CARTAS DE LECTORES: POR ADRIAN SALBUCHI

Derecho a réplica para Adrián Salbuchi

El Ojo Digital cede espacio de derecho a réplica al prestigioso analista internacional, a raíz de haberse sentido agraviado por un reciente artículo publicado por el Editor en la sección Internacionales.

04 de Marzo de 2012

Sr. Matías E. Ruiz,
Editor
El Ojo Digital

Presente.

De mi consideración:

Adrián SalbuchiMe refiero a su artículo “Supremacía ideológica: hacia una guerra informativa a escala global” publicado en “El Ojo Digital” de fecha 2 de marzo.

Por un lado, me permito felicitarlo por el enfoque inteligente y acertado de buena parte de su análisis con el que coincido en muchas de sus apreciaciones. 

Por otro lado, sin embargo, debo señalarle que considero errónea e injustificada la referencia que se hace a mis escritos para la cadena rusa de televisión RT (Russia Today) como de corte“escatologistas-conspiranoides”.

Le explico por qué:

* En primer término, contrariamente a la vasta mayoría de los poderosos multimedios occidentales - tanto los globales como sus repetidoras locales multi-mediáticas en Argentina – RT es una de las pocas cadenas de noticias globales que le dan cabida a opiniones y enfoques muy distintos a la “línea oficial” impuesta por EEUU, Reino Unido, la UE y países alienados.  Más allá de que RT mantiene una línea editorial que favorece la política exterior de la Confederación Rusa, también es real, como se indica en tu artículo, que ello ayuda a una visión más equilibrada de la realidad política y económica mundial.  En mi caso en particular, regularmente hago entrevistas y publico artículos en RT en inglés y castellano; jamás me vi ni censurado, ni silenciado, ni se me indicó o sugirió lo qué debo o no debo decir y escribir.  Similar experiencia tengo con otros medios alternativos que me consultan, aunque menos asiduamente, como TelesurTV de Venezuela y PressTV de Irán.  En contraste, los grandes multimedios occidentales y sus ecos cautivos en la Argentina me han condenado al más absoluto ostracismo desde hace décadas…   Tu artículo también se refiere a la “pluma” de Daniel Estulin y sin embargo dicho consultor no escribe para RT aunque si forma parte de un amplio plantel de analistas de RT que rarísima vez son consultados por los mutimedios occidentales.  Además, RT no lo ha consultado a Daniel Estulin este año...

* En segundo término, mi experiencia me indica que a toda interpretación alternativa sobre la política y economía, que no se alinee con la “línea oficial” exigida por los poderosos del mundo automáticamente se la descalifica con el trillado sambenito de “conspirativa”, “conspiranoide” y otras tonterías por el estilo.  Digo tonterías, pues esta acusación de clasificar ciertas opiniones poco convenientes (para ellos) como “teorías conspirativas” encubre una gran cortina de humo utilizada por quienes no desean que se explique y divulgue cómo operan realmente la estructuras de poder en el mundo actual. 

* Pensemos unos instantes con el cerebro propio y no con el de los poderosos: ¿Qué es una “teoría conspirativa”?   Básicamente, quienes seríamos “conpiranoides” sostenemos que un muy pequeño, cerrado pero poderosísimo grupo de individuos que detentan enormes cuotas de poder financiero, económico, mediático, militar, político – incluso nobiliario - desde hace siglos, viene coordinando sus esfuerzos y acciones en pos de lograr sus objetivos y defender sus intereses comunes en el largo plazo.  Utilizan para sus complejísimos procesos de planeamiento a organizaciones privadas – los así-llamados think-tanks (bancos de cerebros), corporaciones, bancos, logias y otras entidades menos pasibles al ojo público, todas trabajando mancomunadamente promoviendo esos objetivos. 

* En rigor de verdad, tan absurdas y tontas son estas acusaciones de sustentar “teorías conspirativas” que pocos reparan en que a lo que aluden es, nada más y nada menos, que el comportamiento humano normal.  Efectivamente, toda vez que un grupo de personas tiene intereses y objetivos en común, ¿no es lógico e inteligente que se reúnan para coordinar sus acciones, dirimir sus diferencias y repartir roles y actividades; se trate de una empresa, un club, una familia, una nación o varias de ellas, y que lo hagan en privado?   ¿Acaso describirías una reunión de directorio de Repsol como “una conspiración para ganar dinero explotando y refinando petróleo”?    ¡No!  No es ni más ni menos que el lógico comportamiento humano cuando necesita planear, coordinar y ejecutar sus acciones para lograr determinados objetivos.  

* Quienes pensamos con independencia de criterio creemos que – efectivamente – los poderosos de este mundo se coordinan muy estrechamente y lo hacen fuera del Ojo Público – sea digital o de otro tipo.  Cuando se comprende esto, muchas cosas de la historia contemporánea y de la política empiezan a tener sentido.  “Joining the Dots” (uniendo los puntitos) lo llaman los estadounidenses.  ¿Habremos de insultar con el sambenito de “conspiranoides” a quienes creemos entrever esta coordinación y la describimos?   Pensalo, Matías: lo verdaderamente estúpido sería pensar que un Rockefeller jamás levanta el teléfono para charlar con un Bush, o que a un Bush ni se le ocurriría coordinar algunas cosas con un par de Clintons, Rothschilds, Warburgs o algún Monti, Papademos o Cavallo que ande suelto por ahí.   ¿No te parece? 

* En rigor de verdad, quienes lanzan acusaciones de “conspiranoides” a quienes mantienen una postura contraria a la línea oficial de lo “políticamente correcto” sólo pueden caer en dos rubros:

(a) son, ellos mismos, parte de la estructura de poder global actual y comprensiblemente ayudan así a neutralizar quiénes pretendemos desenmascararlos, o
(b) son tontos e ingenuos que poco entienden acerca de cómo funciona realmente el mundo.  

* En síntesis: toda acusación de “conspiranoide” necesariamente proviene o de un pícaro que defiende a los poderosos o de lo que el vox populi a veces denomina “idiotas útiles”.

Para que tus lectores puedan llegar a sus propias conclusiones, te informo que entre una amplia gama de libros, artículos, conferencias, videos, etc. de mi autoría, publiqué un libro titulado “El cerebro del mundo: de la globalización al gobierno mundial” (Ediciones del Copista, Córdoba, 4ta edición, 2010), en el que describo cómo opera esta infernal y trituradora “rueda de poder” planetaria en la que el Poder Real ha quedado crecientemente privatizado.  En esa extensa obra centro mi análisis en algunos de los más poderosos think tanks (que no son otra cosa que profusamente financiados centros de planeamiento geopolítico) como el CFR (Council on Foreign Relations), la Comisión Trilateral, la Americas Society y el CARI (Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales) y otras organizaciones que operan en red entre sí a nivel global como una suerte de gerenciadoras a mediano y largo plazo de las estructuras de poder global.
 

Atentamente,

Adrián Salbuchi
Web: http://www.asalbuchi.com.ar/
 

Por Adrián Salbuchi