POLITICA: POR EL LIC. GUSTAVO ADOLFO BUNSE

La impúdica comparsa de los cómplices

Cuando descubran… un día el dinero, que he robado… les va a faltar… todavía… otra cuenta, que tenía… en un Banco … renombrado. Y si las “madres” y “abuelas”… me pagan lo convenido… de barrios pobres y escuelas… podré escribir …mi novela… de los “Sueños Compartidos” (G.A. Bunse; Poemas de la Argentina trágica)

12 de Septiembre de 2011

La viuda del prócer fallecido -azorada plenamente por los datos bien precisos y descarnados del gran desfalco nacional, manufacturado por su pobre madre adoptiva- le ha apostado al juego de la boba distraída…

Desea que el tiempo pase y aparezca en escena cualquier otro episodio o calamidad que distraiga otro rato... a la sociedad imbécil.  

A la oposición, ya no necesita distraerla. En absoluto. Su vocación natural es la de papar moscas y saltar con garrocha.  

Para esta triunfadora virtual de octubre, la enseñanza más importante del gran estadista depredador ha sido la práctica falsaria de la postergación.

Acaso dentro de unos pocos días, la felicidad de considerarse triunfante se convierta en necesidad de quedarse en el poder. Y esto ha de ser para protegerse con los fueros… Así, tal vez la voluptuosidad del mando se transforme en una especie de fuga módica de la justicia.

Digamos, algo menos que módica, por cuanto de esta cuasi justicia que tenemos se puede escapar fácil, incluso en muletas, o tapándole la boca a un corrupto como lo es el Juez Procusto con dos o tres depósitos en euros en su cuenta numerada del Ducado de Luxemburgo (Banque Carnegie Luxembourg), cerca de Ettelbruck, donde el juez de las treinta causas del gobierno, suele -además- tratarse la piel con unos productos "antiage" muy modernos… con ozono e inyecciones faciales.

Repito: Banque Carneige Luxembourg, Ettelbruck, Ducado de Luxemburgo (http://www.carnegie.lu/).

Tomar por idiota a toda la ciudadanía es una práctica compulsiva que ya no le alcanza a esta mujer. Cruza alegremente la raya del delirio de la falsificación... demasiadas veces por día.

Espiralizada ahora en el mito de la autoridad sin límites, ha convertido su rostro en una mueca de soberbia, cuya sonrisa de Erzebeth Bathory, le sale siniestramente de costado. Y en especial delante de la pleitesía y de la capitulación moral de los arrastrados que asisten a su atril diario.  

La velocidad de su enriquecimiento en los últimos tres años superó a Bill Gates. Y esto, que puede parecer una exageración, no se refiere al valor adquisitivo de su fortuna mal habida, sino sólo al ritmo extravagante de acumulación dineraria en la “unidad de tiempo”. Cualquiera que se quiera elegir en la forma más arbitraria que se desee.

Y, además, con inversiones hipotéticas cuya rentabilidad es tan infernal que se constituye en un récord histórico financiero en la República.   

Léase bien lo que se consigna aquí: cualquier inversión (la que sea) que quiera tomarse en los últimos tres años en el país, desde el mejor de los bonos domésticos todos, las locaciones inmobiliarias hoteleras más exitosas, los bonos de cualquier deuda, los depósitos a plazo fijo más redituables e inverosímiles, los Money Market Funds estrella, no alcanzan ni siquiera (ATENCIÓN) al 18% de lo que le han rendido a esta mujer.

Eso tiene un solo nombre: LATROCINIO EN EL USO DEL PODER.

A la hora de buscar excusas, sin siquiera sonrojarse, su gesto no puede superar al de un niño… escapado de una calesita.

Y así, hablando de imbecilidades en la Cadena Nacional, ella -lo más campante- nos vuelve a sonreír. Pues cualquier colectivo, la deja bien.

Su marido recaudó con la caterva de sus abigeos privados (la dupla "Jaime-Vázquez"). Y le dejó  todos los depósitos a ella. TODOS.
 
Sin contar con la consigna rigurosa de darles protección a estos dos ladrones del Estado Nacional que también caminan libremente por la gracia del Señor... y por la advocación divina del Juez Procusto.

En nuestro Código Penal, ha sido arrancada la hoja del Robo en uso de la Función Pública. No existe. En breve, esa parte hasta puede ser reemplazada por premios.

Por eso, estos carteristas consumados no han sufrido ninguno de los tres niveles romanos de la llamada “capitis diminutio”; no han perdido ni libertad, ni derechos ciudadanos ni parentescos y mucho menos el afecto del calor gubernamental. Si alguien cree que se retiraron… se equivoca.
 
Ella nos miente en la cara, y ni siquiera se esfuerza por ser creativa.

Que siga falsificando hasta el sollozo de su retórica ensayada no es para nada una actitud demasiado sorprendente… pero ya llega a unos límites de tal delirio que, nos hallamos hoy aquí, acaso como quien esto escribe, pidiendo por favor que nos mienta, pero con un poco más de seriedad.

Esta mujer ha hecho el pésimo cálculo que la lleva a suponer, tal como su esposo se lo susurraba que, desde allí, se puede insultar tranquilamente a la inteligencia de la gente. Y huir por el pronto.

Todo apesta en derredor de ella.

Los cartuchos quemados de las bengalas de la fiesta corruptiva de su mentor... y el acre olor a la bacanal de los “Sueños Compartidos” son, como todo ha sido en ellos, sólo vestigios desparramados por el piso de lo que hoy ya no puede verse.

Los restos, las señales o las huellas del gran latrocinio histórico, el mayor de la República, en el último siglo.

