería advertir a Irán que si emprende cualquier medida contra Estados Unidos, nos defenderemos y reaccionaremos enérgica y adecuadamente. Esta declaración inequívoca de apoyo es el más fuerte elemento de disuasión contra las acciones de Irán tome contra Estados Unidos.

Al mismo tiempo, Estados Unidos debería llevar a cabo un conjunto integrado de medidas políticas y económicas para llevar la libertad al pueblo de Irán. Lo que se necesita es un gobierno iraní que sinceramente no desee armas nucleares.

Existe un papel para la diplomacia, pero no como excusa para la inacción, inciertos compromisos o dejar que Irán nos ponga contra las cuerdas para atacar y tratar de ganar en el último minuto. Simplemente argumentar que hay que “dar tiempo a la diplomacia para que funcione”, no es la base para estrategia alguna.

¿Cuál es el papel apropiado de la diplomacia? Siempre se le debería conceder a Teherán la oportunidad de desmantelar sus programas de armas nucleares y de comprometerse a una transición ordenada del poder hacia un gobierno pacífico y legítimo. Pero que quede claro, la diplomacia no es la herramienta principal para abordar esta crisis, sino más bien es un salvavidas para el régimen, ofreciéndole la manera de mitigar el sufrimiento y el peligro para el pueblo de Irán. En pocas palabras, para hablar de una salida a esta situación, Teherán debería tomar medidas importantes, drásticas y verificables antes de cualquier acción recíproca.

Cualquier estrategia americana debería también reconocer que en cualquier crisis, todas las partes consiguen un voto y que Teherán buscará mitigar el impacto de las sanciones tratando que pase el tiempo y así convertirse en una potencia nuclear establecida – ya que entonces el reloj arranca desde el principio.

Al final podría ser que Israel no actuara o que el régimen no cayera antes de que Irán llegue a convertirse en una potencia nuclear establecida. Entonces Estados Unidos se enfrentará a un conjunto diferente de circunstancias. Tanto los presidentes republicanos como los demócratas han declarado que es inaceptable que haya un Irán con armas nucleares. Estados Unidos tiene que tener una sólida presencia militar en Europa y en Medio Oriente para así actuar bajo esta certidumbre.

Algunos podrían creer que tal certidumbre podría estimular a Israel a que simplemente “se quede de brazos cruzados” y dejar que Estados Unidos actúe. Sea como fuere, si Irán puede amenazar a Estados Unidos al tener armas nucleares junto con los medios para lanzárselas a Estados Unidos o a sus aliados (y ya que el régimen nos ha amenazado), haría que nos veamos obligados, por consiguiente, a actuar en defensa propia. Dicha respuesta sería “contundente y apropiada”.

Nos reservamos el derecho a tomar esta decisión una vez que estemos convencidos de que Irán está cerca del punto de no retorno.

En este momento, la tarea más importante para Estados Unidos es fortalecer una serie de sólidas capacidades militares para así hacer frente a una gran variedad de contingencias. (Los conflictos nunca salen según lo planeado por lo que no se puede asumir que un simple ataque de alta precisión sea la respuesta), George Marshall, lo dijo mejor: “Para preservar la paz, prepárense para la guerra”.

Finalmente, Irán podría como última medida tratar de dar jaque mate a Estados Unidos mediante la obtención de una garantía de protección de otras potencias nucleares armadas. Para abordar esta y amenazas similares, Estados Unidos necesita adoptar una estrategia de protección y defensa incluyendo tanto un sólido elemento de disuasión nuclear como un potente sistema de defensa antimisiles.

No hay respuestas fáciles y mientras que muchos americanos puedan recelar de la confrontación, se les debería recordar que la libertad siempre conlleva la carga y la obligación de tener que protegerla.

Un choque de armas es siempre la última alternativa, pero la mejor forma de evitar el conflicto es tener un enfoque claro y realista acerca de los desafíos a los que nos enfrentamos sin dejar duda alguna sobre nuestro cometido de actuar en defensa propia.

 

La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.

 

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Por el Dr. James Carafano - Libertad.org / The Heritage Foundation