Asaltaron la Intendencia de Río Gallegos y convirtieron a los choferes en apoderados, a los porteros en dueños de escalones cruciales del Estado y a los secuaces de sus primeras horas, en buscadores de fondos para depredar en poblado y en banda.

Sus dineros de la campaña han sido poco menos que un foco séptico. La clásica mesa de la repartija de una gavilla.

Las Madres (ahora lo sabemos) “devolvían” una parte importante de lo que recibían en forma directa hacia la Casa Rosada, sin escalas. Y aunque haya sido para la campaña electoral, era un robo.

Incluso lo gracioso, es que fue para otra rara campaña:

La campaña del desierto contra el indio. El indio argentino, que somos todos nosotros a quienes nos despanzurran con impuestos para entregar ese dinero a nuestra madre putativa, maravillosa carterista de Asturias.

Recordemos antes, que los operadores de su campaña fueron nada menos que su propio esposo, secundado en la tarea por su Amado vice, y otros dos halcones peregrinos que escudriñan el olor a los billetes desde un cable de alta tensión en una zona a resguardo... de Balcarce 50.

Amado se postuló a la Capital en un delirio luego abortado, justamente con el que recaudaba todo, un consumado tránsfuga de partidos y el que hizo una declaración ante el Congreso cuya versión taquigráfica tiene el récord de 36 situaciones que no encajan con la verdad. Ese es Abel Fatala.   

Pero esto es historia repetida: los cheques insólitos del fusilado narco Sebastián Forza y los once laboratorios de narcotraficantes que pagaron los afiches de la anterior campaña y los micros de los actos de la Plaza pagaron, además, otras cosas.

Desde la radio A.M. 530 de las madres hasta el combustible de los aviones que van y vienen de El Calafate.   

El Gabinete Nacional fue siempre una enorme recua de encubridores de tramoyas. Una cabal turbamulta de la apostasía. No fueron asesores, ni referentes de idoneidad alguna. Acaso no les falte mucho para buscar los huecos por dónde huir.

Es una ingenuidad de niños suponer que alguno de ellos haya tenido la osadía de actuar en forma autónoma y sin la expresa autorización de la Condesa Erzebeth Bathory.

Varios empresarios fueron miembros conspicuos de ese vagón jaula.

Parapetados en su moral hostil a la pupila de los honrados, confirmaron linealmente su desprecio por los hombres probos e indomables.

Ella está condenada ahora a seguir con la conscripción de los lacayos domesticados y envilecidos… y a seguir tapando con ramas la trágica moral de sumidero del ladrón desaparecido.  

Buscará ahora disimular las pateaduras de todas las puertas y cajoneras que han sido mutiladas para robar… pero le será difícil.

Buscará cicatrizar con parches la terrible corrupción que desató el “número uno”… mas le resultará complejo.

Y aún así, la ignorancia colectiva, preferirá en 40 días másdarle a ella otra retorcida y extravagante oportunidad para seguir arrasando el país.

Toda la oposición la ha empujado fervorosa, con la ridícula estupidez del pavo, para que pueda retomar el mando.    

Ya no tiene ninguna importancia que, además de ser violadora serial de la Constitución Nacional, haya arrancado varias páginas del Código Penal en nuestras narices. A nadie le llama la atención, acaso porque, además, son pocos los que pueden estar atentos a estos detalles tan complejos.

Procusto tiene ya 15.050 fojas en 70 cuerpos de 215 fojas cada uno y -aunque no se pueda creer- todavía no lo ha llamado al parricida.

En el medio (algo mucho más insólito aún) se fue a Europa a hacerse un tratamiento de rejuvenecimiento de piel y controlar que los depósitos en Ettelbruck ya se hubiesen acreditado.  

Es entonces perfectamente tolerable que mientan, y que la extorsión o la amenaza sean las travesuras predilectas de todas sus prácticas políticas.

Pero, lo que menos importa, es que, sabiéndose perfectamente que aquí rige una autocracia enciclopédica, no pueda haber más que una sola autora de todo este enjuague de tropelías.

Ya no hay chances: necesitamos la friolera de otros cuatro años más de paciencia y encolumnarnos a la impavidez de la sociedad a la que ya poco o nada le importa. si se usa el poder para cometer delitos o para robarse el 20% de cada subsidio, obligando al subsidiado a aportarlo para cualquier destino oscuro.

Esperar mansamente hasta que ella toque el límite de la tolerancia social y, sin quererlo, zamarree violentamente alguna cuerda de la impavidez.

Y como he dicho alguna vez -con tanta persecución- con tan terrible burla, con tanta oposición infame, con tanto obsecuente, es fácil saber que si todos estos mercaderes de la infamia remontaran vuelo, taparían la luz del sol.

No se puede dejar de expresar aquí, que toda esa mal llamada oposición es un baldío moral, espectadores idiotizados de esta trepanación de las arcas del Estado... 

No están demasiado tranquilos. Saben que, por mucho menos que su indecible desdén, en otros lugares del mundo, siempre aparece algún loco harto, buscando una recortada para ir a volarles los huevos.  

Por cuanto esa pseudooposición, muda e impertérrita hasta el grado de la repugnancia, ya empieza a superar institucionalmente las culpas y responsabilidades del gran desfalco nacional.

Cuando el desdén se convierte en auxilio tácito de los hechos delictivos que se están perpetrando en la República Argentina, lo que ocurre, lisa y llanamente, es complicidad dolosa.


Por el Licenciado Gustavo Adolfo Bunse, para El Ojo Digital Política.
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Por el Lic. Gustavo Adolfo Bunse, para El Ojo Digital Política